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Del garaje de un pueblo brasileño a su taller en Extremadura: la diseñadora que cose libertad

Gleicy Silva Dos Reis

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Gleicy Silva comenzó su camino en la moda de la forma más íntima posible: cosiendo con su madre una falda blanca de tablas para una presentación en la iglesia. Desde niña, observó a su madre y a sus abuelas dar forma a la ropa que vestían, transformando retales en prendas funcionales y hermosas. Aquella vivencia le dejó una huella profunda.

A los 17 años abrió su primer taller en el garaje de su casa, en un pequeño pueblo de Brasil. Sin formación reglada y sin academias cercanas, se volcó en el aprendizaje autodidacta: compró libros en mercadillos, recibió otros donados y aprovechó los pocos vídeos sobre moda que encontraba en YouTube. Así, a base de prueba y error, aprendió a diseñar, patronar, ilustrar y rematar sus piezas. “La formación y el conocimiento nunca son demasiados”, afirma.

Tuvo que cerrar ese taller y pasó cuatro años alejada del mundo de la moda. Cuando se trasladó a Almendralejo, encontró el entorno propicio para retomar su vocación. Primero con el proyecto Colabora (organizado por AlmaNatura, Acciona y el Ayuntamiento de Almendralejo), y después en la Fundación Mujeres, especialmente en el programa Sin Brechas, Gleicy halló el apoyo necesario para volver a emprender. “A menudo he dudado de mis capacidades, especialmente por no tener una formación académica. Pero he aprendido a confiar más en mí misma, y eso me ha traído muchos frutos”, reconoce.

Su primera colección estuvo inspirada en el poema Libertad de la escritora Carolina Coronado, y se presentó en el certamen de jóvenes diseñadores Code 41 de Sevilla en 2023. Desde entonces ha mostrado nuevas colecciones en SIMA 2024, IFEBA 2024 y 2025, y recientemente participó en el Beauty Málaga 2025, un evento solidario que elabora pelucas para mujeres que están en tratamiento oncológico.

Su trabajo también ha llegado a la alfombra roja. Actrices como Alba Loureiro (en el festival de cine de Almería), María Valero (en el festival de San Sebastián), Blanca Paloma o Marina Campos han lucido sus diseños. Para Gleicy, cada uno de esos hitos es una victoria que la impulsa a seguir creciendo: “Me enfoco en aprender y ofrecer un trabajo impecable. Mis clientas son la razón por la que me entusiasma crear”.

Actualmente trabaja desde su propio taller en casa, una dinámica que describe como “cómoda, aunque un verdadero caos”. También ha tenido experiencias en showrooms en Madrid y en las Galerías Cuna de Sevilla.

Proveedores locales

Trabajar desde Almendralejo le permite mantener el vínculo directo con las personas que usan sus prendas y con quienes apoyan su labor. “Vengo de un pueblo y valoro mucho esa cercanía. Siempre doy prioridad a proveedores locales, lo que influye directamente en mis colecciones. Se trata de crear con lo que está cerca y reinventarse”, explica.

Aunque reconoce que para muchas personas trabajar desde Extremadura puede suponer una limitación, su experiencia ha sido positiva. “Prefiero desarrollar mi marca de manera más pausada y con producción limitada. Aquí hay grupos de mujeres emprendedoras y encuentros profesionales muy valiosas. No me imagino cambiando Extremadura”.

Costureras versus diseñadores

Gleicy no ha sentido barreras directas por ser mujer en el sector del diseño, aunque sí ha percibido limitaciones y diferencias de trato. “Se espera que seamos exitosas, que tengamos familia, que lo logremos todo antes de cierta edad. Además, a menudo se minimiza nuestro esfuerzo. Un hombre que cose casi siempre será reconocido como diseñador, mientras que una mujer que cose, diseña y crea patrones será llamada costurera. Y las costureras son profesionales sumamente capacitadas”.

Desde su marca Aaura María, diseña pensando en la comodidad y versatilidad. Cada prenda está concebida para adaptarse a distintos cuerpos y realidades, y si es necesario, se ajusta individualmente. “Cuando me dicen que les queda bien, es una emoción indescriptible”, asegura.

Rechaza la lógica del consumo rápido: crea piezas únicas, con acabados cuidados y diseños que se puedan usar durante años. “No me gusta la idea de que alguien compre un producto, lo use un par de veces y lo deseche. Quiero que las personas valoren las horas invertidas y el trabajo artesanal”.

Redes

También cultiva redes con otras profesionales del entorno. Su última colaboración fue con Raquel Diosdado, del estudio creativo The Pueblo Studio, y mantiene relaciones con modelos de la región como Isabella. Además, forma parte del grupo Creativas Emprendedoras y mantiene un vínculo especial con Fundación Mujeres y Sin Brechas. “Susana Gallardo, del proyecto Sin Brechas, tiene un lugar muy especial en mi trayectoria”, reconoce.

Cree firmemente en la importancia del apoyo entre mujeres. “Es vital sentirse acogida y compartir experiencias. Escuchar a alguien decir que ha pasado por lo mismo reconforta. He resuelto muchos dilemas gracias a los ejemplos de otras compañeras”.

En el último año ha comenzado a ser reconocida en Almendralejo, un proceso que vive con esfuerzo y gratitud. “Estoy trabajando para convertirme en un referente. Sé que eso lleva tiempo y dedicación”.

Entre sus proyectos actuales, la brasileña está centrada en lanzar su línea deportiva, que está a punto de ver la luz. Para el próximo año tiene prevista una colección cápsula de novias, y trabaja también en una propuesta muy personal sobre sus orígenes. Mientras tanto, su marca comienza a abrirse camino en países como Francia y Bélgica, sin perder el foco en mantener una vida equilibrada: “A veces olvidamos que también necesitamos cuidarnos”.

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