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La ministra de Defensa desliza que Euskadi habría encontrado el cadáver del segundo desaparecido en Zaldibar de haber pedido ayuda al Ejército

La ministra de Defensa, Margarita Robles, en un acto de la Fundación Ortega y Gasset

Iker Rioja Andueza

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La ministra de Defensa, Margarita Robles, se ha descolgado este lunes en una conferencia pronunciada en la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón (FOM) con un comentario dando a entender que la no intervención del Ejército tras el derrumbe del vertedero de Zaldibar ha retrasado la recuperación del cadáver de Joaquín Beltrán, que sigue sepultado un año después del suceso mientras que los restos de Alberto Sololuze no aparecieron hasta el pasado mes de agosto. “Con todos los respetos, no puedo entender que en algunos sitios se diga 'No, aquí la UME no puede venir'. A lo mejor si la UME hubiera intervenido hace un año, a lo mejor un cadáver no estaría en un sitio [...] Son cosas que a mí humanamente me resultan difíciles de entender”, ha manifestado la ministra socialista.

Esta reflexión, realizada en el final de una larga charla, ha enfadado al Gobierno vasco, una coalición del PNV con los propios socialistas, que dirigían Medio Ambiente en febrero de 2020, cuando se desplomó el vertedero de Zaldibar. El titular de la cartera -ahora consejero de otras áreas- era Iñaki Arriola, presidente del PSE-EE. En febrero de 2020, el propio lehendakari, Iñigo Urkullu, manifestó que pidió ayuda al Gobierno central para apagar los incendios en el vertedero con medios aéreos.

“Lamento la poca memoria de la ministra. Hace un año me dijo que el Ejército no podía hacer más ni nada diferente a lo que ya se hacía por parte de las instituciones vascas. Últimamente no está acertada, ni sobre este tema ni sobre las expresiones ultras del Ejército”, le ha contestado a través de Twitter Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso. El consejero-portavoz del Gobierno de Urkullu, Bingen Zupiria, también ha calificado de “desafortunadas” estas palabras y de “totalmente injustas”.

Este mismo sábado, desde lo alto de lo que fue la planta de Verter Recycling en Zaldibar, los actuales consejeros de Seguridad y de Medio Ambiente, Josu Erkoreka y Arantxa Tapia, informaron de que de aquí a abril se aspira a peinar una nueva zona dentro de la montaña de residuos caídos para tratar de localizar el cadáver de Beltrán. Antes de acceder a ese punto, hay que hacer un desmonte de 140.000 metros cúbicos primero. Se accedería en marzo a esa zona y ya entonces se cribaría el lugar palmo a palmo.  Se han excavado en 12 meses 525.000 metros cúbicos de residuos y, de ellos, 372.038 han sido “rastrillados” para buscar los restos de los desaparecidos. 

Se da la circunstancia de que el pasado jueves fue Vox el que elevó al Parlamento Vasco un debate reclamando la presencia de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Zaldibar. “Me imagino a la señora Robles retorciéndose allí donde esté, cuando sabe que el Gobierno vasco, del que ustedes forman parte, rechaza la ayuda de cualquier unidad del ejército en el País Vasco”, les reprochó la portavoz del partido de ultraderecha, Amaia Martínez Grisaleña, al representante socialista en el debate, Alberto Alonso. El parlamentario del PSE-EE fue muy duro con el planteamiento: “Antes de presentar propuestas extemporáneas y totalmente inadecuadas a la realidad de la situación es fundamental conocer las características de un deslizamiento tan complejo como el ocurrido en Zaldibar. Es preciso saber que estamos hablando de un deslizamiento de prácticamente un millón de metros cúbicos de residuos. Un reto realmente complejo al que se han tenido que enfrentar un equipo multidisciplinar, compuesto por los mejores expertos y expertas en obra civil, geotecnia, gases, aguas, en un gran número de disciplinas. La inestabilidad del deslizamiento, los incendios de gases, los lixiviados, el control de escorrentías, la necesidad de depositar en alguna zona segura los residuos extraídos, el velar por la seguridad y la salud de las personas que allí se encuentran trabajando, son numerosos los problemas a los que se han tenido que enfrentar y todavía hoy se enfrentan, con un objetivo prioritario compartido por todos y cada uno de ellos y de ellas: el rescatar lo antes, pero lo más seguramente posible, el cuerpo de Joaquín Beltrán. Entendemos, por tanto, no faltar al respeto a todas las personas que se encuentran trabajando en una de las misiones más difíciles que seguramente se van a tener que enfrentar en su vida profesional”.

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