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Azotea del Mercado Barceló: una promesa de plaza pública que se quedó en mera terraza de hostelería

En la plaza pública no hay ni un pequeño lugar sin mobiliario de terraza | SOMOS MALASAÑA

Antonio Pérez

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En la azotea del edificio del Mercado Barceló hay una plaza pública en altura que en la práctica es toda ella una terraza de hostelería. Ese espacio surgió con la remodelación integral de la zona de Barceló, que se aprobó en tiempos de Ruiz Gallardón como alcalde de Madrid, y fue anunciado a la opinión pública como una innovadora plaza-mirador de 1.400 metros cuadrados, a 13 metros del suelo, donde, incluso, se podría hacer deporte, tomar el sol y jugar al fútbol.

La teoría fue recreada en una infografía que el paso del tiempo ha dejado en mal lugar y recogida por la prensa del momento. A los vecinos se les vendió, entre otras cosas, como el lugar que les compensaría, de algún modo, la obligada pérdida de la pista deportiva municipal que había en la zona y que se sacrificó para renovar todo el entorno.

Fue el estudio de arquitectura Nieto y Sobejano el ganador del proyecto de remodelación integral de Barceló, en el que se incluía también la aparición de esa nueva plaza elevada. Como hemos dicho, para la ejecución del proyecto era necesario prescindir de ciertos elementos públicos de uso comunitario existentes en el área, entre los que estaba la pista deportiva que se encontraba entre el colegio Isabel la Católica y el antiguo mercado municipal y que en horario escolar hacía las veces de segundo patio del centro, mientras que por la tarde y los fines de semana quedaba a la libre disposición de vecinos y clubes deportivos del barrio.

El gobierno de Gallardón argumentó que la desaparición de esa cancha deportiva, que generó polémica y por cuya permanencia peleó sobre todo la comunidad educativa del Isabel la Católica, se supliría con creces con los nuevos espacios verdes y para el deporte que ganaba la zona con la remodelación, presentando la plaza-mirador, hoy terraza hostelera, como el espacio principal con el que se compensaría la pérdida de la citada pista.

“La cubierta del edificio (del Mercado Barceló) se ha concebido como gran plaza-mirador elevada a 13 metros de altura y con 1.400 metros cuadrados de superficie, a la que se podrá acceder mediante un núcleo de comunicación independiente y una larga rampa mecánica. En ella se podrá jugar, hacer deporte, tomar el sol o asomarse al paisaje urbano del entorno”, decía el Ayuntamiento en junio de 2009 de la plaza, en un comunicado en el que también hablaba de que contendría “un café acristalado bajo una gran losa sobre la que se situará el pabellón (deportivo) cubierto.”

Pero al café del que hablaba la nota municipal en 2009 le salió después una terraza, al tiempo que, por seguridad, a la plaza proyectada sobre la cubierta del mercado se le restó superficie pisable. Del resultado de estirar por aquí y de recortar por allá surgió lo que hoy tenemos: una superficie hostelera lograda sobre un espacio público fracasado por inexistente y en cuya zona de terraza podemos encontrar, de forma permanente, hasta una barra de bar con su correspondiente tirador de cerveza, o el anuncio luminoso de una conocida marca de ginebra; elementos que a nadie se le ocurriría que podrían tener cabida en cualquier plaza de la ciudad.

Una plaza pública sin espacio público

Una plaza pública sin espacio público

La empresa Forus, adjudicataria mediante concurso del Centro Deportivo Municipal que se construyó en Barceló, obtuvo los derechos sobre el café de la cubierta del mercado y, seguidamente, cedió su explotación al Grupo Azotea, que es el que hoy en día despliega su negocio hostelero sobre todo el espacio pisable de esta plaza elevada, una plaza municipal sin espacio público y hasta sin nombre oficial.

Los gestores del café y de la terraza aseguran que ellos cumplen la normativa al 100% y que ocupan el espacio que por licencia les corresponde -hecho que este periódico no ha podido confirmar dado que, al contrario de lo que sucede con otros locales hosteleros, en la aplicación municipal de actividades no figura información sobre este espacio-. Además, en todo caso, indican que ellos no impiden a nadie disfrutar del espacio de la plaza y que, incluso, quien quiere puede utilizar su mobiliario sin necesidad de consumir nada.

En el pliego de contratación de la gestión del Centro Deportivo Municipal Barceló, en la modalidad de concesión, se lee: “La superficie de la azotea de Planta Cuarta, que es accesible al público en general, se encuentra delimitada perimetralmente por un elemento vertical de vidrio. Asimismo, dentro del perímetro de la azotea, se han delimitado dos superficies de exclusión de acceso, mediante elementos verticales de vidrio, quedando accesible a los visitantes la extensa superficie restante en la que, asociado al uso deportivo, se ejecutará un pabellón de cafetería dotado de terraza de veladores”.

En ese mismo pliego, encontramos más adelante lo siguiente: “En la azotea de Planta Cuarta, se considera una superficie de 130 m2 destinado a espacio permitido para instalación de terraza exterior de veladores, vinculada a la cafetería. El resto de superficie de la azotea (447,50 m2), será objeto de mantenimiento y limpieza por parte del concesionario”.

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