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Una manifestación masiva señala en Ferrol el incumplimiento de las promesas del PP sobre el naval

Multitudinaria marcha en defensa del naval ferrolano para exigir trabajo

Marcos Pérez Pena

Por primera vez desde los años noventa no hay un solo barco en las gradas de los astilleros de la ría de Ferrol. Y la escasa carga de trabajo actualmente existente se terminará en pocos meses. El pasado mes de junio casi treinta mil personas salieron a la calle en Ferrol con demandas parecidas a las de hoy. Desde entonces los astilleros no han recibido un solo encargo nuevo pero sí muchas promesas por parte de los gobiernos gallegos y español, sobre todo durante la campaña electoral de octubre.

Este domingo nuevamente miles de personas -alrededor de 30 mil según los convocantes- han reclamado carga de trabajo para los astilleros de la comarca, en una manifestación que contó con el apoyo y representación de todas las fuerzas políticas y sindicales y que recorrió las calles de la ciudad entre la Plaza del Inferniño y la Plaza de Armas. Las críticas tuvieron un destinatario claro: los gobiernos del PP, y eso se dejó ver en las consignas, en las pancartas e incluso en un Pinocho que imitaba a Mariano Rajoy. Hubo también algunos sombreros mexicanos en alusión a Pemex y un barco de cartón como el que hace unas semanas fue quemado delante del Parlamento. La marcha se cerró con la lectura de un manifiesto unitario por parte de la poeta Medos Romero y el canto del himno gallego. En la manifestación también participaron Beatriz Sestayo, Yolanda Díaz o Francisco Jorquera, entre otros representantes políticos.

Ignacio Naveiras, portavoz del comité de empresa, valoró muy positivamente la manifestación y anunció que se está trabajando en un nuevo calendario de movilizaciones, que se decidirá el próximo martes en una reunión. También fue positiva la valoración de Manuel Grandal, de la CIG, para quien los ciudadanos de la comarca “son conscientes de que el futuro de la comarca pasa por el naval, si se muere el naval no habrá salida”. Grandal reclamó la aprobación del dique flotante y le demandó al Gobierno “que por una vez haga una apuesta seria ante Europa para levantar el veto y que podamos comenzar a trabajar en los mercados que todo el mundo entiende de futuro: el civil o la eólica”. Añadió que “no se puede creer en lo que dice el Gobierno español”, del que afirma que no ha realizado las gestiones necesarias delante de la UE. Finalmente, llamó a priorizar el dique ante cualquier otra reivindicación: “si no ponemos prioridades al final se crea una confusión tremenda”.

Meses de promesas incumplidas

En Ferrol se esperan desde hace meses respuestas sobre el dique flotante o los floteles de Pemex. Pero los meses pasan y los encargos no llegan. Una situación dramática para toda una ciudad y una comarca, pues del sector naval aún dependen alrededor de 17 mil personas. Según Ignacio Naveiras, portavoz del comité de empresa de Navantia, en estos momentos la única actividad del astillero es la finalización de un segundo buque para Australia. En septiembre todo la plantilla estará sin actividad y la industria auxiliar desaparecerá por completo.

En el último año y medio la industria auxiliar de Navantia perdió casi dos mil trabajadores y la situación parece que va a continuar. La comarca de Ferrolterra tiene una tasa de paro próxima al 30%. La construcción de un dique flotante permitiría hacer obras en buques de última generación y sólo su fabricación daría empleo a unas 900 personas durante dos años. El PP aseguró que el proyecto iría adelante, pero en las últimas semanas SEPI y Navantia dejaron clara su negativa, escudándose en el rechazo de la UE. Según la empresa estatal, construir esta infraestructura iría contra las normas comunitarias, ya que las ayudas estatales para la financiación pública necesaria serían consideradas ilegales por la UE. Otra promesa electoral popular son los floteles de Pémex, aún en el aire.

Hace diez días ante una pregunta del BNG en el Congreso, Cristóbal Montoro se esforzaba en mantener el discurso sostenido por el PP en los últimos meses, afirmaba que la construcción del dique flotante “no está descartada” y aseguraba que los astilleros de la La ría de Ferrol “tienen carga de trabajo para varios meses”. Para Manuel Grandal, Montoro demostró con estas declaraciones “estar fuera de la realidad y no conocer en absoluto el sector”. Los trabajadores del naval ferrolano se sienten “engañados” porque consideran que la comisión de seguimiento, cuya última reunión confirmó el veto a la infraestructura, “sólo se montó para ganar tiempo de cara a las elecciones autonómicas”.

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