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Los intereses de la deuda de la Xunta se han disparado un 138% desde la llegada de Feijoo

Elena Muñoz, conselleira de Facenda de la Xunta

David Lombao

“No gastar más de lo que se tiene”. Esta máxima es uno de los pilares básicos del argumentario del Gobierno gallego en materia económica. Desde su retorno al poder en 2009, el gabinete conservador ha emitido este mensaje hasta la saciedad para ejemplificar su apuesta por la “solvencia”, aunque su aplicación literal y estricta colisiona de lleno contra cualquier uso de la deuda en la gestión pública. Al margen de los manifiestos a favor de que la Administración pública emule “a las familias” y aun partiendo de la base de que Galicia es la tercera autonomía con menor aumento del endeudamiento desde el inicio de la crisis, lo cierto es que las partidas presupuestarias al servicio de la deuda no dejan de aumentar, tampoco en las cuentas de 2014, las del “inicio de la recuperación económica”, según la Xunta.

Un vistazo retrospectivo a los Presupuestos del próximo ejercicio económico y de los anteriores permite observar un crecimiento exponencial de la partida de deuda pública y, dentro de esta, de los intereses que genera. En un contexto en el que el propio Ejecutivo prevé que sus gastos financieros aumenten un 17,5% respeto al año anterior –los no financieros apenas aumentan un 1,1%,– habrá que dedicar 348 millones de euros a pagar los intereses, frente a los 145 que incluían las cuentas de 2009, las últimas del bipartito. Esto implica un crecimiento del 138% de este indicador, íntimamente relacionado con el incremento de un 94% de la deuda, según datos del Banco de España.

Si la comparación se realiza con los Presupuestos de 2013, la expansión de la cantidad dedicada a intereses tampoco es cosa menor. Bien al contrario, en el año que ahora concluye los fondos para pagar intereses eran de 290,9 millones de euros, casi un 20% menos. En esas cuentas públicas, las primeras de la segunda legislatura de Feijóo, la partida total destinada a la deuda pública de la comunidad autónoma se situaba en los 1.110 millones de euros, lejos de los 2.071 consignados para 2014, un aumento del 86% con respecto al pasado año y de un 426% en relación a 2009, cuando este apartado de los Presupuestos se situaba en 393 millones de euros.

Esto sucede en un contexto en el que, como en 2013, el dinero público destinado a la deuda la convierten en la tercera consellería de la Xunta en lo que a volumen de recursos se refiere. Como en los anteriores presupuestos, solo las dos grandes consellerías sociales, Sanidad y Educación, manejan más fondos que la deuda. Así, el departamento sanitario tiene asignados algo más de 3.200 millones de euros para 2014 y el educativo supera los 2.100. A continuación se sitúa la deuda, con sus 2.071 millones y, ya por detrás, una de las consellerías sobre la que más ojos se vuelven en tiempo de crisis, Trabajo y Bienestar, a la que le corresponden 740 millones. Las consellerías a las que les corresponde actuar en el ámbito de la economía productiva, como Medio Rural y Mar o Economía e Industria también están lejos, con 581 y 179 millones de euros, respectivamente.

El endeudamiento, la 'consellería' que más crece en 2014

El 2014 será el año de menor recorte presupuestario en Galicia desde el inicio de la crisis. Esto da lugar a ligerísimos incrementos en determinadas partidas, si bien por consellerías son solo dos los departamentos que manejarán más recursos que en 2013: Economía e Industria suma algo más de 10 millones de euros y la Vicepresidencia y Consellería de Presidencia gestionará algo más de dos millones y medio adicionales. El resto de las consellerías caerán sin excepción, también las sociales. Pero el panorama cambia si la deuda pública es considerada como una consellería más.

Partiendo de esta hipótesis para ilustrar el panorama, las partidas de deuda pública no solo escapan de la tónica general de leve recorte, sino que se ponen, con diferencia, a la cabeza de los incrementos. Así las cosas, los discretos aumentos de dinero de los que disponen Economía y Presidencia quedan en nada al compararse con los 960 millones adicionales para atender a la deuda pública. Solo los intereses, 348 millones, absorben más dinero que Economía o la Vicepresidencia y se aproximan a los 404 millones que gestionará el departamento inversor por excelencia, la Consellería de Infraestructuras.

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