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Excusas para recorrer la Extremadura de Carlos V, el rey de moda

Ambientación de la época de Carlos I de España en la comarca de la Vera

Pilar Armero

Carlos V está de moda. Una nueva serie de televisión que paseó sus cámaras este verano por el Monasterio de Yuste se ha encargado de que el Emperador que eligió Extremadura para acabar sus días, siente frente al televisor a miles de espectadores deseosos de conocer la figura del rey que soñó con una gran Europa. Al margen de ese eco mediático, este 2015 es el año de una figura histórica en cuyo nombre se ha conseguido que el Consejo de Europa declare Itinerario Cultural Europeo el camino que recorrió desde que entró en 1556 por Santander hasta que llegó a La Vera extremeña, un reconocimiento solicitado por la Red de Cooperación de las Rutas Culturales del Emperador que lo sitúa al nivel de experiencias como el Camino de Santiago o la Ruta de Don Quijote. Hasta en Palermo están preparando una exposición internacional sobre el monarca, que abrirá al público a finales de este año.

Al hilo de ese protagonismo ahora potenciado, Extremadura se convierte en un destino que muchos viajeros incorporarán a sus planes y la verdad es que seguir los pasos de Carlos V por la región es una completa aventura que encierra más de un atractivo. Excusas hay de sobra para seguir su estela e incluir el norte de Extremadura en el calendario de las próximas escapadas.

Rutas para todos los públicos

Los aficionados al senderismo encuentran la excusa perfecta para visitar el norte de Extremadura en las rutas diseñadas en torno al monarca, una de ellas la de Interés Turístico Regional que tiene lugar cada febrero con el respaldo de la Junta de Extremadura y la Mancomunidad de Municipios de La Vera. Discurre por 10 kilómetros entre Jarandilla y el Monasterio de Yuste, es apta para todos los públicos y se adereza con ambientación de la época, mercadillos, actuaciones musicales y teatrales seguidas en cada edición por miles de personas llegadas de toda España

Antes, en noviembre, el Grupo Placentino de Montaña organiza otra de las más populares, de Tornavacas a Jarandilla pasando por la espectacular Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos en el Valle del Jerte. Tiene un recorrido de 25 kilómetros para los que hay que estar en forma y el número de participantes se limita en cada edición por lo que los interesados deben estar atentos a la apertura del plazo de inscripción.

Al margen de estas dos rutas que son las más populares, hay otros itinerarios como el de los Antiguos Caminos de Yuste de siete kilómetros entre Garganta La Olla y Cuacos; el de Los Puentes, lineal de cinco kilómetros en Jarandilla, la misma distancia que el que va de Aldeanueva de La Vera hasta La Chorrera de La Mora.

Los viajeros más comodones también tienen su ruta, en los tres kilómetros de acera que salvan la distancia entre Cuacos y el Monasterio.

Cinco Conjuntos Histórico Artísticos

Los amantes de la cultura pueden encontrar su excusa para seguir la huella del Emperador en los cinco Conjuntos Histórico Artísticos de La Vera: Cuacos de Yuste, Garganta La Olla, Pasarón, Valverde y Villanueva.

En Garganta La Olla está la Casa de las Muñecas, el prostíbulo pintado de azul que visitaban los soldados del rey y la Casa de Postas que era parada de viajeros en la época en la que vivió.

En Aldeanueva de La Vera sigue en pie la Fuente de los 8 Caños en la plazuela de Pizarro, en la que cuentan que el rey bebió durante un alto de su camino a Yuste.

Antes de aposentarse en el Monasterio de Yuste, Carlos V vivió en el castillo de los Condes de Oropesa, el Parador Nacional de Turismo de Jarandilla que lleva su nombre, hasta que terminaron las obras de la casa-palacio adosada al cenobio jerónimo. Su bello patio es perfecto para hacer un alto en el camino antes de alcanzar la morada del rey.

Un cementerio junto al Monasterio de Yuste

Los curiosos también tienen excusa para acercarse a los pasos del Emperador porque el Monasterio de Yuste alberga una de las colonias de murciélagos más importante de la Península Ibérica y Europa, hasta el punto de que está declarado Lugar de Interés Comunitario y cuentan con una gruta artificial para que nidifiquen. Además, al lado del monasterio hay un cementerio con 28 tumbas de soldados alemanes fallecidos durante la Primera Guerra Mundial y 154 de la Segunda en sepulturas idénticas con una cruz negra de granito en la que figura su nombre, categoría militar, fecha de nacimiento y muerte. Sus cuerpos estaban repartidos por distintos cementerios hasta que se decidió reunirlos en un mismo camposanto.

Hay incluso excusas para amantes de la cerveza porque Carlos V era un gran comilón y un buen bebedor, tanto que se vino para Extremadura con su maestro cervecero Enrique Van der Duysen e incluso montó una pequeña cervecera en Yuste. Ese gusto ha traspasado siglos y ha bautizado como Yuste, Gouden Carolus o Bárbara Blomberg, la amante del Emperador, a algunas cervezas actuales. Tal vez de ahí venga la afición de nuevos promotores de la región por producir cerveza artesanal en Extremadura. En cualquier caso, descubrirlas puede ser una excusa más para incluir la Extremadura de Carlos V en el calendario de escapadas.

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