Exposición de Alberto Corazón: hay un hombre en España que lo diseña todo
Cuando consultas un plano de Cercanías o te sientas a esperar el tren en un banco. Cuando estudiabas Lengua o Historia en el instituto. Cuando buscas tus papeles del seguro. O incluso cuando descuelgas el teléfono para hacer una llamada. En todas esas acciones es probable que haya intervenido la misma persona, el diseñador que -parafraseando la canción de Astrud- lo ha hecho todo en España durante los últimos 50 años: Alberto Corazón (Madrid, 1942).
Esa es la sensación con la que saldrá el visitante de las exposición Alberto Corazón. Diseño: la energía del pensamiento gráfico. 1965-2015 después de ver sus cientos de trabajos expuestos en la planta tercera del Espacio Fundación Telefónica, una muestra “extensísima, soberbia” -lo decía el propio Alberto en la presentación- que recorre su actividad profesional y con ella la historia de un país que ha ido evolucionando, muchas veces en paralelo al propio diseñador madrileño.
La muestra, que permanecerá en el lugar hasta el 5 de octubre, presenta un recorrido temporal desde los primeros encargos de Corazón, en tiempos de Franco y con portadas de temas marxistas que buscaban eludir la censura de modo original, pasando por la magnífica colección de carteles del Festival de Otoño en Madrid, hasta llegar a los logotipos y las imágenes gráficas de empresas e instituciones, cuya relevancia dan medida de la importancia de esta figura del diseño.
El visitante podrá contemplar “el 50% de la obra” de Corazón, tal como explicaba el propio autor durante la presentación de la muestra, en la que se exponen trabajos como el diseño completo de la ONCE, el de la red completa de Cercanías (marquesinas incluidas), el modelo Domo de Telefónica, el de La Casa del Lector, los logos de Mapfre, el Círculo de Bellas Artes, Ferrovial... la lista es inmensa.
Alberto Corazón también habló del porqué de su retirada temporal del mundo del diseño en los últimos años, movido por la instalación en España de “una tormenta perfecta mezcla de codicia y mediocridad” que dio lugar a un “triunfo de la mediocridad” en los encargos de algunos clientes que le hicieron plantearse su carrera. Corazón puso como ejemplo de esta política el nuevo logo del Partido Popular, que calificó, en la misma línea, de “prodigio de la mediocridad”.
Polémicas aparte, el autor de todos estos diseños explicó que la muestra estaba dirigida “a los ciudadanos en general” y animó a sus compañeros más jóvenes a participar en una nueva etapa en el mundo del diseño que parece abrirse ahora -a su parecer- y que sirva, como en la transición, de “motor de cambio para modernizar el país”.
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