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Vitoria contrató 'a dedo' a una empresa recién creada y sin experiencia para su proyecto estrella de limpieza de grafitis

La alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, y el edil Pascual Borja, en el barrio de Ariznabarra con un operario de Solutigraf limpiando grafitis

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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El Ayuntamiento de Vitoria contrató de modo directo, es decir, sin abrir un concurso público y 'a dedo', a una empresa llamada Solutigraf, S.L. para encargarle la limpieza de pintadas y grafitis en unas calles del barrio de Ariznabarra, uno de los proyectos estrella de la nueva alcaldesa, la socialista Maider Etxebarria, como antes lo era del nacionalista Gorka Urtaran. La adjudicación fue registrada el 19 de julio de 2023, pero la empresa se había constituido apenas unas semanas antes, el 14 de junio. Solutigraf, S.L., con sede social en una gestoría del barrio de Salburua, se creó porque era conocedora de que iba a recibir el contrato y, de hecho, es su único gran cliente.

Aunque en esta primera fase Solutigraf, S.L. recibió casi la cantidad máxima permitida para este tipo de contrataciones menores (14.980 euros sin IVA), no tenía en ese momento ni experiencia, ni trabajadores ni medios. Y, a pesar de que está prohibido por la ley de Contratos superar con un único contratista la cantidad anual de 15.000 euros 'a dedo', el Gobierno local volvió a formalizar una segunda adjudicación unos meses después, si bien en la segunda ocasión se hizo directamente con el empresario, que responde a las iniciales A.U.M., y no con la mercantil. De ese modo, se encontró una fórmula para poder volver a concederle otros 14.980 euros a este emprendedor ajeno al mundo de la limpieza ya que procede de la restauración, la automoción o los videojuegos, entre otros negocios. En este expediente consta un teléfono de referencia de Granada (prefijo 958) pero es en realidad el de una particular completamente ajena a estos hechos.

Oficialmente, esos contratos quedaron cerrados el 31 de diciembre de 2023, pero A.U.M. ha continuado trabajando en Ariznabarra en enero y febrero, según ha podido comprobar este periódico. El Ayuntamiento, preguntado por ello, indica que en 2024 irá presentando facturas e irá cobrándolas, aunque no existe un soporte contractual como tal. Ahora Vitoria prepara un concurso para contratar a una empresa que limpie grafitis en toda la ciudad y no solamente en un barrio. A.U.M. ha recibido garantías de que se modificarán los pliegos de condiciones de tal manera que no se exija una experiencia de dos años para poder presentarse, aunque él niega con rotundidad que el contrato esté ya teledirigido.

Muchos de los hechos ocurridos en torno a los contratos para la limpieza de grafitis en Vitoria constituyen lo que ahora se denomina 'red flags' o alertas en los manuales de prevención del fraude y la corrupción recientemente aprobados por el Gobierno vasco a instancias de la Unión Europea, que ha exigido controles en un contexto de lluvia de fondos comunitarios del plan Next Generation EU. En la última versión de ese documento, que es público, se menciona como “indicadores de fraude” que “se aprecien dos o más adquisiciones con similar objeto efectuadas a idéntico adjudicatario por debajo de los límites admitidos para la utilización de procedimientos de adjudicación directa” o que “existan compras secuenciales justo por debajo de los umbrales de obligación de publicidad de las licitaciones”. También se menciona la dificultad de encontrar datos fiables de esa empresa, tales como una página web, una dirección o un teléfono. En el caso de Solutigraf, S.L., existe una web genérica sin ninguna referencia concreta de trabajos realizados.

El origen de la “caza al grafitero”

La lucha contra los grafiteros y la limpieza de las pintadas se convirtió en prioridad para Vitoria ya en 2020. En el confinamiento, en mayo de 2020, el entonces alcalde del PNV, Gorka Urtaran, denunció en Twitter (ahora X) unas pintadas en la Casa de la Dehesa, en Olarizu. A su mensaje le respondió una cuenta llamada “Orion Analistas” ofreciéndole sus servicios “no sólo para esto caso, sino para toda la ciudad”. Aparentemente, su especialidad era la identificación de los autores de las pintadas a través de exámenes periciales o grafológicos. Unos meses después, an agosto de 2020, Vitoria contrató de modo directo a una autónoma de Barcelona, Marta García Grúaz, por 14.900 euros sin IVA, de nuevo en el borde para las adjudicaciones directas. Al año siguiente de haber sido adjudicataria, el 10 de diciembre de 2021, se creó una empresa llamada Orion Analistas, S.L. con García Grúaz como representante. En 2022, a través de esta mercantil, García Grúaz volvió a percibir una cantidad muy próxima a los 15.000 euros para las mismas funciones.

A finales de 2022, todavía antes del cambio de alcalde por alcaldesa, Vitoria inició los trámites para sacar a concurso la limpieza de grafitis. Planteó un servicio con dos lotes o subcontratos. El primero era la creación de una Oficina Virtual del Grafiti, destinada a recopilar una base de datos de pintadas para poder cruzarlas con sus posibles autores a través de técnicas grafológicas. También iba en este servicio la posibilidad de ofrecer charlas informativas en colegios o en los barrios más castigados por este problema. El segundo era para acometer “limpiezas tácticas” en la ciudad, para lo que se requería un mínimo de dos años de experiencia acreditada.

El concurso se resolvió al final del mandato de Urtaran. Orion Analistas, S.L. fue la única empresa que se interesó por el lote de la Oficina Virtual del Grafiti y el 31 de julio de 2023, ya con Etxebarria, se formalizó un contrato de 120.780 euros más IVA. Sin embargo, quedó desierta la parte de contratar a una empresa por 30.000 euros para hacer limpiezas en barrios. Es después de esto cuando aparece la contratación de Solutigraf, S.L, que suma, en la práctica, los 30.000 euros con las dos contrataciones directas que se sucedieron en los últimos meses de 2023.

A.U.M. explica que siguió el desarrollo del contrato y vio que la parte de limpieza quedaba desierta. Aunque se dedicaba a otros negocios, indica que en primavera decidió llamar al Ayuntamiento, en concreto al responsable técnico del área, Joseba Sánchez Rodríguez, y que ofreció sus servicios. Después de varias reuniones, les convenció de que se había formado en grafitis en Valencia, con una empresa llamada Urban Restoration Spain, y mostró que se veía capacitado para hacerlo en Vitoria, empezando por Ariznabarra. “Llegamos a un acuerdo y creé la sociedad”, indica. Admite que, en ese momento, no existía Solutigraf, S.L., aunque él sí estaba dado de alta como autónomo.

La secuencia temporal es muy relevante porque la versión facilitada por el Ayuntamiento es muy diferente. “Se adjudicó el lote 1 a Orion Analistas, mientras que el lote 2, de limpiezas tácticas, quedó desierto. La razón del desierto fue que ninguna empresa quiso optar a la realización de este trabajo”, indican. Sin embargo, aseguran que sí hubo una firma que preguntó por ello en ese período de finales de 2022 y principios de 2023. “La única empresa que se interesó por el contrato y se puso en contacto directamente con el Ayuntamiento fue Solutigraf. De esa forma tuvimos conocimiento de su existencia, si bien, finalmente no presentó oferta al concurso. Ninguna otra empresa mostró interés alguno ni realizó ninguna consulta al Ayuntamiento”, explican las fuentes consultadas. Sin embargo, esto es imposible porque Solutigraf, S.L. no estaba creada en aquel momento.

Un certificado de 2024 para justificar actuaciones de 2023

Preguntado por el motivo de contratar a una empresa sin experiencia ni medios, el Ayuntamiento recalca que “eso no es cierto”. Alega que A.U.M. tenía “más de un año de experiencia” con Urban Restoration Spain y que eso está certificado. Este periódico solicitó el certificado y el documento está fechado a 29 de enero de 2024, es decir, muchos meses después de que Vitoria eligiera a Solutigraf, S.L. Se de la circunstancia de que ese certificado llegó poco antes de que el 2 de febrero se tuviera que responder a la oposición (a EH Bildu) sobre la situación de las limpiezas de grafitis y donde uno de los argumentos principales era que la empresa elegida tenía experiencia acreditada.

En cuanto a los medios, las limpiezas se han realizado con una furgoneta de alquiler, dos operarios a media jornada contratados vía Infojobs después de recibir la adjudicación y con material de limpieza probablemente comprado a Urban Restoration Spain. Todo ellos se adquirió 'a posteriori'. Solutigraf, S.L. promociona otros trabajos en su página web que no se corresponden con la realidad y prácticamente su única actuación han sido los dos contratos con el Ayuntamiento y la expectativa de recibir la adjudicación para toda la ciudad, que no tiene precio pero que desde luego será mucho más alta que los 30.000 euros que ha costado el servicio para una parte de Ariznabarra, que no es ni el distrito más poblado ni el más grande de la capital.

El Ayuntamiento insiste en que las dos adjudicaciones a A.U.M. son diferentes y no un fraccionamiento irregular. Explican que el primer contrato era para limpiar Ariznabarra y que el segundo se hizo para repasar algunas zonas donde hubo una campaña para volver a hacer grafitis e incluso insultar a los responsables de la campaña con mensajes como 'Grafólogo idiota'. “Todos los contratos se realizan respetando los parámetros establecidos en la ley de Contratos y esto no es una excepción”, recalcan. Sin embargo, confirman que en ambos expedientes los medios puestos a disposición de las limpiezas eran exactamente los mismos. Es decir, únicamente cambió el CIF.

Una empresa nueva porque la contrata de limpieza “no da abasto”

El área de Gestion Ambiental de Vitoria recalca que la contrata de limpieza, históricamente el servicio más caro de la ciudad y gestionando por multinacionales como Cespa, FCC y ahora Prezero-Onaindia, “no da abasto” para atender la eliminación de pintadas. Por ello, las dos brigadas especializadas en ello se dedican a casos de corte más político o de especial gravedad. “En cambio, los equipos de limpiezas tácticas actúan en un barrio predeterminado eliminando pintadas en fachadas privadas (previo consentimiento de la comunidad afectada), una tarea muy diferente a la encomendada a la contrata municipal, es decir, se encargan de limpiar un barrio de manera integral”, inciden.

Vitoria estima que este proyecto “ha tenido un muy alto grado de éxito” porque la satisfacción ciudadana ha sido elevada donde se ha intervenido. “Por desgracia, el proyecto ha sido boicoteado desde el principio por grupos vandálicos, ajenos al mundo del grafiti, cuyo único objetivo es ensuciar de nuevo paredes recién limpias en señal de protesta por lo que consideran un ataque a la libertad de expresión”, lamentan estas fuentes.

La campaña de limpiezas en Ariznabarra la estrenó la propia alcaldesa, Etxebarria, y el edil responsable de Limpieza, el también socialista Pascual Borja. Acabaron el 31 de diciembre de 2023 oficialmente. Se han computado 696 actuaciones o 1.332 metros cuadrados limpiados. Esta misma semana el Gobierno municipal ha destacado los logros de la campaña y ha anunciado que se está identificado a algunos autores de pintadas e imponiéndoles multas o la obligación de que ellos mismos limpien lo que han ensuciado.

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