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The Guardian en español

Azerbaiyán lanza una campaña de represión policial contra la comunidad LGTBI

A pesar de que la homosexualidad es legal en Azerbaiyán, ha sido señalado como el peor de 47 países europeos donde ser gay

Shaun Walker

Moscú (Rusia) —

Activistas de Azerbaiyán alertan de una campaña encabezada por las autoridades contra la comunidad LGTBI de la capital, Bakú. Las informaciones sugieren que en los últimos 10 días se ha detenido a decenas de homosexuales y transexuales. Una persona con la que ha contactado the Guardian asegura haber recibido una paliza en custodia policial.

A pesar de que en este antiguo país soviético con abundantes reservas de petróleo la homosexualidad es legal, una encuesta publicada el año pasado por una asociación defensora de los derechos humanos reveló que, entre 49 países europeos, Azerbaiyán es el peor para los homosexuales.

“No es la primera vez que se persigue a la comunidad LGTBI, pero ahora el alcance está siendo mayor, con ataques sistemáticos y generalizados”, sostiene Samed Rahimli, abogado radicado en Bakú que está ayudando a coordinar la defensa legal de los detenidos.

Rahimli dice conocer 60 casos en los que se ha sentenciado a 20 días de prisión o multado a varias personas a raíz de las recientes medidas contra la comunidad LGTBI. La resistencia policial de los acusados es la razón del encarcelamiento, según las autoridades. “En Azerbaiyán no se suelen presentar estos cargos de manera frecuente en arrestos arbitrarios”. El abogado señala que es muy posible que se haya detenido a mucha más gente en esta ola homófoba, pero que no se contabilizan porque no se han presentado cargos de manera formal.

Las autoridades de Azerbaiyán niegan que la redada se centre en la comunidad LGTBI. Eskhan Zakhidov, portavoz del ministerio del Interior, comunicó a la agencia de noticias APA: “Estas redadas no son contra las minorías sexuales. La gente arrestada ha mostrado una clara falta de respeto a su entorno, molestan con su comportamiento a los ciudadanos y además la policía y las autoridades sanitarias creen que muchos de ellos son portadores de enfermedades infecciosas”.

Zakhidov no aclaró qué podría constituir un comportamiento molesto o una falta de respeto. Otros oficiales han declarado que las redadas no están dirigidas hacia la comunidad LGTBI en particular, sino hacia gente ejerciendo la prostitución, y que tuvieron su origen tras las quejas de los vecinos.

Testimonios anónimos por miedo a mayor represión

The Guardian ha intercambiado mensajes con tres homosexuales que dicen haber sido arrestados. Ninguno ha querido que se hicieran públicos sus nombres, ya que dicen estar actualmente escondidos en Azerbaiyán. Uno de ellos ha dicho que le dieron una paliza en la comisaría y sólo le dejaron ir tras obligarle a pagar una multa de 150 manats (unos 75 euros). “La policía me dijo que me arrestaría si me volvían a ver en la calle. Ahora tengo miedo a salir de casa”.

Otro ha dicho que la policía se le acercó en una discoteca de la capital, diciendo que buscaban a gente LGTBI. Los tres contactados han asegurado que tienen amigos detenidos en estos momentos y han declarado que la policía está llevando a cabo redadas por la ciudad en busca de gente que “parece gay”. Sus historias no han podido ser verificadas pero concuerdan con el testimonio de los abogados locales y de los activistas de derechos humanos.

Samad Ismayilov, activista LGTBI de Azerbaiyán que huyó del país en 2014 al temer por su propia seguridad y actualmente reside en Estados Unidos, dice que empezó a recibir información sobre las redadas el 16 de septiembre. “Hasta ahora conozco a 33 personas afectadas, pero estos son sólo los que han acudido a abogados. Creo que hay mucha más gente que prefiere quedarse callada y esconderse”, dice Ismayilov.

“En Azerbaiyán no hay bares homosexuales, pero sí algunos que se consideran gay-friendly. Amigos me han contado que por primera vez están viendo a gente a las afueras de estos locales buscando detener a homosexuales”, afirma este activista.

Boris Dittrich, del programa de derechos LGTBI de Human Rights Watch, sostiene que la organización está al tanto de las denuncias en Bakú y que aún está intentando confirmarlas. Dittrich ha hecho un llamamiento a “una investigación independiente y exhaustiva” de las denuncias.

No se trata de un problema nuevo

Esta persecución recuerda a la que ha tenido lugar este verano en Chechenia, donde muchos gays han sido detenidos y torturados.

No queda claro qué ha impulsado las redadas en Bakú, o cual es el objetivo final de las autoridades. El tema de la homosexualidad es un tabú en la sociedad azerí, muy conservadora, y el año pasado fue señalada como el peor lugar en Europa para ser gay, según el índice de ILGA-Europe Rainbow, basándose en el número de ataques homofóbos violentos y en comentarios discriminatorios por parte de figuras públicas.

En 2014, un chico de 20 años de Azerbaiyán y activista por los derechos de los homosexuales, Isa Shakhmarli, se ahorcó con una bandera de arcoiris. “Este mundo no puede aguantar mis colores”, decía su nota suicida.

Grupos de derechos humanos llevan mucho tiempo criticando el historial de Azerbaiyán contra los derechos humanos bajo la presidencia de Ilham Aliyev, mandatario del país desde que tomó el relevo a su padre en 2003. Sin embargo, la riqueza petrolífera del país y la presión de los lobbies silencian las críticas internacionales.

Orkhan Mammad ha contribuido a esta información.

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