Un instituto de Vallecas pone fin a 15 años sin viaje de estudios con una colecta viral: “Para muchos será la primera vez que ven el mar”
Vender dulces navideños, montar un tenderete junto al resto de tu clase u organizar desfiles benéficos. Las formas de reunir dinero para una excursión de fin de curso son diversas y para casi todos los bolsillos. Pero lograr que alguien compre una caja de bombones a 22 euros en un barrio donde la renta per cápita no supera los 23.000 no es, precisamente, una apuesta segura; menos cuando el alumnado apenas percibe unos dos o tres euros sobre el total. Así que un par de profesores del IES Numancia, en el distrito de Puente de Vallecas, se hartaron de dar trompazos contra una pared después de casi 15 años sin poder organizar un viaje escolar.
“El dinero siempre ha sido un problema. Las familias apenas tienen recursos y las maneras convencionales de recaudar fondos no funcionan aquí”, confiesa David Sicilia, el docente de Geografía e Historia detrás del crowdfunding que parece haber cambiado su suerte: junto a su compañera Yolanda Velasco (y en cuestión de días) se recaudaron más de 6.000 euros, un 80% de lo que necesitan para que al menos 60 estudiantes puedan viajar a Granada durante tres días y dos noches. Lo que antes parecía imposible ahora es más que palpable.
El objetivo que se propusieron, después de contactar con varias agencias de viaje o sopesar precios verosímiles, fue llegar a los 8.000 euros, unos 200 por persona. Primero lo hablaron en clase y tantearon quién estaría dispuesto si se reducía el precio gracias a estas acciones. Solo 40 dijeron que sí, pero tras el éxito del fin de semana volvieron a reunirse y otros 20 se subieron al carro. Este centro público de Secundaria y Bachillerato tiene más de 300 alumnos, principalmente inmigrantes o miembros de familias con escasos recursos económicos. Eso ha impedido que hubiera más adeptos al plan.
“Para muchos de nuestros chicos y chicas, este viaje no será solo una excursión: será la primera vez que salgan de su barrio”, reza así el escrito que empezaron a difundir el viernes a través de la plataforma GoFundMe, una de las más conocidas para impulsar crowdfundings como este. Era la primera vez que David hacía algo parecido: se decidió aconsejado por el jefe de estudios. Después del fin de semana, volvieron a clase sabiendo que la apuesta había sido un éxito.
El goteo de donaciones ha roto todas sus expectativas. En los primeros días de publicar la colecta, algunos donantes –en su mayoría anónimos– llegaron a ingresar más de 100, 200 o 300 euros por tanda. Lo más habitual son ofrendas que van desde los 5 y 10 euros hasta los 60. Pero el contador subió tan rápido que cada cifra ha sumado un grano de arena al sueño del IES Numancia. “Los viajes escolares en otros centros rara vez bajan de los 1.000 o 1.200 euros por persona, y eso era completamente impensable para nuestras familias”, relata el docente, que ríe al recordar la primera opción que planteó su clase: Punta Cana, en República Dominicana. “Había que soñar, sí, pero con los pies en la tierra”.
El precio final en Granada incluye las dos noches de alojamiento, el transporte o una visita a la Alhambra, en la que su profesor de Historia del Arte hará de guía para reducir costes. Están contentos por muchas razones, pero una de las principales es que algunos de sus alumnos (de entre 12 y 18 años) verán cómo es una playa por primera vez. “Hemos cerrado una excursión para uno de los días y les hace mucha ilusión”, revela David: “Para muchos será la primera vez que ven el mar. Apenas han salido de Vallecas, ni siquiera para subir a Sol o Callao”.
David Sicilia lleva tres años como profesor del instituto e imparte clases desde primero de Secundaria hasta segundo de Bachillerato. Es tutor de este último curso, que compartirá el viaje con los de cuarto de ESO. ¿Cómo son sus estudiantes? Sin tener que pensarlo demasiado, responde él mismo: “Si nos atenemos a las estadísticas o a las reglas del capitalismo y la competitividad, el IES Numancia aparece entre los resultados más bajos de la PAU [Prueba de Acceso a la Universidad, la antigua Selectividad]. Aún así, con el perfil socioecónomico que tenemos, no podemos fingir que es solo una cuestión de capacidad, sino también de posibilidades”.
En pocas palabras, lo que David trata de defender con sus clases es una “formación como ciudadanos, más basada en el aprendizaje en valores que en la experiencia curricular”. “Si uno de mis alumnos va a la universidad será una gran noticia, pero también algo anecdótico. Para nosotros, y sé que hablo por todo el centro, es un orgullo tener aquí a cada uno de ellos, porque lo que queremos es que sean buenas personas y ciudadanos responsables”, concluye.
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