Máquinas para cargar el móvil por todas partes, el sueño de una empresa española
Vas a Ikea con la intención de hacer algunas compras (o de comer sus famosas albóndigas de dudosa procedencia); has quedado con una amiga, pero no habéis especificado en qué punto concreto. Quieres llamarla, buscas tu móvil en el bolso y te das cuenta de que se ha quedado sin batería. Se te ocurre pedir ayuda, pero sabes que pocas personas estarían dispuestas a prestarte su teléfono un momento, así que preguntas directamente al personal de la tienda.
¿Necesitas carga? Pues allí mismo, a diez pasos, tienes una máquina específica para rellenar la batería. Solo debes abrir uno de sus casilleros, buscar el cargador que se adapte a tu dispositivo (hay para todos los que se comercializan actualmente) y echar unas monedas. Tu móvil vuelve a la vida.
La idea es de Help Battery, una empresa española que hace apenas año y medio sacó a la calle su primera máquina de 'vending' para cargar teléfonos y que ya ha distribuido cerca de 300 por las ciudades más importantes de España.
Ellos se encargan de fabricar las máquinas que después se destinan a lugares con gran afluencia de público: centros comerciales, aeropuertos, cafeterías, discotecas, salas de espera, estaciones de tren o autobús… Tanto lugares públicos como privados.
Una cuestión de demanda
Hay muchos tipos de máquinas y cada una de ellas se fabrica a medida, según las exigencias de quien la encarga. De un tamaño u otro, de un modelo u otro, pensadas para un público distinguido o para uno con escaso poder adquisitivo, para cargar cinco o veinte dispositivos. Los que sean.
En cualquiera de sus formas, estas máquinas “son una cuestión de demanda”, explica a HojadeRouter.com Jose Antonio Gutiérrez, uno de los cinco jóvenes que impulsan la pequeña empresa. El servicio suele ser barato - en torno a 1 euro por 40 minutos de carga -, pero “en sitios de lujo el mismo tiempo cuesta unos 3 euros”.
¿Lo más importante? Que estén colocadas a la vista de los usuarios. Los miembros de Help Battery nos confiesan que ese es uno de los principales problemas de este tipo de máquinas: son pocos quienes conocen su existencia. “Muchas veces la gente ni sabe que existe un servicio como este”, pero no es algo que les preocupe especialmente porque su producto no está enfocado a los que van buscando la máquina de forma expresa, sino a que cualquiera pueda utilizarla en “momentos de necesidad”.
También es habitual utilizarlas en momentos de aburrimiento, cuando se pasan las horas esperando en un lugar, quietos, sin hacer nada. “Ese es el momento adecuado para cargar tu móvil”. También para evitar que la batería se consuma por el uso continuo de aplicaciones para matar el tiempo.
Seguridad y adaptación
El punto fuerte, según Gutiérrez, es su capacidad para adaptarse a las exigencias extranjeras. Si alguien de América o de Asia se hospeda en un hotel y utiliza un tipo de enchufe distinto al estándar de España, no tendrá problemas a la hora de conectarse a las máquinas de Help Battery. “También permite que el recepcionista no tenga que quedarse custodiando el teléfono de los huéspedes”, que el trabajador del hotel no pierda tiempo en una tarea que no es la suya y que tampoco tenga que enferntarse a las consecuencias de perder un dispositivo que es de otra persona.
Por otro lado, está pensada para que el usuario se sienta seguro cuando la utilice. Las máquinas pueden funcionar con llaves particulares, claves electrónicas o códigos y suelen estar custodiadas por una cámara de seguridad. De nuevo, depende del cliente. En cualquier caso, se trata de que el móvil se cargue fuera de la vista y el alcance de otras personas.
Por el momento no se ha producido ningún robo, aunque algún usuario sí ha olvidado su clave secreta y ha optado por recurrir a la violencia. “Con la clave maestra [la que tienen los empleados del lugar donde se instala la máquina] es fácil abrir la taquilla”, aunque en una ocasión una persona que no encontraba su contraseña - y tampoco a nadie que pudiera abrir la máquina - recuperó el teléfono forzando el aparato, sirviéndose incluso de herramientas.
Una necesidad mundial
Help Battery tiene claro que cargar el teléfono móvil es una necesidad de todos, independientemente de la procedencia. En su corto periodo de vida ya cuentan con distribuidores de otros países – como Colombia y Panamá – que han decidido unirse a la franquicia.
Ahora crecer a nivel internacional es su principal objetivo porque el mercado español, afirman, “está ya saturado”. Los lugares que más necesitaban estas máquinas están cubiertos, así que ha llegado el momento de expandir fronteras. Y no solo geográficas, sino también en innovación: ya no solo se dedican a las máquinas de 'vending'; también diseñan dispositivos para cargar el teléfono en peluquerías, servilleteros y hasta unos que te permiten recargar la batería en el gimnasio mientras pedaleas en la bici estática.
Darse a conocer como empresa es complicado, y acceder a los canales de distribución también, pero este equipo está dispuesto a ir de feria en feria y de exposición en exposición para que sus productos cobren relevancia. De momento, en el día a día, se dedican a seguir pensando y fabricando nuevas máquinas. A día de hoy no son rentables, pero confían en serlo pronto, cuando los mercados internacionales se interesen por Help Battery.