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Polémica en Italia por el freno a la ley que da la nacionalidad a los hijos de extranjeros

Polémica en Italia por el freno a la ley que da la nacionalidad a los hijos de extranjeros

EFE

Roma —

La legislatura en Italia afronta su recta final. Esta semana previsiblemente se disolverá el Parlamento, con la polémica por no haber tramitado el proyecto de ley que introduce el “Ius soli” (derecho de suelo), que daría la ciudadanía a los niños de padres extranjeros nacidos en el país, porque los senadores no acudieron al hemiciclo.

La controvertida ley que daría la nacionalidad a cerca 800.000 niños tenía que haber sido tramitada hoy, pero los parlamentarios para no tener que debatir sobre ella ni si quiera se presentaron en el hemiciclo.

Aunque los italianos están completamente divididos sobre esta ley, en algunos sondeos los contrarios superan incluso el 60%, lo que ha sentado mal a la opinión pública ha sido que los senadores hayan adelantado sus vacaciones.

El pasado 23 de diciembre faltó el número legal y las sesiones del Senado se aplazaron al próximo 9 de enero.

No se presentaron los senadores de los partidos de centroderecha, también faltaron los del Movimiento 5 Estrellas (M5S), pero se ausentó además una parte del Partido Demócrata (PD), promotor del proyecto de ley.

Desde las páginas de la Repubblica, el coodirector, Tommaso Cerno, criticó duramente a los senadores que “enterraron la cabeza bajo la arena ante lo que es una realidad, ante 800.000 niños y jóvenes que cada día van al colegio junto a nuestros hijos”.

Además del malestar por las largas vacaciones, los medios italianos se hacen eco hoy en sus portales web de la carta que ha escrito la asociación “Italianos sin nacionalidad”, que engloba a jóvenes de padres extranjeros, la mayor parte de ellos nacidos en Italia, al jefe de Estado, Sergio Mattarella, para que aplace la disolución del Parlamento y se pueda aprobar la ley.

Piden al Presidente de la República que no disuelva las Cámaras el 28 o 29 de diciembre como se prevé sino que espere al 9 de enero para que los políticos afronten una votación.

“Algunas veces las autoridades de un país democrático son llamadas por la Historia a promover leyes que pueden parecer que dividen, pero en realidad son necesarias para potenciar los anticuerpos y a crear márgenes contra las fuerzas antidemocráticas y desestabilizadoras. No nos dejéis solos de nuevo”, se lee en la carta que han enviado a Mattarella.

“Querido presidente, estará de acuerdo con nosotros que el 23 de diciembre, la República ha fallado en la eliminación de estos obstáculos manteniendo una distinción neta entre ciudadanos y no”, escriben.

El proyecto de ley, fuertemente apoyado por una gran parte del PD y que incluso el primer ministro, Paolo Gentiloni, calificó como de “obligación moral” se verá si vuelve a formar parte de su programa político.

La ley, que fue aprobada en la Cámara de los diputados en 2015, preveía que para que los nacidos en el país obtengan la nacionalidad italiana es necesario que uno de los dos padres tenga un permiso de residencia indefinido.

Además, el proyecto de ley introducía la llamada “ius culturae” (derecho cultural) que da la posibilidad de conseguir la nacionalidad italiana a los niños extranjeros menores de 12 años y que han ido al colegio durante al menos cinco años consecutivos.

Ahora la palabra pasa a Mattarella que desde mañana tendrá que decidir cuándo disolver las Cámaras aunque todo parece indicar que el calendario está decidido.

Los medios italianos afirman que se espera una rueda de prensa de Gentiloni el 28 de diciembre en la que hará balance de su año en el Gobierno y después, esa misma tarde, el jefe de Estado pondrá fin a la legislatura.

En una inmediata reunión del Consejo de ministros se decidirá la fecha de las elecciones, que como reza el artículo 61 de la Constitución, se deben celebrar entre 45 y 70 días desde el momento en el que termina la legislatura y por tanto se piensa que los comicios serán el 4 de marzo.

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