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“Esta tierra es amable, quedan personas ancladas en posiciones hostiles hacia nosotros, pero haremos pedagogía”

Silvia Tostado (derecha) con su mujer y con su hija

Jesús Conde

Han sido meses de duro trabajo, negociaciones, reuniones y noches de estudio. Finalmente han dado sus frutos para alegría de los activistas de Fundación Triángulo. Llegó el momento de la aprobación de la primera ley de libertad sexual de Extremadura en el Parlamento regional. Este colectivo ha trabajado codo con codo en su elaboración.

Silvia Tostado, miembro de Fundación Triángulo, aplaude una norma que según destaca supone un paso adelante para alcanzar la igualdad entre personas. Esta joven de 32 años, madre de una niña y esposa, es licenciada en Ciencias Políticas y se especializó en cooperación al desarrollo, trabajando desde este ámbito los derechos LGTBI. Reconoce que vive la probación de la norma con emoción, feliz por contemplar un momento que considera histórico.

-¿Qué supone para tí la aprobación de la ley LGTBI de Extremadura?

La aprobación de esta ley supone un paso adelante muy importante en el camino para alcanzar la igualdad para todas las personas; estamos dando un paso merecido para quienes nos precedieron porque reconoce el derecho a que se guarde su memoria de forma digna y se reconozca su lucha y sufrimientos; estamos dando un paso imprescindible para nosotras y nosotros, personas adultas LGBT que aun vivimos en una sociedad donde hay resistencias a valorar la diversidad de la sociedad, estamos dando un paso garantista para las y los jóvenes Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersexuales porque esta ley busca que su vida tenga menos aristas,sea más sencilla y, cómo no, estamos dando un paso adelante valiente para proporcionar protección a las personas LGBTI y, también, a nuestras hijas y nuestros hijos.

-Lleváis trabajando mucho tiempo en esta norma, y al final ha dado sus frutos. ¿Cómo os sentís?

Sin ningún tipo de duda, como activistas felices, supone vivir un momento histórico, nos produce una emoción que probablemente sea muy difícil de medir, pero, y el activismo es así, a pesar de la dulzura del momento, de lo inmensamente importante, sentimos que, a partir de ahora, también tenemos una enorme responsabilidad y es velar porque se ponga en marcha el conjunto de medidas que esta Ley contempla para que las personas LGBTI en Extremadura realmente vivan mucho mejor.

-Ser mujer, y lesbiana, podría entenderse como una doble discriminación en el mundo laboral y social. ¿Compartes esta idea?

Sin ningún tipo de duda sí, y a la doble discriminación podríamos seguir sumándole, si tuviésemos algún tipo de diversidad funcional sería triple o si fuésemos gitanas o migrantes o mayores.

Las mujeres Lesbianas somos ante todo mujeres, y como todas las esferas las mujeres vamos varios pasos por detrás. Nosotras tenemos menos visibilidad, aún no contamos con referentes suficientes que permitan que nuestra socialización se haga de forma menos complicada. De nosotras no se habla y siempre supe que lo que no se nombra no existe, esa barrera la tenemos obligatoriamente que romper.

-De todos los aspectos que contempla la norma, ¿cuál destacarías?

Es difícil quedarse con un solo apartado. Probablemente con todas las medidas de protección. Para mí es imprescindible este apartado, porque creo que desde las personas más mayores, que tanto han sufrido, como nuestras hijas e hijos, como los y las jóvenes y nosotros y nosotras necesitábamos sentir que ya no vale que sigan insultándonos o que sigan echándonos del trabajo, por ser Lesbianas, Gais, Bisexuales o Trans.

Lo pondría incluso por delante de lo que para mí ha sido un reto personal y es que las mujeres lesbianas, por ley, tuviésemos garantizado el derecho de acceso a las técnicas de reproducción asistida que el gobierno central nos quitó.

LA VIDA DE PERSONAS LGTBI EN EL MUNDO RURAL

-Vienes de un pueblo, ¿ha sido difícil a lo largo de tu vida vivir tu sexualidad con normalidad?

Afortunadamente puedo decir que desde el día que decidir dar “la patada” al armario no he tenido problemas, ni en mi pueblo, Miajadas, ni por ejemplo, Don Benito, que es donde vivimos mi mujer mi hija y yo. Matizo lo del armario porque hasta ese momento todo fue más complejo, sobre todo conmigo misma.

Siempre he pensado que también el mundo rural sufre los estereotipos. Es cierto que hay que trabajar mucho en este sentido en nuestros pueblos, pero también creo que la cercanía y las redes que aun mantenemos en los pueblos, cuando hablas claro y le dedicas tiempo a la gente sirve, o en mi caso sirvió, para sentir muchos más apoyos que rechazo.

-La sociedad extremeña, ¿es tolerante?

Mayoritariamente sí, a mi la palabra tolerancia no termina de convencerme, porque en el fondo no deja de indicar que a pesar que algo produce malestar puedes convivir con ello.

Creo que la sociedad extremeña mayoritariamente es respetuosa y valora la diversidad, si no fuera así evento como el de ‘L@sPalom@s’ no existiría.

Esta tierra, como nos gusta decir, es amable. Quedan personas ancladas en posiciones muy hostiles hacia nosotros y nosotras, pero para eso hay que seguir trabajando y haciendo mucha mucha pedagogía.

LAS FAMILIAS LGTBI

-Uno de los aspectos que más destacas es el hecho de que se normalice la diversidad de las familias, y la protección específica a los hijos. ¿Qué supone esto para ti?

Supone tranquilidad tanto en lo personal como si pienso en el colectivo, es decir en todas las hijas y todos los hijos de personas LGBT.

Para nosotros y nosotras es imprescindible que se garanticen los derechos de nuestras hijas e hijos y también que se trabaje de forma rápida en eliminar esas discriminaciones que aún existen en lo público que afectan a menores con familias que no encajan el modelo de familia tradicional, como por ejemplo en los documentos administrativos o los libros de texto de escuelas infantiles o primaria.

-También hacéis hincapié en la necesidad de dignificar la memoria de aquellas personas LGTBI que no van a vivir este momento.

Sí en Extremadura, en España, disfrutamos de los derechos que disfrutamos jamás podemos olvidar que se sustentan en la lucha y sufrimiento de personas que incluso han sacrificado su vida para ello.

Cuando hablamos del camino hacia la igualdad, nosotras y nosotros sabemos que en ese camino ha habido fases en las que estar era muy duro, sabemos que en ese camino ha habido humillaciones, cárcel, tortura, violencias, rupturas familiares, y hay que reponer la dignidad de todas las personas que soportaron eso. Es lo mínimo que quienes disfrutamos de esos derechos tenemos que hacer.

PRÓXIMAS BATALLAS

-¿Cuál sería la próxima batalla en defensa del colectivo LGTBI que os toca abordar?

Para mí hay tres fundamentales, Que esta Ley, que aborda derechos y protección LGBT que habla de familias, mayores, trans, educación salud etc, se apruebe a nivel estatal. En España ahora mismo hay personas que en función de donde vivan tienen garantizada su protección o no, tienen derechos reconocidos o no los tienen, y eso es injusto.

En el plano internacional no podemos permitir que aun nos maten en 7 países por ser LGBT y en 80 nos llevan a la cárcel.

Y urge garantizar el bienestar de las personas que sufren discriminaciones múltiples, es decir con quienes además de ser LGBT son mayores, niñas y niños, personas con discapacidad, migrantes, gitanas etc.

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