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La Universidad pública vasca amplía en 38 plazas la oferta de Medicina para intentar paliar la falta de médicos

Facultad de Medicina de Leioa.

Belén Ferreras

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La Faculta de Medicina de la Universidad Pública Vasca (UPV/EHU) contará el próximo curso con 38 plazas más, con lo que sumará 368 en un intento de paliar la gran necesidad de profesionales en este ámbito que se está poniendo de manifiesto en Osakidetza en los últimos tiempos, sobre todo en determinadas especialidades, como la Atención Primaria y la Pediatría. Esta es la cuarta ampliación de plazas que realiza la universidad vasca en el grado de Medicina en los últimos ocho años, un periodo en el que se han añadido 98 plazas a las 270 que se ofertaban en 2016. Una “importante ampliación” ha subrayado la rectora, Eva Ferreira, que supone “un notable esfuerzo en personal e infraestructuras” y que constata que “la UPV/EHU es consciente de la necesidad de formar más profesionales en ese ámbito”. Sin embargo este aumento de plazas no supondrá una solución inmediata al problema al que se enfrenta en estos momentos la sanidad pública vasca, con protestas por una devaluación de la atención a los pacientes que este sábado diversas asociaciones llevaron a las calles de las capitales vascas y que ha provocado que todos los sindicatos del sector hayan convocado dos días de huelga el 18 y 19 de mayo. “Hablamos de médicos que podrán estar formados en un periodo de diez años, no es inmediato”, recuerda la vicerrectora de Grado e Innovación Educativa, Laura Vozmediano. “No se puede dejar toda la responsabilidad de la falta de profesionales en el sistema universitario”, señala.

La ampliación de las plazas en de la Facultad de Medicina no es una tarea fácil. Debe autorizarlo el Ministerio de Educación y Universidades según la petición que se haga desde las comunidades autónomas y pasar después por la validación de la agencia de calidad del sistema universitario, Unibasq en el caso de Euskadi. La memoria de verificación del título establece el número de plazas máximas que puede ofrecer la facultad para garantizar la enseñanza óptima de los alumnos. Es decir, tiene que haber una relación correcta entre el número de alumnos y el de profesores y las instalaciones que estos alumnos deben tener para poder realizar sus prácticas, desde los laboratorios a los hospitales donde después vayan a seguir su formación. Esa cifra que figura en la memoria de verificación no permite que los cambios sean muy grandes, solo un 10% por encima de ella. Este año, como excepción el Ministerio de Universidades ha permitido aumentar estas plazas en un 15% precisamente por la falta de médicos generalizada en toda España. La Facultad de Medicina de la Universidad pública vasca, sin embargo, no está ofertando el máximo número de plazas legalmente permitido. Por ejemplo, el curso pasado las plazas permitidas eran 350 y se ofertaron 330. Ahora se podría haber ampliado un 15% sobre el tope permitido de 350, por lo que podría contar con alrededor de 400 plazas y se ha quedado en 368.

Entonces, ¿por qué no se cubre el máximo? “Es una cuestión complicada”, insiste la vicerrectora. “Hay que valorar muy bien los recursos que se van a necesitar. Es un grado muy largo que precisa de mucho tiempo de formación la universidad, de contar con laboratorios que puedan acoger a todos los alumnos para hacer las prácticas”. Eso se podría solventar con más recursos para ampliar las instalaciones universitarias o el profesorado. Pero según señala, hay que tener en cuenta que estamos ante un grado en el que las prácticas son imprescindibles, es decir, hacen falta hospitales que acojan a esos estudiantes y médicos tutores que puedan dirigir su formación. “Todo tiene que estar perfectamente dimensionado. De un día para otro no se pueden doblar las plazas”. “No se puede aumentar el número de estudiantes si no está garantizado que su enseñanza va a estar suficientemente atendida”.

Este aumento de las plazas en la Facultad tampoco va acompañado de un incremento de las plazas de MIR para Euskadi, que en esta última convocatoria han sido de 519. Es decir, que un incremento de las plazas en la Facultad no supone que vaya a haber más médicos en el sistema sanitario público. “La única opción posible no es estar en el Servicio Público de Salud. Está también la investigación, la docencia...”, señala Vozmediano. Además, las carencias de la sanidad vasca están centradas en especialidades concretas, como la atención primaria, que necesitarán de un impulso específico para que los estudiantes opten por ellas.

El hecho de que faltan médicos es una realidad. 500 facultativos de 1.700 se jubilarán en los próximos cinco años, además de enfermeros y de otros profesionales de la sanidad. Actualmente hay un déficit equivalente al 10% de médicos de cabecera y al 15% de los pediatras. Una situación de escasez que se nota aún más cuando llegan periodos vacacionales. Los 45 Puntos de Atención Continuada (PAC) de Osakidetza en la Comunidad Autónoma Vasca realizaron más de 4.000 turnos en el primer trimestre del año, de los que solo 17 --once completos y seis parciales-- no contaron con la presencia de un facultativo, según ha reconocido la consejera de Salud del Gobierno vasco, Gotzone Sagardui, en una respuesta parlamentaria.

Por ello, desde el Sindicato Médico de Euskadi, consideran que el hecho de que se amplíen plazas “merece una valoración positiva, pero con matices”. Recuerdan en este sentido que es una medida que “no soluciona el problema actual porque estos médicos terminarán su formación dentro de 10 años”, y además necesitará “venir acompañada de otras medidas para que esos médicos dentro de 10 años no se vayan a trabajar fuera porque no les compensan las condiciones que se les ofrece”. en Osakidetza.

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