Laura Molano: “Cada euro que pasa por el puerto puede tener un efecto multiplicador en bienestar social y desarrollo sostenible”
Desde su rol como jefa del Departamento de Gobierno Corporativo, Comunicación y RSC de Ports de Balears –la denominación comercial de la Autoridad Portuaria de Baleares–, Laura Molano Villar controla la comunicación y la responsabilidad social corporativa de un organismo –dependiente del Gobierno de España– que gestiona los cinco principales puertos del archipiélago: Palma, Alcúdia, Maó, Eivissa y la Savina, en Formentera. Infraestructuras esenciales para la ciudadanía y, también, para cualquier sector económico de las islas.
En su entrevista con elDiario.es, la directiva de APB traza las líneas maestras de una gestión que busca profundizar en los objetivos medioambientales de la Agenda 2030 mientras aumenta la transparencia en busca de una mayor participación social en la toma de decisiones clave. El reto, dice Molano, “es cumplir una estrategia que contribuya a la integración de los puertos en las ciudades donde se encuentran”, como acaba de suceder con la reforma del recién inaugurado Passeig Marítim de Palma.
Environmental, social and corporate governance, o, simplemente, ESG: con esas siglas se designan los factores ambientales, sociales y corporativos que se tienen en cuenta para diseñar la estrategia de gobierno de cualquier empresa privada o ente público. ¿Qué importancia tienen en las decisiones que se toman en la APB?
Nuestra estrategia ESG representa una evolución profunda en la forma en que entendemos la sostenibilidad y la gestión pública. La APB ha pasado de aplicar políticas medioambientales aisladas a integrar los criterios ambientales, sociales y de gobernanza en todo el modelo de gestión. Implica revisar procesos internos, promover la transparencia, consolidar una cultura ética y reforzar el diálogo con nuestros grupos de interés. Queremos que nuestras decisiones generen valor compartido, tanto dentro del sistema portuario como en las comunidades que conviven con él. En definitiva, no buscamos sólo puertos más eficientes, sino también más humanos, participativos y sostenibles.
¿Cuándo han empezado a pesar estos criterios en su hoja de ruta?
Estos criterios forman parte de la APB desde hace años. Sin embargo, la reciente creación de un departamento de Gobierno corporativo, comunicación y RSC dota de recursos y profesionales la intención de la dirección y presidencia de hacer realidad una estrategia ESG que genere impactos reales en la sociedad balear.
Otro concepto anglo muy en boga es el cash flow social: ¿qué papel desempeña en el día a día de la APB?
El concepto de cash flow social nos permite traducir en valor tangible el impacto que generamos más allá del ámbito económico. Medimos no sólo los ingresos o la rentabilidad financiera, sino también los beneficios que nuestra actividad aporta a la sociedad: empleo directo e indirecto, mejora de infraestructuras urbanas, dinamización económica local, o iniciativas sociales y culturales. Por ejemplo, la colaboración con instituciones locales para abrir los puertos a la ciudadanía o las actividades culturales que acercan el entorno marítimo a las personas son parte de ese flujo social positivo. Este concepto refleja que cada euro que pasa por el puerto puede tener un efecto multiplicador en bienestar social y desarrollo sostenible.
¿Qué avances concretos se han hecho en materia de transparencia y ética corporativa?
Estamos impulsando una nueva estrategia de transparencia y ética que refuerce nuestra posición como entidad pública responsable. Esta estrategia incluye la actualización del código ético, la creación de nuevos canales de consulta y denuncia interna, y la mejora en la accesibilidad y comprensión de la información que ofrecemos al público. Además, estamos revisando cómo publicamos nuestros datos para hacerlo de forma más proactiva y didáctica. Queremos que cualquier ciudadano pueda saber, sin dificultad, cómo se gestionan los recursos, qué criterios guían nuestras decisiones y de qué manera impactan en su entorno. La transparencia debe ser parte de nuestra identidad institucional, no sólo una obligación legal.
¿Qué gana una entidad como la APB siendo transparente ante la ciudadanía?
La transparencia es un valor crítico y esencial para cualquier entidad, pero para la APB es además una palanca crítica para gestionar los valores intangibles de nuestra organización, construyendo una relación de confianza con nuestros grupos de interés, fomentando su participación activa en nuestra estrategia y facilitando así la fluidez y el avance de iniciativas y proyectos, que dada nuestra naturaleza, son críticos y de impacto en el largo plazo.
¿Cómo se aborda la vertiente social dentro de este modelo de gestión?
La vertiente social es uno de los pilares de nuestra estrategia. El Marco Estratégico de Puertos del Estado pone en pie de igualdad la dimensión económica, ambiental y social, y por eso estamos trabajando intensamente en desarrollar una estrategia específica en este ámbito. Queremos que incorpore aspectos críticos como la igualdad, la ética y la integridad, la transparencia, la colaboración en proyectos solidarios, la formación y los planes de carrera, o la cultura empresarial. Nuestro objetivo es ser una administración cercana, útil y que genere impactos positivos en el desarrollo socioeconómico de la comunidad autónoma y en la vida de las personas.
¿Hasta qué punto es complejo poner el aspecto social en igualdad de condiciones con el económico?
Sin duda, es difícil ponerlo a la par que la actividad económica. Y lo es porque, como requiere tiempo e inversión, suele ser lo primero que cae en momentos de crisis o de urgencia. Eso, desde mi punto de vista, es un profundo error. Decir que las personas deben de estar en el centro es fácil, pero aplicarlo en políticas internas, en una vocación real de servicio, en la traslación de las necesidades de nuestros grupos de interés en el centro de nuestras decisiones. Sin embargo, creo fervientemente que todo lo que respecta a la vertiente social es una inversión necesaria a corto y a largo plazo, y, por eso, en nuestra estrategia y en nuestros presupuestos lo estamos reflejando.
¿Podría dar un ejemplo concreto de integración puerto-ciudad?
Un ejemplo claro es el proyecto de remodelación del paseo marítimo de Palma, un proceso de transformación integral que busca equilibrar de nuevo el espacio público y abrirlo a la ciudadanía. Este proyecto combina sostenibilidad urbana, movilidad activa y recuperación del frente marítimo, y se ha desarrollado con una intensa coordinación entre administraciones y una amplia implicación de los grupos de interés. El objetivo es que el puerto sea un espacio más accesible, integrador y conectado con la vida urbana.
El proyecto de remodelación del paseo marítimo de Palma es un proceso de transformación integral que busca equilibrar de nuevo el espacio público y abrirlo a la ciudadanía
¿Qué influencia va a tener la reforma del Passeig Marítim de Palma en los grandes proyectos que se lleven a cabo a medio y largo plazo en las infraestructuras que gestiona la APB?
Ha marcado un antes y un después en nuestra forma de relacionarnos con la ciudad, tanto física como relacionalmente. Desde el punto de vista físico o estructural, hemos sentado las bases de un enfoque que prima la escala humana en las integraciones puerto-ciudad, y eso no tiene marcha atrás, en tanto que está alineado con las grandes tendencias mundiales. Por otro lado, desde el punto de vista relacional, el Passeig Marítim de Palma ha sido nuestra primera experiencia estructurada en la gestión de grupos de interés, pero ya estamos mejorando ese modelo. Por ejemplo, con el proceso participativo de la remodelación de la ribera sur del puerto de Mahón, que estamos llevando a cabo antes de la definición del proyecto, al objeto de recabar las inquietudes de todos nuestros grupos de interés para construir de forma participativa el mejor puerto posible para todos los intereses y necesidades.
¿Qué papel juegan en esa integración jornadas de puertas abiertas, como la Open House Palma de la que acaban de formar parte?
Las jornadas de puertas abiertas como el OPEN House –o las que nosotros realizamos en nuestros puertos– son herramientas fantásticas para acercarnos a la sociedad y divulgar la acción de la Autoridad Portuaria de Baleares, así como para fomentar el uso y disfrute de espacios portuarios por parte de la sociedad.
¿Cómo ha cambiado la manera de comunicar de la APB en este nuevo contexto?
Estamos construyendo una comunicación más cercana, proactiva y bidireccional. Queremos pasar de informar a dialogar. Implica ofrecer información clara, accesible y en tiempo real, pero también escuchar y responder a las preocupaciones de nuestros grupos de interés. En los últimos meses hemos reforzado nuestra presencia digital, mejorado la accesibilidad de los contenidos y diversificado los formatos para llegar a distintos públicos. Además, tratamos de explicar los proyectos de una forma más pedagógica, mostrando cómo cada actuación se vincula con los objetivos ESG. La comunicación no es solo difusión, es una herramienta de cohesión social y de legitimidad institucional.
Ahora, la comunicación entre el organismo y el ciudadano puede ser directa. Las redes sociales ahorran intermediarios. ¿Cómo influye en los mensajes que lanzan desde la APB?
Las redes sociales nos abren una ventana de comunicación directa, bidireccional y viva con los ciudadanos, y queremos potenciarlas aún más para estrechar esos lazos de relación, yendo mucho más allá de la típica venta de imagen impoluta tan típica de las redes sociales. Queremos mostrarnos con naturalidad, compartir, preguntar, responder...
Cuando elaboran informes y reportes de sostenibilidad, también se refieren con frecuencia al concepto de materialidad. ¿Qué es?
La materialidad es el eje sobre el que construimos nuestros reportes. A través de un análisis sistemático identificamos los temas más relevantes para nuestros grupos de interés y para la propia organización, priorizando aquellos que tienen mayor impacto económico, ambiental o social. Nos permite elaborar informes más útiles, claros y orientados a la toma de decisiones. Aunque no nos aplica directamente, vamos a utilizar como referencia la norma europea CSRD [que indica cómo se deben elaborar los informes de sostenibilidad]. En 2025 contamos por primera vez con un espacio interactivo y navegable para la memoria de sostenibilidad. Permitirá a cualquier persona explorar de forma dinámica los avances y resultados de nuestra gestión.
¿Cómo será el acceso que cualquier ciudadano podrá tener a los resultados de la gestión responsable que se realice desde APB?
El acceso será intuitivo y dinámico, porque, además de ofrecer información de calidad y con rigor, queremos proporcionar materiales y datos relevantes, útiles y con un formato atractivo y que fomente su consumo.
¿Qué desafíos enfrenta la Autoridad Portuaria de Baleares en la implantación de los criterios ESG?
El principal desafío es lograr que la sostenibilidad sea transversal y no un ámbito aislado. Queremos que cada área de la APB, desde la ingeniería y el urbanismo hasta la gestión administrativa, incorpore los criterios ESG en su día a día. Otro reto importante es la medición: establecer indicadores que reflejen de forma precisa tanto los impactos ambientales como los sociales y de gobernanza. Y, por supuesto, consolidar una cultura interna que entienda la ética, la transparencia y la sostenibilidad como una forma de trabajar, no como una moda o una obligación externa.
¿Cuánto tiempo cree que es necesario para que la sostenibilidad sea parte de la filosofía de un organismo como la APB y no un elemento accesorio?
Los grandes cambios requieren de tiempo. No me atrevería a marcar un horizonte temporal concreto, pero me gustaría que nuestra estrategia ESG 2026-2030 fuera una realidad cuando todos –organizaciones públicas, privadas y sociedad– debamos rendir cuentas al evaluar nuestro desempeño al final del periodo determinado por la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
¿Qué papel juegan en este proceso las alianzas y la cooperación con otras entidades?
Las alianzas son esenciales. La sostenibilidad se construye en red. Colaboramos con universidades, centros de investigación, entidades empresariales, administraciones públicas y organizaciones sociales. Estas sinergias nos permiten compartir conocimiento y desarrollar proyectos de innovación sostenible. Por ejemplo, trabajamos junto a instituciones locales para impulsar la economía azul o proyectos de movilidad sostenible en los entornos portuarios. Además, recientemente la Autoridad Portuaria de Baleares se ha adherido a Forética, la organización referente en sostenibilidad y responsabilidad social empresarial en España, que conecta a empresas e instituciones comprometidas con la gestión ética y sostenible, y promueve la integración de los criterios ESG en las estrategias corporativas.
Las alianzas son esenciales. La sostenibilidad se construye en red. Colaboramos con universidades, centros de investigación, entidades empresariales, administraciones públicas y organizaciones sociales
¿Puede nombrarnos algún proyecto que estén desarrollando o que vayan a poner en marcha en colaboración con otro entre o colectivo?
Justamente, vamos a entrar a formar parte del grupo de acción ‘Sostenibilidad y RSE en las Empresas Públicas’ de Forética. Se trata de una iniciativa colaborativa de liderazgo en sostenibilidad y RSE para el sector público empresarial, con la finalidad de avanzar en el ámbito de la sostenibilidad empresarial y contribuir a la consecución de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, aumentando la ambición, acelerando la acción y potenciando las alianzas.
¿Cómo se mide el impacto de las políticas ESG en la APB?
Lo hacemos a través de indicadores específicos que nos permiten evaluar tanto los resultados tangibles como los intangibles. En el caso del cash flow social, desarrollamos métricas que cuantifican la aportación de la APB al bienestar colectivo: desde el empleo y la inversión local hasta el valor social de las infraestructuras abiertas a la ciudadanía. En sostenibilidad ambiental, medimos las emisiones evitadas, la eficiencia energética o el consumo responsable de recursos. Y en gobernanza, analizamos los niveles de transparencia, cumplimiento ético y satisfacción de los grupos de interés. Además, realizaremos encuestas periódicas para conocer la impresión de la ciudadanía sobre nuestro trabajo y su impacto en la calidad de vida. Estos indicadores no son solo cifras: son una guía para seguir mejorando.
Por los datos e indicadores que ya manejan, ¿hacia dónde deben encaminarse las mejoras de la APB?
En el caso de la APB, queremos mejorar en relación a temas concretos a nivel medioambiental, como el control de ruidos y emisiones. A nivel económico, trabajaremos para multiplicar el efecto tractor de la contratación pública, tanto en la generación de riqueza y desarrollo socioeconómico local como fomentando la innovación sectorial. Y, por último, a nivel social, queremos impulsar la igualdad y la equidad en el sector marítimo portuario, así como liderar una gestión pública cercana que fomente el gobierno abierto y la participación de los grupos de interés de la APB.
¿Qué papel tiene la ciudadanía en este modelo de gestión?
La ciudadanía ocupa un lugar central. Nuestro compromiso es rendir cuentas y generar confianza. Promovemos espacios de diálogo y participación, como los procesos de participación social vinculados al proyecto de reordenación del puerto de Palma y al plan Maó Horitzó 2030, que nos permiten recoger aportaciones y expectativas ciudadanas. También hemos desarrollado una intensa gestión de grupos de interés durante el proyecto de remodelación del paseo marítimo de Palma, un ejercicio de escucha activa y coordinación ejemplar. Además, estamos trabajando en la creación de comisiones permanentes puerto-ciudad para facilitar estos espacios de diálogo, escucha y colaboración continua. Creemos que el puerto debe ser un espacio compartido y un punto de encuentro con la comunidad.
La ciudadanía ocupa un lugar central. Nuestro compromiso es rendir cuentas y generar confianza
¿Cuáles son los objetivos a largo plazo de la APB?
Nuestra visión es convertirnos en un referente portuario sostenible, ético y transparente, que genere prosperidad compartida. Aspiramos a que cada decisión de la APB contribuya a un equilibrio entre desarrollo económico, respeto ambiental y bienestar social. Queremos puertos integrados en la ciudad, abiertos a la innovación, comprometidos con la economía circular y gestionados con criterios de buen gobierno. En definitiva, buscamos ser un actor público que inspire confianza, promueva el diálogo y sea motor de progreso sostenible en las Islas Baleares.
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