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El cementerio de BiciMad

Bicicletas a la espera de reparación en las cocheras de EMT de Fuencarral. / Plataforma Sindical

Sofía Pérez Mendoza

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BiciMad es el único servicio público de transporte que ha aguantado el embiste de la epidemia en Madrid. Tiene más usuarios que en marzo, antes de la crisis, y cada vez más estaciones. Dentro y fuera de la M-30. Si todo va según las previsiones, la red contará antes de terminar el año con 50 puntos de anclaje nuevos y 2.960 bicicletas. Mientras todo eso crece, no pasa lo mismo con el número de trabajadores encargados de mantener el servicio a punto. Son siete menos que hace un año, lo que supone una merma del 7% de la plantilla, según los sindicatos, que aseguran que no dan abasto para recoger las bicis en mal estado, arreglarlas y reponerlas. El resultado: cada vez más usuarios se quejan de que no hay vehículos en las estaciones o de que están en mal estado y cientos de bicicletas averiadas se amontonan en las cocheras de la Empresa Municipal de Transportes.

Fue la imagen del pasado fin de semana: unas 600 bicis acumuladas en la base de Fuencarral, a la espera de pasar por el taller. La fotografía la distribuyó el sindicato mayoritario de trabajadores, la Plataforma Sindical EMT. La situación, dicen, empieza a ser agobiante para los 83 operarios responsables de ponerlas a punto y distribuirlas. Eran 90 –además de ocho jefes– pero siete personas han abandonado el servicio este año por un ascenso. Y sus puestos no se han cubierto, asegura el portavoz del Comité de Empresa de la EMT, Jesús Fraile. “Tenemos problemas para asumir el volumen de trabajo. Esto está produciendo efectos sobre el servicio. Hay muchas quejas. Nunca habíamos tenido tantas bicis acumuladas por reparar”, sostiene Fraile, que reclama al Ayuntamiento que abra una bolsa de 15 personas que esperan entrar en este servicio y llevan dos años esperando. El próximo martes hay convocada una manifestación a las puertas del Palacio de Cibeles para exigir la adaptación de la plantilla.

En los últimos meses, la dirección de la EMT ha primado reforzar el taller, según los trabajadores, para evitar que se agudizara una situación que perciben ya los usuarios. Y también porque han tenido un trabajo extra: la puesta en marcha de un nuevo servicio de bicicletas sin anclaje (BiciMad Go), diez veces más caro que el principal, que también ha recaído sobre sus hombros. Los operarios han tenido que instalar de golpe candados en 250 vehículos que formaban parte del cupo de reserva de BiciMad, del que se tira cuando las bicis se estropean o se vandalizan. Esta operación se puso en marcha durante el verano para poder estrenar BiciMad Go y ha provocado la sobrecarga, según el sindicato mayoritario. elDiario.es ha preguntado al Ayuntamiento sobre la situación de la plantilla sin obtener respuesta al cierre de esta edición

Tres trabajadores prestados de Avanza

A los trabajadores de BiciMad se han sumado desde septiembre otros tres. No son de la EMT, sino de la empresa Avanza, antes Bonopark y encargada del suministro de la flota. Según el relato de los sindicatos, van tan justos de personal que el Ayuntamiento ha negociado con Avanza la incorporación de tres personas de su plantilla a BiciMad. ¿A qué se debe? Se trata de una compensación por el incumplimiento de contrato por parte de la proveedora. “Avanza tenía que habernos suministrado un paquete de 1.100 bicicletas que se pidieron en enero, pero no han venido y por tanto no han cumplido con lo estipulado. En lugar de pagar una indemnización, la EMT ha negociado esta vía: compensarlo con mano de obra”, cuenta Fraile, para quien este hecho es una muestra de la escasez de plantilla en el servicio.

Esta circunstancia explica por qué la empresa pública ha detraído bicicletas del servicio principal (BiciMad) para dárselas a BiciMad Go y siembra dudas sobre cómo la EMT está logrando inaugurar las nuevas estaciones si hay incumplimientos en el suministro. El concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha puesto en marcha desde junio cuatro nuevos puntos fuera de la M-30: uno en Carabanchel, otra en Usera y otras dos, esta misma semana, en Ciudad Lineal. En octubre, la red se ampliará a Latina y Fuencarral-El Pardo. Los trabajadores de BiciMad desconocen cómo va a sacar a la calle la EMT otras 200 bicicletas de BiciMad Go antes de noviembre, como está comprometido. Antes de que termine 2020, el Ayuntamiento de Madrid prevé tener funcionando 2.960 bicicletas. A las que se suma el servicio sin anclaje, con otras 455 más. Actualmente hay operando por las calles de la ciudad 2860 vehículos, según el sindicato mayoritario.

A lo largo de 2019, el año en el que se produjo el cambio de Gobierno en el Ayuntamiento de Madrid, ya aumentaron las quejas de los usuarios de BiciMad, según la memoria de sugerencias y reclamaciones que elabora la corporación municipal. Pasaron de 887 en 2018 a 1.242. Todavía no hay datos cerrados de este año pero los últimos disponibles marcan un cambio de tendencia. Desde 2015, el Ayuntamiento había registrado caídas sustanciales en el número de reclamaciones por el servicio, excepto un ligero repunte en 2017.

BiciMad, el único servicio público de transporte que mejora

Al principio del mandato de José Luis Martínez-Almeida, el alcalde anunció que estaba estudiando la reversión a manos privadas del servicio de bicicletas públicas, remunicipalizado por la corporación de Manuela Carmena. Encargó, según dijo públicamente, estudios técnicos para apoyar “eventuales decisiones” en este sentido. Un año después, no se ha vuelto a pronunciar sobre la privatización. La oposición cree que el PP está tratando de “erosionar el servicio público”. “Funciona peor desde que gobierna Almeida. Hay estaciones vacías, los anclajes están rotos, no se reponen... Se reflotó en la pasada legislatura y no vamos a permitir que vuelva a hundirse”, decía este miércoles la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, que ha visitado las cocheras de la EMT en Fuencarral donde se tomaron las imágenes de las bicicletas apiladas. El volumen había bajado.

Esta situación coincide con un momento de explosión de los modos “blandos” de transporte. Según un estudio del Ayuntamiento de Madrid, la pandemia ha arrinconado el uso del transporte público –que era el más utilizado, por encima del coche, antes del coronavirus– en favor del vehículo privado y, como novedad, los desplazamientos en bicicleta y a pie para los trayectos más cortos, que son ahora la segunda forma de moverse más popular entre los madrileños. El informe municipal no distingue una y otra forma de viajar pero confirma que ha aumentado porcentualmente en cuatro puntos, del 29 al 33%. Mientras, los autobuses municipales siguen sin remontar: transportan solo al 50% de los viajeros que solían montarse antes de la crisis.

BiciMad estuvo cerrada más de un mes en la primera ola de la epidemia. Reabrió el 22 de abril con apenas 500 trayectos al día. Hoy, registra más de 13.000. El último lunes, la cifra de viajes asciende a 13.754, una cifra que ya es superior a la más alta registrada justo antes de que estallara el coronavirus: 13.060, el pasado 4 de marzo, según datos municipales. La utilización en junio y julio superó en un 14% a la demanda de los mismos meses en 2019 y un 10% en septiembre.

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