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Cómo ganar 8.000 euros en un mes vendiendo excrementos de caballo 'online'

Mensaje en la etiqueta de los envíos de Shitexpress

Lucía Caballero

El cartero acaba de entregarte un paquete. Es pequeño y rectangular. Casi es Navidad, seguramente se trate de un regalo. Lo desembalas y te encuentras con un ‘tupperware’ lleno hasta los topes de algo que parece barro, pero no lo es. Se trata de una sustancia marrón y maloliente.

“Mi madre siempre me decía que si me portaba mal solo iba a recibir carbón por Navidad. Los excrementos me parecen más originales”, comenta a HojaDeRouter.com 'Peter Crapper', CEO de Shitexpress, que prefiere no desvelar su identidad real. La ‘startup’ que ha fundado da la oportunidad a quién lo desee de enviar una caja llena de deposiciones de caballo a casi cualquier lugar del mundo.

Es posible elegir el tipo de excremento (según su olor, color y consistencia) y el diseño del paquete. “La mayoría de la gente gasta el 90% de su dinero en cosas que no necesita y enviar mierda también puede hacerles felices”, continúa el fundador de la empresa. Cada 'regalito' cuesta 12,95 euros, que pueden abonarse mediante PayPal, o incluso con bitcoines. El cliente tiene la opción de añadir un mensaje al presente, aunque las formas de pago permiten mantener su anonimato si lo prefiere. “Feliz Navidad”, “Que lo disfrutes” y “Te quiero” son algunas de las frases más habituales. “Si resulta violento, no la incluimos”, advierte Peter.

Puso en marcha su negocio a principios de año, aunque despegó definitivamente en noviembre; en el último mes ha conseguido ganar más de 8.000 euros y el 'site' superaba las 490.000 visitas únicas. Además, a fecha del 4 de diciembre, 36 paquetes de Shitexpress habían llegado a diferentes países del mundo, dos de ellos a España. Todo esto sin gastarse un duro en publicidad.

Peter ha trabajado en diversos proyectos que también rebosan originalidad: libros electrónicos gratuitos, música mala de piano, concursos y servicios de donativos. No todas sus ideas tienen éxito, pero, en su opinión, el secreto está en comenzar entre tres y cinco al año y mantener las cosas simples. “Deberías poder describir tu negocio en menos de 12 palabras y la gente tiene que entenderlo inmediatamente”.

Internet es un buen sitio para arrancar. “Transformar una idea en un negocio es una cuestión de creatividad y espíritu emprendedor”, asegura. Si hablamos de extravagancia, “no solo este negocio es de locos”. “Twitter es de locos, al igual que los tamagotchis y The Million Dollar Homepage”, continúa. Sin embargo, “una vez que se han establecido se convierten en algo normal”.

Tanto en sus trabajos anteriores como en Shitexpress, basa su plan de negocio en el concepto de producto mínimo viable: fabrica un artículo sencillo con la menor cantidad de funcionalidades posible para conocer la respuesta de los clientes y averiguar qué es lo que realmente quieren.

Aunque la página web estaba lista a mediados de año, le llevó varios meses pensar en los detalles y en la manera de buscar clientes. Como sabía que el tema iba a generar mucha discusión, se le ocurrió mencionar los particulares regalos que ofrecía en Bitcoin Forum y, aparte del inglés, tradujo el comentario al francés y el castellano. “Cuantos más idiomas utilices, mayor será la audiencia a la que atraerás”, asegura.

Después publicó un enlace a Shitexpress en el agregador de noticias Reddit, en las categorías de ‘Bitcoin’ y ‘Startups’. Funcionó. Solo durante aquel día recibió 5.584 visitas: el 48% procedían del foro de Bitcoin, el 31% de Reddit y el resto tenía orígenes diversos. Al final de la jornada se habían producido los primeros cuatro pedidos que entonces solo podían pagarse mediante bitcoines.

Ahora que tenía clientes, debía elegir los paquetes más adecuados y la forma de envío. Todo, claro está, al menor coste posible. A los diez días mandó los primeros lotes de forma anónima. Ni siquiera él conocía la identidad de los usuarios. “Podemos enviar las cajas a cualquier parte del mundo”, afirma el CEO, que se vale de los servicios de correos de cada estado. Hace poco han añadido una excepción: Australia, donde “son muy estrictos sobre la importación de cierta clase de cosas a su territorio”.

Los excrementos los obtienen gratis de un establo. “Estamos pensando en comprarlo a un precio bajo en otro sitio, porque necesitamos más”. Y el envase es simple: consta de una caja de plástico, la caja de papel y las pegatinas.

Mientras preparaba todos los detalles, Peter seguía consiguiendo más afluencia desde las dos páginas, donde continuaba poniendo ‘links’ y anuncios sobre su negocio, pero dejó de funcionar. Tuvo que parar porque de lo contrario los reguladores de los foros terminarían por tachar su contenido de ‘spam’. El tráfico acabó por ralentizarse de nuevo.

En octubre y noviembre, algunos medios hablaron de su proyecto, con lo que las visitas aumentaron exponencialmente. Sin embargo, aunque muchos internautas comenzaban sus pedidos, pocos llegaban a pagar. Entonces fue cuando Peter decidió añadir PayPal a la ecuación y (¡bingo!) los ingresos crecieron como la espuma.

Peter ya no está solo: algunos amigos se han unido a su proyecto para ayudarle. No le gusta hacer predicciones sobre el futuro de Shitexpress, le recuerdan a “esos hombres de negocios que hacen previsiones de sus ventas”. La clave para seguir adelante, afirma, está “en mantener la creatividad” y prepararse para los días de San Valentín, Acción de Gracias y Navidad.

Quizá no sea un buen regalo de reyes para un familiar, pero, quién sabe, puede que te apetezca enviarle una caja de Shitexpress a un (no tan) amigo, a un (no tan) buen compañero de trabajo o incluso a tu jefe. Recuerda: es anónimo.

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Las fotos de este reportaje son propiedad de Peter/Shitexpress

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