Se suicida la víctima de un desahucio en Santiago en el primer aniversario del desalojo
El 19 de septiembre de 2014 una familia de la parroquia de Aríns, en Santiago de Compostela, fue expulsada de su vivienda. Un matrimonio (Carlos y María), dos hijos y una persona mayor con movilidad reducida se quedaban en la calle, a pesar de la presión que había ejercido Stop Desahucios, que había logrado evitar el lanzamiento en dos ocasiones a lo largo del verano. Este lunes, un año después del desalojo, Carlos se ha suicidado. Stop Desahucios Compostela ha difundido una nota de prensa en la que “lamenta profundamente que la voracidad de unos pocos, su guerra económica contra las personas de abajo y las nefastas condiciones psicológicas y de vida a las que la mayoría social estamos sometidas sigan llevándose vidas por delante”.
Desde el colectivo explican que una vez que la familia perdió su casa, encontró la ayuda de unos amigos, que los acogieron en su vivienda, aunque Carlos y María habían insistido en pagarles un pequeño alquiler. Stop Desahucios llama la atención sobre la “angustia” que acompaña las situaciones de mala situación económica y de desahucios y reclama protocolos para prevenir la consumación de suicidios, recordando el aumento en los últimos años en Galicia de las muertes provocadas por esta causa y la ausencia (excepto en Ourense) de unidades especializadas, como hace una semanas subrayaba también el Movemento Galego da Saúde Mental.
Historia de un desalojo
La vivienda había sido construida por la propia familia, pero para hacer frente a los costes tuvieron que solicitar un crédito bancario de 35 mil euros. Una vez que el hombre perdió su trabajo, fueron incapaces de pagar los plazos de devolución, y la cantidad inicial se incrementó, con intereses de demora, hasta los 68 mil euros. Ahí entró en juego una supuesta estafa, pues la familia llegó a un acuerdo con un empresario francés residente en Benalmádena, que se ofreció a comprar la casa. La compra se realizó finalmente por 105 mil euros, y la cantidad que les exigió para poder recomprar la vivienda se elevó hasta los 150 mil.
El 15 y el 28 de julio de 2014 tuvieron lugar los primeros intentos de desalojo, evitados gracias a la presión social y a la labor de los expertos legales de Stop Desahucios Compostela. Finalmente, a pesar de la concentración en el lugar de varias docenas de personas, el lanzamiento se produjo el 19 de septiembre, con una fuerte presencia policial y mucha tensión. Fue detenida una persona, acusada de resistencia a la autoridad y desobediencia, y varias fueron identificadas. Posteriormente, varios de los y de las activistas identificadas fueron citadas a un juicio de faltas con esas mismas acusaciones. Más de 200 personas se autoinculparon.