Crisis entre los Veintisiete por la política de expulsiones de Sarkozy
La política de expulsiones de gitanos rumanos y bulgaros por parte de Francia ha creado una importante crisis dentro del seno de la Unión Europea (UE). Tanto el Parlamento Europeo como la Comisión Europea han instado al gobierno galo de Nicolas Sarkozy ha suspender las expulsiones, sin embargo, el mandatario hadicho que seguiría adelante y ha criticado duramente a la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Viviane Reding.
Ante la lluvia de críticas, Reding ha optado por disculparse ante el Elíseo, según informa en un comunicado la Presidencia gala, que acepta las aclaraciones de Reding.
La comisaria lamentó las “interpretaciones” dadas a sus declaraciones, de las que se extrajo una comparación entre las expulsiones de gitanos y la situación en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, y aclaró a la agencia AFP que “en ningún caso” quería establecer un paralelismo. El Elíseo señala en su nota que “toma nota” de las matizaciones de unas palabras que tacha de “excesivas”.
Críticas
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha sido el primero en criticar a Reding, y ha sugerido a la vicepresidenta de la Comisión Europeaque acoja a los inmigrantes gitanos expulsados por Francia en su Luxemburgo natal.
Sarkozy hizo esta sugerencia durante una reunión con senadores de su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), según ha relatado posteriormente a la prensa uno de los asistentes, Bruno Sido. “Ha dicho que nuestra política era buena y que era escandaloso que Europa se pronuncie de esta manera sobre lo que hace Francia”.
“Dice que no hacía sino aplicar los reglamentos europeos, las leyes francesas y que no había nada absolutamente que reprochar a Francia en la materia, pero si los luxemburgueses quieren acogerles, no hay ningún problema”, precisó el senador, en referencia a las declaraciones hechas por Sarkozy.
Desde el Elíseo ha habido una reacción contundente, denunciando que “algunas palabras son simplemente inaceptables”, si bien se ha aclarado que “no se trata de polemizar, ni con la Comisión, ni con el Parlamento” Europeo en torno a la cuestión de la expulsión de gitanos, que París ha defendido en todo momento se está llevando a cabo conforme a la legislación comunitaria y mayoritariamente de forma voluntaria.
Por su parte, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha criticado a Reding y ha afirmado que “el problema de los gitanos” concierne a todos los países europeos.
En una entrevista con el diario galo Le Figaro publicada este miércoles, Berlusconi dice que Reding “habría hecho mejor en tratar el asunto en privado con los dirigentes franceses, en lugar de expresarse públicamente, como ha hecho”. Además, añade, “este problema de los gitanos no es específicamente francés” y “concierne a todos los países de Europa”.
“Por lo tanto, hay que incluir este tema en el orden del día del Consejo de jefes de Estado y de Gobierno para que hablemos todos juntos con el fin de adoptar una posición común”, sugiere.
Se une también a estas críticas, la canciller alemana, Angela Merkel, quien ha considerado que el tono y la comparación realizada por la comisaria de Justicia no fueron “apropiados”.
“El tono y la comparación con los eventos históricos no fueron muy apropiados”, declaró la canciller a su llegada a la cumbre de líderes del Partido Popular Europeo (PPE) que se celebra en el castillo de Meise, en las afueras de Bruselas, previa al Consejo Europeo. Merkel respaldó no obstante el derecho de la Comisión Europea a verificar si los Estados miembros cumplen con la legislación comunitaria en la aplicación de estas políticas.
Respaldo de Barroso
Sin embargo, no todo han sido críticas para Reding, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha respaldado el anuncio de su vicepresidenta de que pretende expedientar a Francia por discriminación en las deportaciones de inmigrantes gitanos rumanos, pero ha aclarado que ésta nunca quiso comparar la actuación del Gobierno galo con la Alemania nazi.
En todo caso, Barroso ha dejado abierta la puerta al “diálogo” con el gobierno francés antes de decidir en las próximas dos semanas si se lanza o no el procedimiento de infracción.
“Alguna de las expresiones utilizadas en el calor del momento puede haber provocado un malentendido. La vicepresidenta Reding no quería establecer ningún paralelismo entre lo que pasó en la Segunda Guerra Mundial y el presente”, ha afirmado Barroso en declaraciones a la prensa.
“La posición de la Comisión está clara. La legislación comunitaria debe respetarse. La prohibición de la discriminación basada en el origen étnico es uno de los valores fundamentales de la UE y la Comisión Europea hará todo lo que sea necesario para garantizar el respeto de estos principios”, ha insistido.
“La vicepresidenta Reding lo ha dejado claro. Y lo ha hecho con el pleno apoyo del colegio y con mi apoyo personal. La vicepresidenta Reding adoptó ayer su posición tras consultar conmigo y con mi pleno apoyo”, ha asegurado el presidente del Ejecutivo comunitario.
0