OIE: La seguridad alimentaria depende de animales salvajes en algunos países

Una futura reforma para regular o prohibir los mercados de animales silvestres ha de tener en cuenta la situación de diferentes países, ya que en muchos de ellos estas especies son necesarias para la seguridad alimentaria, dijo a Efe el presidente de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), Mark Schipp.

Se cree que el origen de la actual pandemia se produjo por la transmisión del SARS-CoV-2 de murciélagos al hombre a través de una especie exótica “intermedia” que fue posiblemente ingerida en el mercado húmedo de la ciudad china de Wuhan, por lo que los expertos están buscando reformar la venta de animales silvestres.

Pero la reforma propuesta, cuya implementación podría retrasarse unos dos años, debe tener en cuenta que los animales silvestres son “fuentes de proteínas” para algunas poblaciones, recalcó Schipp, jefe de la oficina de Veterinaria del gobierno australiano, al proponer la alternativa de que lleguen ya muertos a los mercados.

Los animales silvestres generalmente llegan vivos a los mercados húmedos, a diferencia de especies como los ciervos o los conejos, que son cazados en su hábitat, y tanto su manipulación y sacrificio in situ crean condiciones para la transmisión de virus zoonóticos como el coronavirus que provocó la pandemia, precisó Schipp.

Pregunta. ¿Cuándo se mezclan especies que no forman parte de un mismo hábitat en un punto de venta, como por ejemplo un primate de la Amazonía y un pangolín del África, se crean condiciones peligrosas para la propagación de virus zoonítocos?

Respuesta: Sí. Cuando se juntan animales hacinados y estresados, éstos comparten más virus. Dichos lugares son perjudiciales para mantener los estándares de salud ambientales. En un lugar húmedo, las heces, la orina y la sangre se esparcen por doquier y se transmiten los virus de una especie animal a otra, especialmente cuando las jaulas están apiladas una encima de otra.

Cuando se ponen varias especies diferentes juntas se crea un ambiente en el que el virus puede circular entre todas las especies presentes, incluidos sus guardianes y visitantes humanos.

P: China, donde se cree que se ha originado la pandemia de COVID-19, ha dado sus primeros pasos para prohibir la caza, el comercio, el transporte y el consumo de animales salvajes. ¿Cómo contribuye a la iniciativa de la OIE en favor de una reforma de los mercados de animales silvestres?

R: Las acciones individuales de cada miembro (de la OIE) son importantes, pero para hacer un cambio de gran magnitud, muchos países en vías de desarrollo necesitarán asistencia por parte de las organizaciones que establecen los estándares internacionales. En la OMS, la FAO, la OIE estamos instando a establecer estándares para establecer directrices que ayuden a estos países en su transición.

En muchos de esos países estos mercados son importantes en términos de seguridad alimentaria, de su cultura. En otros países ya no es el caso y no es necesaria la presencia de los animales silvestres vivos para su seguridad alimentaria.

Habría que separar a las especies silvestres de las otras especies, asegurarse de que los animales salvajes se presenten muertos en lugar de vivos y por eso estamos buscando que los organismos internacionales establezcan las directrices que fijen unos estándares que sean beneficiosos para todos los países miembros.

P. Entonces no se está abogando por la prohibición sino un conjunto de regulaciones. ¿Considera entonces que la prohibición es contraproducente?

R: No creo que una prohibición sea posible, porque para algunos países es una importante fuente de proteínas y contribuye a la seguridad alimentaria. Para muchos países sería apropiado, para otros una eliminación gradual o el aumento de las regulaciones.

Esto necesita implementarse por país, pidiéndole a las organizaciones internacionales que provean el marco para estas directrices.

P: ¿Ya se ha presentado la propuesta de reforma global y cuáles serían los mecanismos y el cronograma?

R: En la OIE, que vela por la salud y el bienestar de los animales, un coordinador y un grupo de expertos vienen trabajando desde hace un mes para recoger la información disponible e identificar las áreas que necesitan una mayor investigación y las que puedan ser sujetas de regulaciones. Ellos han comenzado el trabajo y una vez que preparen una directriz o estándar y se somete a los estados miembros para que voten, previo debate, para su adopción. Este proceso puede retrasarse uno o dos años.

A corto plazo se brinda la asesoría de expertos, pero es necesaria una solución sostenible a largo plazo. Así que se ha pedido a la OIE que trabaje con sus socios para desarrollar estas directrices.

P. ¿Y será vinculante?

R. Los estándares adoptados por la OIE se hacen por consenso y una vez que son adoptados serían reconocidos por la OMS como un estándar comercial y los países se comprometerían a implementarlos.

Lo que proponemos necesita que todos los países estén implicados en el diseño de los estándares que adoptarán, que tengan voz en lo que se debe regular o proponer como una regulación formal internacional.

P: ¿Las regulaciones que se proponen contemplan sanciones para las personas que consumen ilegalmente animales silvestres o para los que participan en esta multimillonaria actividad del tráfico ilegal de estas especies?

R. El tráfico ilegal de animales silvestres es muy grande, de entre 5.000 a 26.000 millones de dólares (ganancias anuales que equivalen a entre 4.582 a 23.826 millones de euros). Estas regulaciones lo incluirán y las legislaciones a nivel nacional reflejarán su ámbito.

P: ¿Los países podrían encontrar vacíos en las regulaciones, como por ejemplo Japón, que ha sido criticado encubrir la caza de ballenas bajo fines científicos cuando después vende su carne en los mercados?

R: Eso es posible que suceda, pero lo importante es que empecemos el proceso con todos los países discutiendo la importancia del asunto en términos de la pandemia, el bienestar de los animales, la seguridad alimentaria y la biodiversidad para así ponernos de acuerdo en el enfoque necesario para que se adecúe a las situaciones nacionales y para que puedan suscribirlo, implementarlo y hacerlo cumplir.

Rocío Otoya