DSTAgE consigue su primera estrella Michelín
Con apenas unos meses de vida el restaurante DSTAgE (C/ Regueros, 8) ya puede presumir de contar en su curriculum con uno de los reconocimientos más ansiados por cualquier chef: una estrella Michelín. Todo un premio al trabajo de su chef, Diego Guerrero, a quien eso de las estrellas Michelín no le pilla de primeras, pues ya obtuvo dos de ellas en El Club Allard, de donde se marchó hace catorce meses para emprender este sorprendente proyecto culinario.
En la edición 2015 los jueces de la Guía Michelín de España y Portugal han concedido estrellas a 183 restaurantes (8 con tres, 21 con dos y 154 con una) y a 262 la clasificación Bib Gourmand. Entre las novedades, la incorporación al firmamento Michelín (con una estrella) de DSTAgE, cuyo chef «irrumpe pisando fuerte y reinventándose a sí mismo, con una creatividad que busca ir más allá de los propios platos», ha explicado el jurado. También estrenan estrella otros cuatro locales madrileños: Punto MX, Álbora, La Cabra y Montia.
La gran sorpresa la encontramos en Zalacaín, que pierde la única estrella que le quedaba tras quedarse sin las tres que tenía hasta 2013. Por su parte, los ocho restaurantes que ostentaban 3 estrellas Michelin en la edición 2014 (Akelaŕe, Arzak, Azurmendi, DiverXO, El Celler de Can Roca, Martín Berasategui, Quique Dacosta y Sant Pau) repiten distinción al mantener un magnífico nivel. Con 2 estrellas Michelin han sido distinguidos 21 establecimientos, destacando como novedades Aponiente (El Puerto de Santa María. Cádiz), comandado por el chef Ángel León; y Belcanto (Lisboa), al mando de José Avillez.
¿Cómo es DSTAgE?
DSTAgE, acrónimo de “Days to Smell Taste Amaze Grow & Enjoy” y juego de sonidos que recuerda a la palabra inglesa ‘The Stage’ (el escenario), no es un restaurante al uso, sino que ofrece «alta cocina contada en un formato nuevo en beneficio del cliente, que implica romper con todo para empezar de cero». Para empezar no tiene carta. Su propuesta culinaria se limita a dos menús degustación (de 88 euros, 10 elaboraciones; y 118 euros, con 13 platos) y persigue sorprender al comensal y que se sienta feliz para que vuelva a repetir la experiencia.
Además, en la planta baja cuenta con un espacio, bautizado como BACKDSTAgE, que hace las veces de comedor privado y de estudio de trabajo y creatividad del chef, además de servir para realizar eventos e impartir clases y talleres gastronómicos. Guerrero se apoya en un equipo reducido, formado por cinco personas en la sala y otras cinco en la cocina (incluido él), además de una gerente y varias personas en prácticas (que han sido reclutados a través de la sección ‘DSTAGERS’ de la web del local).
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