El apoyo a la política internacional de Trump aumenta entre la derecha española un 22% en el último año

España es, junto a Hungría, el país donde más ha aumentado el apoyo a la política internacional del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entre las personas situadas en el espectro de la derecha. Concretamente, 22 puntos porcentuales en 2019 respecto al año anterior, según la encuesta de Pew Research Center en 33 países.

En nuestro país, solamente el 9% de la derecha se mostraba partidaria de las medidas en política exterior que está aplicando Trump. Por el contrario, en 2019, aumentó hasta el 31%. Aunque ha crecido considerablemente, según la encuestadora, seguimos a la cola en la visión favorable de la política internacional estadounidense, solamente por encima de Francia (30%) y Argentina (27%).

En cambio, Polonia y Hungría –gobernados por partidos de extrema derecha– son los países en los que el apoyo a las decisiones de Trump en asuntos internacionales es mayor. Seis de cada diez polacos que simpatizan con la derecha lo consideran favorable, y más de la mitad de los húngaros en ese mismo espectro dan el visto bueno a la estrategia del mandatario estadounidense. En Italia, la mitad de las personas ubicadas en la derecha ideológica también lo apoyan.

Entre los 33 países encuestados, un 66% desconfía de la gestión del presidente estadounidense de los asuntos de política exterior, frente al 29% que sí se fía de él. México es uno de los países donde el sentimiento anti-Trump es más fuerte, solamente el 8% de los mexicanos vería favorable su política, su otro país vecino, Canadá, lo apoya en un 28%. Sin embargo, en Filipinas e Israel un 77% y 71%, respectivamente, valora positivamente sus medidas en asuntos internacionales. En España, un 21% de la población tiene confianza en Trump.

En el periodo en el que se realizó la encuesta –entre el 18 de mayo y el 2 de octubre–, Trump ha tenido protagonismo en los medios por temas controvertidos como su política migratoria, el encuentro del líder norcoreano Kim Jong-Un y Trump en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas o la guerra arancelaria con Europa.

Los ataques de Donald Trump a los migrantes han sido constantes durante todo su mandato. Una de las múltiples medidas fue el bloqueo de las solicitudes de asilo político a migrantes centroamericanos que no lo pidieran antes “en un tercer país seguro”. Con esta medida, la Administración estadounidense pretendía reducir el flujo migratorio en la frontera con México, pero ya previamente tuvo otras como la de separar a los padres de sus hijos menores de edad tras cruzar la frontera; o un acuerdo con México para que EEUU pudiera devolver a territorio mexicano a los migrantes que entraran en el país, a cambio de que Estados Unidos suspendiera los aranceles a productos mexicanos.

La política arancelaria de Trump ha salpicado a varias zonas geográficas como China, México o la Unión Europea. Después de que la UE amenazara con aplicar represalias económicas a productos estadounidenses en reacción a los aranceles que anunció Trump a Airbus. En el mismo sentido se sitúa China, que, tras meses de tira y afloja entre ambas potencias, finalmente en octubre del año pasado decidieron rebajar las tensiones y seguir con las negociaciones los meses siguientes.

La mayoría de estas medidas se ven de manera negativa en el resto del mundo. La mayor tasa de desaprobación (68%) la tiene la decisión de Estados Unidos de imponer aranceles a los productos extranjeros, seguida de la salida del Acuerdo del Clima de París (66%). Un 60% de los encuestados ve desfavorable la construcción de un muro en la frontera sur con México, y un 55% desaprobaría la decisión de aceptar menos migrantes en el país norteamericano. Por el contrario, las negociaciones con Corea del Norte relativas al programa nuclear tendrían una mayor tasa de aprobación (41%) frente al 36% que las rechaza.

Además un 52% de la población mundial discrepa de la decisión de Trump de retirarse del acuerdo nuclear con Irán –pese a que la encuesta se realizó antes de la escalada de tensión entre ambos países por el asesinato del general Qasem Suleimani el pasado 3 de enero.

En nuestro país, un 81% de los encuestados suspende la política arancelaria de la Adminsitración Trump, que ha castigado a un buen número de productos españoles, y un 87% rechaza que EEUU abandonara el acuerdo del clima –aunque ese rechazo ha disminuido en 4 puntos desde 2018.

Respecto al muro, solamente el 9% de los españoles ve con buenos ojos su construcción y un 26% se muestra favorable a que Estados Unidos limite la entrada de migrantes. Además, según detalla Pew Research, más de la mitad de los votantes de Vox aprobarían la política migratoria que Trump está aplicando en EEUU, frente al 20% del resto de partidos que lo apoyaría.

De todos los encuestados, el 26% tenía una imagen negativa de EEUU tras la toma de posesión de Trump en 2016, una mala imagen que ha ido en aumento hasta alcanzar el 43% de rechazo en esta última encuesta.

Mientras tanto, en el resto de países europeos, el apoyo, por parte de los simpatizantes ultraderechistas es mayor. Los seguidores del partido Rassemblement National (nombre con el que Marine Le Pen ha rebautizado al Frente Nacional), Alternativa para Alemania (AfD) y los Demócratas de Suecia están, como mínimo, un 40% por encima del resto de votantes de mostrarse más partidarios de aplicar las medidas antiimigración de Estados Unidos en sus países.

Respecto a los líderes, en lo que respecta a los europeos, la canciller alemana, Angela Merkel, es la que ha suscitado mayores apoyos entre la población española durante 2019. Un 52% cree que la mandataria alemana hace lo correcto en política exterior. Por el contrario, el presidente ruso, Vladimir Putin, inspira la menor confianza entre los españoles, solamente un 21% se muestra partidario de su gestión en asuntos internacionales.

En relación a la confianza que transmiten otros mandatarios mundiales, Merkel vuelve a ser la lideresa mejor valorada, con un 46% de los apoyos, frente Trump que tiene una tasa de desaprobación del 64%. Una imagen que contrasta, en términos generales, con la de su predecesor, Barack Obama, que en los últimos meses de su mandato el 64% de la población confiaba en su liderazgo.