Alegría y compañerismo: Las Peñas cumplen con el último Voto a San Bernabé

Ni el calor, ni las gotas del mediodía han frenado a los logroñeses y logroñesas en cumplir el último voto de San Bernabé: degustar el toro guisado. Y es que, desde que ha dado comienzo la degustación, hacia las doce de este mediodía, hasta su finalización, a las dos, en la calle Portales se divisaba una hilera de personas esperando pacientemente su turno, hasta cruzar el arco de San Bernabé.

1.500 raciones. Esa es la estimación que realiza la peñista de La Simpatía, Elena, repartiendo de la cazuela a los platos el solicitado manjar. “La carne es de mucha calidad, de Leiva”, apunta con orgullo. El secreto del guiso está claro: “el cariño” y la alegría de los peñistas que vuelven a su tradición tras dos años y sirven entre música, bailes y posados para fotos. Elena, en concreto, lleva treinta y siete años cumpliendo con el voto: “Creo que había mucha gana y se ha visto”, comenta alegre observando la fila.

Javier Ansoleaga se estrena como presidente de la Federación de Peñas, siendo esta su primera degustación de toro guisado en el puesto. “Se vive con mucha emoción, la gente está disfrutando y acudiendo masivamente a cumplir el voto, desde las 11 y media, que estábamos preparando el toro, ya había fila”. Si bien, cuenta, merece la pena: “Está buenísimo, la Federación de Peñas no ha dejado nunca de cumplir el Voto, pero como no se podía servir al público lo hacíamos mediante la Cocina Económica, pero el Voto estaba ahí”.

Rosa, de la Encomienda de Santiago, admite que llegan a este final de fiestas “cansados”, pero satisfechos. “Hemos probado el toro otros años, pero la verdad sea dicha, yo creo que este año está buenísimo, no sé si es que ya no nos acordábamos”, bromea. “Creo que estábamos con ganas de normalidad, de empezar con lo de antes”.

“Huele bien y sabe mejor”, comenta Chema, bandero en las procesiones de Logroño desde hace una veintena de años, quien lleva cumpliendo el Voto 20 años. Este apunta, tiene un significado especial, al cumplirse 500 años de esta tradición, al lado, su amigo, asiente sus palabras. Tras cincuenta años tocando el clarín ahora celebra pasarle el relevo al bandero como persona más veterana dentro de las procesiones logroñesas. “Ya, porque no puedo más”, añade entre risas, ración de toro en mano. Celebración, reencuentro y compañerismo protagonizan el último Voto a San Bernabé.