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Las 'aldeas galas' que votan mayoritariamente a la izquierda en el norte de Madrid

En el norte también hay (algo) rojo

Luis de la Cruz

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La imagen de un Madrid partido en dos en cuanto a renta, la dirección de los flujos de tráfico y el sentido del voto es bien conocida por todo el mundo. El Madrid de sur y el Madrid del norte. Una cartografía real cuya historia es rastreable en su desarrollo urbano que, sin embargo, encuentra pequeñas distorsiones cuando se amplía un poco la foto. Hoy, refiriéndonos al voto de las últimas elecciones generales, trataremos de mirar de cerca estas particulares islas que votan mayoritariamente izquierda en el norte de Madrid.

El distrito de Moncloa Aravaca es eminentemente de derechas. En estas elecciones el PP ha sacado un 50,5% de los votos por un 20,2% del PSOE, que ha sido el segundo partido más votado. La derecha aglutina un 64,5% del sufragio. A pesar de ello, hay en este distrito tan azul enclaves que, por tradición o por composición socioeconómica (o por ambas cosas), visten de rojo, en los que la primera fuerza más votada ha sido el PSOE y Sumar ha obtenido más sufragios que VOX.

Así sucede, por ejemplo, en algunas zonas del barrio de Valdezarza. En los contornos de la Ciudad de los Poetas, antaño conocido Rojonia (sobrenombre que ironizaba con la tradición izquierdista en los años setenta y ochenta del barrio llamado informalmente Saconia), la suma de las izquierdas aún gana por poco a la derecha, y hasta el PSOE es la fuerza más votada en algunos puntos. Lo mismo sucede en área cercana del parque Blas de Otero, la parte más antigua del barrio, de composición y morfología cercanas al vecino distrito de Tetuán.

Otra de las islas rojas del distrito es el entorno de Rosa Luxemburgo en Aravaca, una cooperativa inmobiliaria de hotelitos proyectada a finales de los 80 con amplia tradición de asociacionismo que Álvarez del Manzano llamó la mancha roja. La izquierda saca aquí un 66,1% de los votos (34,8% el PSOE y 31,3 Sumar).

La colonia de San Cristóba es un oasis ideológico para la izquierda dentro del distrito de Chamartín. Estas reconociles 800 viviendas con arcos en las ventanas fueron diseñadas por Secundino Zuazo para los trabajadores de la EMT en la primera mitad de los cincuenta. Entonces, quedaba a las afueras de Madrid. La manzana, articulada alrededor de un mercado, está situada frente a La Paz y rodeada de rascacielos. Si en Chamartín el PP saca un 59% de los votos de media, en la colonia es la izquierda la que alcanza una mayoría de votos, el PSOE es el partido más votado y Sumar alcanza más de un 22 % de los votos por el 8,8 que acostumbra en el distrito.

No insistiremos mucho en el caso de Tetuán, al que ya dedicamos su propio artículo, pero de este distrito cabe resaltar la gran diferencia que hay entre su parte este (la de la Castellana) y la oeste, donde en muchos sitios gana la izquierda. Se trata de diferencias siamesas con las distintas morfologías urbanas (el Tetuán histórico que queda en pie, incluso en la parte este, vota más izquierdas que el oeste), de renta y de niveles de participación, sensiblemente más alta en la Costa azul de Tetuán, que es de derechas pero, sobre todo, del PP.

Hortaleza es otro de esos distritos con muchas diferencias internas, donde zonas nuevas y con rentas altas conviven con lo que queda de lo que fue un barrio obrero sobre un pueblo anexionado a mediados del siglo XX a Madrid. Hortaleza tiene, en todo caso un tejido vecinal muy denso y activo.

Aunque en el global el Partido Popular (y la derecha) son los ganadores de los comicios con holgura, encontramos las habituales aldeas galas de la izquierda cerca del casco histórico de Hortaleza o en el barrio de Canillas, entre otras zonas. Concretamente, en el entorno de la calle de Acebedo o de la Plaza de Alcaudete la izquierda suma más del 60 % de los votos, cuando en el distrito solo alcanza un 35,8%

En el caso de Barajas, encontramos una gran mancha rojiza en el barrio del Aeropuerto, un lugar históricamente muy abandonado (aunque en los últimos años ha sido objeto de algunos proyectos de mejora). También otra más pequeña en el entorno de la Plaza de Nuestra Señora de Loreto. en el antiguo pueblo de Barajas. Se trata de una colonia proyectada en 1949 para los empleados de Iberia dentro del Proyecto de Viviendas Protegidas para el Personal de la Compañía.

Y llegamos al distrito de Fuencarral El Pardo, uno de los que tradicionalmente ha aglutinado más voto de la derecha y que, en los últimos años, ha absorbido algunos nuevos desarrollos urbanos que no han hecho sino apuntalar esta característica de mascarón de proa de la derecha, definitivo tras la caída de Ciudadanos, partido que había obtenido buenos resultados en los PAUS del norte (hoy hay zonas de Montecarmelo donde el voto a la derecha ha llegado a alcanzar el 80%).

Sin embargo, hay importantes excepciones. El casco histórico y otros barrios de Fuencarral, que además de dar nombre al distrito no tiene muchas características comunes con la mayor parte de este, tiene niveles de renta por debajo de la media de la ciudad y vota más a la izquierda que su entorno. Presenta también ratios de abstención altos, entre el 36 y el 42%.

En el barrio de El Pilar, sobre todo en las zonas delimitadas por Monforte de Lemos y Melchor Fernández Almagro, también gana la izquierda en diversas manzanas. El barrio fue construido por el promotor franquista José Banús con la idea de ofrecer una morada a las nuevas clases medias del desarrollismo, si bien sus altísimas densidades y la carencia de servicios pronto vieron nacer un potente movimiento vecinal que destacó en la lucha contra el proyecto del centro comercial La Vaguada. Paradójicamente, fue su hermano Juan el que construyó muy cerca, para las nuevas élites, la Colonia Mirasierra. En una de sus secciones censales la izquierda ha obtenido un 10,1% de los votos frente al 87,8% de la derecha.

Muy parecido al barrio de El Pilar es el caso las manzanas al norte de la Avenida del Cardenal Herrera Oria (que en los últimos años se han visto rodeadas por un sinfín de nuevas promociones para las clases medias) o el barrio de Begoña, donde la izquierda ha sacado resultados ligeramente mejores que la derecha.

Seguramente hay algunos enclaves más, pequeñas –o no tanto– “aldeas galas” que resisten a la hegemonía ideológica del norte, en algunos casos asfixiados por el desarrollo desbocado de las últimas décadas. Casi todos son, como hemos visto, barrios históricos procedentes de la anexión de antiguos municipios, manzanas cuyo origen hay que buscarlo en la vivienda pública, en algunos casos con historia de lucha vecinal detrás y, las más de las veces, con rentas más bajas que las calles de su entorno próximo. Pedacitos de sur en el norte.

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