Tacones de infarto volvieron a volar por la Calle Pelayo

 Jason, un peruano afincado en España, fue el vencedor absoluto de la carrera de tacones que todos los años se realiza en la Calle Pelayo durante el Orgullo LGTB. Y lo hizo con una amplia distancia respecto al resto de competidores que consiguieron clasificarse en cada una de las rondas previas de la carrera, entre los que paradójicamente no había ninguna mujer.

Alzarse con la victoria no fue precisamente tarea sencilla, pues al sofocante calor que hacía ayer en Madrid, al suelo empedrado de la Calle Pelayo  y a los obligatorios tacones de al menos diez centímetros los corredores tenían que sumarle algunas pruebas adicionales en ciertos tramos del recorrido, donde debían pintarse los labios, ponerse un vestido y una peluca o llevar un bolso.

¿Y cuál fue su recompensa tras poner a prueba su equilibrio y hacer sufrir a sus pies y tobillos?  Una cena para dos, una copa para celebrar la victoria, diferentes vales y tarjetas de descuento de establecimientos del barrio para el primer, segundo y tercer clasificados más 250 euros en metálico adicionales para el ganador.

La Drag Queen Chumina Power, además de encargarse de medir la altura de los taconazos de vértigo, fue un año más la maestra de ceremonias de una carrera con predominancia masculina en la que hubo algún que otro traspiés y hasta caídas al suelo sin más consecuencias que algún hematoma o leve torcedura de pie que no consiguieron quitarle la sonrisa de la boca a los menos hábiles.