Hoteles y bares se saltan la ley de residuos en Balears y siguen utilizando envases de plástico de un solo uso
Pese a la prohibición por parte de la Ley de Residuos de Balears de 2021 de la utilización de envases de un solo uso en los establecimientos de las islas, parece ser que una gran parte de quienes los emplean no se da por aludida y todo tipo de envoltorios de plástico y otros materiales son utilizados en bares, hoteles, clubes y establecimientos turísticos de forma indiscriminada. Así puede comprobarse en Eivissa si acudimos a bares, restaurantes y lugares de ocio que, salvo excepciones, no cumplen la normativa, con la impunidad que les da la falta de conciencia así como la insuficiente inspección.
En concreto, la normativa balear establece en sus objetivos que no se pueden usar para el consumo de alimentos y bebidas en los establecimientos Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) desde marzo de 2021 utensilios de un solo uso como platos, cubiertos, vasos, tazas, pajitas para bebidas, bandejas, cajas, tarrinas, bolsitas, blondas, y similares, independientemente del material del que estén hechos, excepto servilletas y los manteles de celulosa, de acuerdo también con la Ley estatal de envases (11/1997) y la Directiva europea de plásticos de un solo uso (2019/904), que establece que los platos, vasos, tazas, bandejas y otros recipientes así como los cubiertos deben estar adheridos a Ecoembes, que establece un punto verde o a un sistema individual de recuperación de envases autorizado.
Así, desde julio de 2021 no pueden estar fabricados con ningún tipo de plástico, incluido el de origen biológico. Las pajitas tienen que estar hechas de material compostable no plástico, es decir, de celulosa compostable. Eso sí, solo pueden utilizarse para llevar a casa y nunca se utilizarán para un solo uso dentro de los locales. En cuanto a los envases de bebidas de los hoteles, restaurantes y cafeterías, de cara a 2030 se tendrá que reutilizar el 40% de los envases de aguas envasadas, el 80% de los de cerveza y el 70% de los de bebidas refrescantes.
Una de las normas más ambiciosas del Estado
Esta normativa balear es una de las más ambiciosas del Estado español. Así lo pone de manifiesto Ayelem Alonso, de la entidad Plastic Free Ibiza y Formentera, que desde 2018 trabaja contra la contaminación por plástico, promoviendo la reutilización y la adecuada gestión de los residuos y que, tal y como figura en su web, tiene como objetivo eliminar el plástico de un solo uso este mismo año 2023. Para ello promueve la certificación Plastic Free Balearics con el objetivo de incentivar la reducción del plástico de un solo uso en el sector Horeca, que “es el que más residuos genera en las islas”, explican desde la organización.
La entidad asegura que desde el año 2019 se han emitido más de 180 certificaciones a compañías locales, organizaciones y eventos en las Pitiusas. “Creemos que la ciudadanía balear puede estar orgullosa de vivir en una comunidad que ha implementado una ley como ésta, con los objetivos tan ambiciosos que persigue” -asegura-, dado que la balear “es pionera en España, donde pese a existir una Ley de Residuos y Suelos Contaminados no es tan ambiciosa en lo referente a medidas y prohibiciones de productos de un solo uso”, puntualiza la portavoz de Plastic Free.
Creemos que la ciudadanía balear puede estar orgullosa de vivir en una comunidad que ha implementado una ley como la de residuos, con los objetivos tan ambiciosos que persigue
El Mediterráneo, como señala, es uno de los mares más contaminados del mundo y en Eivissa se generan aproximadamente unos 600 kilos de residuos por persona al año, una cifra que “es urgente reducir” y “por eso es urgente que se cumpla”. La entidad asegura que uno de los requisitos de estas certificaciones es dar cumplimiento a la ley de residuos y no usar bioplásticos: “Con eso tienes una estrella”. Este año, puntualiza, se está analizando si los establecimientos siguen ateniéndose a la normativa. “Hacemos un análisis de los productos que tienen a través de un cuestionario que rellenan con productos, tipos de productos, alternativas implementadas y cantidades y comprobamos incluso con tickets de compra si tenemos dudas sobre los datos”, explica Alonso.
A pesar de estas certificaciones, todavía existe una gran cantidad de empresas de este sector que no dispone de ellas, con lo que los residuos plásticos de un solo uso se siguen produciendo. Según Statista, Eivissa contó en 2022 con algo más de 1.100 restaurantes y restaurantes y Formentera con 133. En cuanto a establecimientos hoteleros en 2020, último año del que figuran datos, Ibiza contó con un total de 111 hoteles y Formentera 19.
Confusión sobre los productos de un solo uso
Por otro lado, de los establecimientos certificados, algunos sí la están cumpliendo y “muchos otros creen que están cumpliendo cuando en realidad no lo hacen”, resaltan desde Plastic Free, quienes aseguran que existe “mucha confusión” ya que el mercado y los distribuidores promocionan productos compostables de un solo uso que, pese a ser legales para su consumo fuera del local, no pueden utilizarse dentro de los establecimientos. “Es decir, poner una pajita de cartón compostable en un zumo que consumimos dentro de un bar es ilegal, igual que la de plástico”, aclara la entidad.
Asimismo, insiste en que “también hay mucha confusión y greenwashing con algunos bioplásticos que se anuncian como compostables” pero que, tal y como señala Greenpeace, sólo se degradan en condiciones industriales dado que necesitan procesos especiales, como exponerlos a altas temperaturas, unas condiciones que no se dan en el medio natural, en el que “muy difícilmente se degradarán”.
Hay confusión y 'greenwashing' con algunos bioplásticos que se anuncian como compostables pero que, tal y como señala Greenpeace, sólo se degradan en condiciones industriales dado que necesitan procesos especiales, como exponerlos a altas temperaturas
No obstante, Alonso asevera que, por lo general, las personas y empresas con las que se encuentran “sí quieren trabajar para mejorar y reducir sus residuos”. Alonso señala, además, que otro de los problemas es radica en que los sistemas de producción llevan años adaptados a la economía lineal y “adaptarlos a un modelo circular de golpe no es fácil”. Por ejemplo, los hoteles que tienen bufets libres cuya normativa de sanidad impide que haya cruces entre alimentos por motivos de alergias y, a la vez, no pueden utilizar monodosis. “Se necesitan muchas campañas específicas para concienciar acerca de este tema, de la ley y la importancia de la reducción de plásticos y productos de un solo uso, así como armonizar normativas que puedan resultar contradictorias”, abunda. Desde Plastic Free, asimismo, abogan por un sistema en el que se den incentivos y las sanciones sean efectivas.
El papel de las instituciones públicas
Los planes directores sectoriales de prevención y gestión de residuos no peligrosos son competencia de los Consells Insulars y estos regulan los residuos generados por el sector Horeca mientras los ayuntamientos asumen competencias en recogida y también en vigilancia, inspección y sanción en el ámbito de los residuos domésticos. En Eivissa, el de Sant Josep es el que más establecimientos de este tipo tiene, pero no aporta cifras exactas sobre los residuos arrojados por ellos. No podemos saber si son exclusivos de Horeca, ya que también hay otros productores“, aseguran a elDiario.es fuentes del Consistorio.
“Los técnicos nos dicen que es imposible saberlo. Lo que sí hacemos es identificar cuándo se da un 'impropio', residuos que no son los adecuados y no se recogen”, añaden. En este caso, los empleados municipales dejan una hoja de incidencia y a partir de ese momento se realizan inspecciones para asegurar el correcto depósito de residuos.
Por su parte, el Ajuntament de Sant Antoni se hace cargo de estas recogidas, pero las cantidades retiradas se computan conjuntamente con las cantidades provenientes de la recogida domiciliaria, ya que se alternan varios formatos de recogida (carga lateral, carga posterior, puerta puerta...) y “resulta complicado separar las cantidades que provienen del sector Horeca y las que vienen de la parte domiciliaria”, puntualizan fuentes de la corporación municipal.
En cuanto a los envases de un solo uso, la retirada que realiza el Ajuntament se efectúa a través de cubos o bolsas cerradas. “No se hace caracterizaciones de los residuos, por lo que no se puede decir de forma certera si hay plásticos de un solo uso o porcentajes”, explican. Las caracterizaciones las llevan a cabo directamente los sistemas integrados de gestión (Ecoembes o Ecovidrio).
Inspecciones y sanciones en establecimientos comerciales
Por su parte, el Govern balear, a través del Servicio de Residuos y Suelos Contaminados, desarrolla desde el año 2021 una campaña autonómica de cumplimiento de la aplicación de la Ley que consiste en desarrollar inspecciones a establecimientos comerciales para asegurar el correcto cumplimiento de las obligaciones relativas a los productos de un solo uso, según informan a elDiario.es fuentes de la actual Conselleria de Empresa, Empleo y Energía. Unas disposiciones que se encuentran detalladas en sus artículos 23 y 24, entre otras. En total, desde 2021 se han realizado un total de 143 inspecciones divididas en tres bloques.
El primero corresponde a la revisión del cumplimiento del Real Decreto 293/2018 de 18 de mayo sobre la reducción del consumo de bolsas de plástico, concepto por el que se han hecho 83 inspecciones. Además, se han llevado a cabo 20 inspecciones para hacer cumplir el artículo 23 y 24 de la Ley 8/2019 de productos de un solo uso, y, en tercer lugar, para el cumplimiento de los artículos 23, 24 y 26 de esa misma ley se han realizado 40 inspecciones.
Todas ellas, aseguran desde la Conselleria, han sido llevadas a cabo por parte de los agentes de Medio Ambiente y también en colaboración con el personal de la dirección General de Consumo. A día de hoy, de todas estas inspecciones se han abierto un total de 91 expedientes sancionadores. De ellas, 75 han sido infracciones leves y 16 infracciones graves. Las leves son sancionadas con multas de hasta 900 euros y las graves con entre 2.000 y hasta 20.000 euros. Las cuantías que se han impuesto dentro de esta campaña desde 2021 hasta hoy han sido un total de 120.500 euros, según estas mismas fuentes. La Ley de Residuos establece sanciones de 300 euros hasta 9.000 euros para infracciones leves, de 9.001 euros hasta 300.000 euros para las graves y a partir de 300.001 euros hasta 1.750.000 euros para las muy graves.
La Ley de Residuos establece sanciones de 300 euros hasta 9.000 euros para infracciones leves, de 9.001 euros hasta 300.000 euros para las graves y a partir de 300.001 euros hasta 1.750.000 euros para las muy graves
El Consell de Ibiza no dispone, por su parte, de datos de recogida de los residuos de Horeca. Sin embargo, en los datos correspondientes a junio de 2023 se puede constatar un aumento de residuos de tipo plástico respecto al 2022 de un 3,63%.
Motivación de la Ley de Residuos
Según aparece en el texto de la Ley de Residuos, el texto se articuló basándose en datos de la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Govern a través de la Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (ABAQUA), un servicio público e integral de limpieza por mar, “único en el Mediterráneo, que actúa durante cuatro meses de la temporada de verano”. En 2017, por ejemplo, se retiraron 44 toneladas de residuos del litoral de las islas. Entre estos residuos, los plásticos son la materia predominante, con un 42,7%. En la exposición de motivos se resalta que otros sistemas como papeleras recogen cada año 90.000 bolsas, 12.000 botellas grandes de bebidas, 50.000 botellas pequeñas de agua (de 0,33 l), 33.700 vasos, 117.600 utensilios pequeños y una gran cantidad de microplásticos.
En el Mediterráneo occidental se han encontrado residuos plásticos en un 76% de las tortugas marinas estudiadas, según un informe de 2016. Con respecto a la pardela balear (Puffinus mauretanicus), especie emblemática de las Illes Balears y el ave marina más amenazada de Europa, la ingestión de plástico fue la causa más probable de la muerte de 4 de los 7 cadáveres estudiados. Cada día se utilizan en el mundo mil millones de pajitas que tardan centenares de años en degradarse. La Ley de residuos de Baleares daba, desde 2021, a todos los actores implicados dos años de adaptación.
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