Análisis Fist of Jesus: The Bloody Gospel of Judas, encarna a Jesucristo repartiendo hostias como panes.
A día de hoy gracias el auge de plataformas como Kickstarter están surgiendo una infinidad de proyectos de todo tipo que de no ser por el apoyo recibido desde la comunidad y por el entusiasmo puesto por sus responsables no veríamos nacer de forma alguna. Hablamos de películas, series, documentales, libros, discos, inventos de todo tipo y por supuesto videojuegos que probablemente no pasarían el filtro de la editora o productora de turno y sus correspondientes escrúpulos.
En ese sentido puede ser cierto que en este país a veces surjan productos comerciales que desafían lo políticamente correcto. Es cierto que de vez en cuando esto ocurre, pero mucho menos de lo que nos gustaría, y para variar tienen que ser un grupo de emprendedores independientes los que tiren del carro. Un ejemplo es Fist of Jesus, un proyecto de largometraje paródico que nos permitirá disfrutar de las aventuras y desventuras de Jesucristo desde un punto de vista un tanto peculiar, empezando por el hecho de que deberá hacer frente a hordas de zombis, y continuando por el gore y el humor absurdo que impregna cada uno de sus fotogramas.
Y como sacar adelante un proyecto de tales características no puede ser para nada fácil teniendo en cuenta las críticas que pueden recibir por mostrar una imagen de Jesucristo quizás un tanto… ¿extravagante?, sus responsables han decidido lanzar antes de tiempo la adaptación de la película al videojuego bajo el nombre de Fist of Jesus: The Bloody Gospel of Judas, un título para Steam que como poco no te dejará indiferente, y que de paso sirve para romper con la tónica de que toda peli llevada al videojuego y viceversa acaba por convertirse en una auténtica basura infumable.
¿Siempre has querido ser como Jesucristo? ¡Ahora puedes!
Aunque el argumento sea lo de menos en este juego, lo poco que podemos disfrutar no tiene desperdicio alguno. Para que os hagáis una idea, tal y como ocurre en la película Lázaro tras resucitar vía milagro divino comienza a morder a los demás provocando una auténtica epidemia zombi. ¿Y quién será el encargado de poner fin a tanto caos repartiendo hostias como panes? Pues nuestro querido señor Jesucristo y su buen amigo Judas, que en el juego aparecen retratados como un héroe con sotana de mirada desafiante y el hermano cagueta de Heidi respectivamente.
Con un apartado visual de lo más colorido, capaz de transportarnos a lo que bien podría ser el juego ideal para los más pequeños de la casa, lo cierto es que detrás de tan afable aspecto se encuentra uno de los juegos más gore y sangrientos a los que hemos tenido la ocasión de echar el guante últimamente, ofreciendo algún que otro gag para el recuerdo. Sinceramente, nos ha encantado esta mezcla de aspecto visual infantiloide con salvajes matanzas y descaradas burlas sobre todo aquello que hasta ahora creíamos divino, intocable e incuestionable.
Fist of Jesus es bastante sencillo de jugar, sobre todo durante los primeros niveles, pero cuando avanzamos un poquito empieza a demostrarnos su auténtico potencial. Iremos pasando de nivel en nivel con diferentes objetivos, que ciertamente suelen resumirse a ‘aguanta cierto tiempo con vida’, ‘mata a tantos zombi’s o ‘consigue tal cantidad de experiencia’, pero al comienzo de cada uno de ellos podemos disfrutar de algunos diálogos completamente absurdos y tan disparatados que no podremos hacer otra cosa que hacer un copia y pega de la pantalla para compartirlos en Twitter.
Es más, me atrevería a decir que todo el mundo debería tener la posibilidad de disfrutar especialmente de las enseñanzas de Jesús a Lázaro en los tutoriales, con frases como “Si le das correctamente le podrás sacar el corazón y ofrecérselo a nuestro Padre” cuando trata de explicar una técnica especial que básicamente consiste en eso, en arrancar corazones al estilo de lo visto en Indiana Jones y el Templo Maldito. Pero hay muchos más ataques tanto especiales como normales, como la posibilidad de hacer que caigan punzantes estrellas de Belén sobre nuestros enemigos, lanzar peces como si fueran shuriken, utilizar el esqueleto-motosierra de un pez para descuartizar a un enemigo, atravesarles con un pez espada, empalarles con una lanza, vaporizarles con una explosión, e incluso fulminarles con un kamehameha estilo Dragon Ball. Sí, no sabemos qué pensará Akira Toriyama de que un tipo como Judas sepa hacer ‘hondas vitales divinas’ tan bien o más que Son Goku…
Pero el número de absurdos no acaba aquí. También podemos encontrar determinados ítems que sirven por ejemplo para recargar la energía necesaria para realizar un ataque especial, como el Santo Grial, la Santa Batamanta, la Trifuerza Evangélica o los Cartuchos desaparecidos del videojuego E.T El Extraterrestre. Todo esto lo podremos encontrar aleatoriamente en los diferentes niveles o bien pagar por ello con unas monedas que iremos recolectando matanza a matanza, aunque debemos tener en cuenta que también habrá que invertirlas en mejorar la salud, fuerza y potencia de los diferentes ataques de Jesús y Judas.
El mapa de niveles se divide en diferentes fases, y para pasar de una a otra habrá que realizar un milagro que sólo podremos llevar a cabo si contamos con las suficientes estrellas, las cuales ganaremos en mayor o menor grado según nuestro rendimiento en las matanzas. En cada fase también encontraremos un duelo con un zombi, reflejo al igual que la banda sonora del juego del espíritu de spaghetti western del film original. Tampoco es que estos duelos sean algo demasiado destacable, pero oye, ahí están para aliñar la experiencia.
Evidentemente no todo pueden ser halagos para la que probablemente sea la primera oda a la acción bíblica del mundillo de los videojuegos. Ni el mismísimo camino del señor es perfecto, y prueba de ello es la sensación de que buena parte de los niveles son básicamente los mismos sólo que incrementando el número de enemigos o introduciendo algunos más poderosos o complicados de tumbar, como armarios empotrados de dos metros o soldados romanos zombis protegidos con escudos. Además el control de nuestros héroes podría estar más pulido, especialmente con el teclado, resultando torpe al situar todos los comandos al alcance únicamente de la mano izquierda mientras la derecha se queda tan libre como el viento, aunque por suerte siempre podemos modificarlos en un menú desplegable antes de iniciarse el juego.
Por otro lado tenemos la sensación de que un multijugador cooperativo le habría sentado de perlas ya que podríamos disfrutar de este auténtico despropósito humorístico en la buena compañía de un colega, uno encarnando a Judas y el otro a Jesús para sembrar el caos en armónica compañía.
Que Dios os perdone hijos míos.
Con todo esto nos encontramos ante uno de los títulos más disparatados y divertidos que hemos tenido ocasión de probar al ofrecer lo que pocos o nadie se habían atrevido hasta ahora. Evidentemente sabemos que la religión es un tema delicado y que las creencias de cada cual deben de ser respetadas, pero también creemos que dejarnos llevar de vez en cuando por el humor no está de más, y que la idea de convertir a Jesucristo en una especie de superhéroe machaca zombis no tendría por qué ser tan absurda como parece. Después de todo gracias a la venidera película y a este videojuego no serán pocos los que sientan más cariño y respeto por su figura divina que antes, y hasta nos atreveríamos a decir que viendo lo que hace hoy por hoy la Conferencia Episcopal y derivados, Fist of Jesus es la mejor publicidad a la que pueden aspirar.
Pero centrémonos en el juego, que lo de debatir sobre divinidades es un tema que supera nuestro intelecto. Fist of Jesus: The Bloody Gospel of Judas es un producto consciente de sus limitaciones, que por supuesto las tiene, pero que sin embargo sabe explotar lo mejor posible sus puntos fuertes sin mostrar el menor reparo, sin complejo alguno. Y esos puntos fuertes son sin lugar a dudas un humor sólo calificable de genialmente absurdo, con unos puntos gore de esos que no te terminas de creer.
Hay leprosos explosivos, un Lázaro-zombi con superpoderes como jefe final, ítems pistonudos como la Santa Batamanta y pequeños detalles dignos de pasar a la historia como el hecho de que al bueno de Jesús se le ve el pandero cada vez que dispara un pez-shuriken. En definitiva, no es el GOTY que llevas tiempo esperando, pero unas buenas risas no te las quita nadie.
Lo mejor:
- Lo que en principio podría ser por su aspecto cartoon un afable videojuego para niños se convierte en una parodia brutal y sin complejos.
- Cuenta con ítems y ataques especiales realmente absurdos, como la posibilidad de realizar ‘Castigos Divinos’ como sacarle el corazón a una zombi para ofrecérselo a Dios Padre o lanzar un kamehameha al estilo Son Goku.
- Los diálogos aunque escasos son desternillantes, con enseñanzas por parte de Jesucristo dignas de pasar a la historia.
Lo peor:
- Evidentemente tiene sus limitaciones, como un desarrollo de niveles un tanto repetitivo y un sistema de control mejorable.
- Con un modo cooperativo a dos jugadores ya habría sido sencillamente bíblico.