Luchar contra un cáncer de pulmón y contra el temor de contagiarme de coronavirus

Soy mujer, tengo 70 años y soy una persona de altísimo riesgo: tengo medio pulmón izquierdo y dos tercios del derecho con infiltración de células cancerosas, también en la tráquea y en los dos bronquios principales, es decir, en todo el árbol bronquial. Recientemente han aparecido metástasis con varios nódulos y ganglios afectados en el pulmón derecho (la parte que me queda, claro), la pleura izquierda afectada y tres huesos. He pasado por varias quimios, radio y hasta participado en un ensayo clínico, dos operaciones mediante.

Esta última fase del cáncer, la de extensión a tráquea, bronquios y metástasis a huesos, se me detectó el 17 de febrero, ya que tenía una tos seca (que ahora se hubiera confundido con un síntoma del coronavirus). Los ataques de tos eran horribles y sobre todo empecé a estar débil y a no poder respirar. Mediante una endoscopia salió todo lo que salió y estuve ingresada nueve días. Actualmente estoy en tratamiento de quimio y con oxígeno en casa, que seguramente deberé utilizar todos los años que viva. Salí del hospital justo el día que apareció el primer afectado por coronavirus en el Clínico de Barcelona.

El primer impacto de las noticias sobre mi estado de salud fue demoledor. No veía posibilidad alguna para mí y aunque me sometiera a lo que indicaran los médicos mi estado de ánimo era... ninguno, ni lo tenía. Los dos primeros días en el hospital pensé que así no habría, si es que la había, posibilidad de mínima recuperación. Pero fruto de los diversos seguimientos que desde el año 2011 había hecho sobre los avances médicos en el campo del cáncer pensé que debía trabajar por cronificar el mío, por domarlo y vivir con él, siempre que fuera en una mínimas condiciones dignas de vida. Apareció un estado de ánimo luchador y decidido y así regresé a mi casa.

Como sé que hay muchas personas con situaciones semejantes o aún peores a la mía escribo estas líneas. Tengo mucho miedo, ya que la afección pulmonar en mi caso es terrible. Tengo que enfrentarme a dos bichos, el mío interior, mi cáncer, y el peligro de contraer el exterior, el coronavirus. Es difícil, y encima en los días posteriores a los chutes de quimio, en los que las defensas bajan, te encuentras muy débil, y esa debilidad afecta también a la mente. Pero se lleva. Hay que hacerlo y eso es lo que quiero comunicar. Quiero vivir unos cuantos años y mi deseo también es que salgamos, individual y colectivamente mejores, tomando nota de las lecciones que esta pandemia nos está mostrando.