Patio Maravillas, un balón en el tejado de Ahora Madrid
Después de la nueva 'okupación' de un Patio Maravillas en constante búsqueda de sede física, un desalojo exprés con nocturnidad y sin orden judicial y una concentración de apoyo al colectivo con cinco concejales de Ahora Madrid y en demanda de una ciudad con espacios comunes -todo esto ha pasado este recién acabado fin de semana-, el lunes amanece para el gobierno municipal de Ahora Madrid con un grave problema sobre la mesa: se ha de dar respuesta inmediata a quienes reclaman espacios públicos donde poder desarrollar de manera autogestionada proyectos culturales, sociales y políticos. Proyectos que llevan años desarrollando con éxito pese a todas las trabas del sistema.
No cabe más demora. Después de llevar negociando infructuosamente con el ayuntamiento durante más de un año la cesión de algún lugar en el que retomar su actividad, el Patio Maravillas no está dispuesto a prolongar más la resolución de una partida que lo está matando poco a poco, víctima del fuego amigo.
El Patio es un ente heterogéneo en torno al cual se mueven desde hace nueve años niños, adolescentes, jóvenes, padres y abuelos; personas de toda clase y condición. Que exista no es sólo algo bueno para Malasaña y para Madrid (como reconocen todos los sectores del barrio, desde comerciantes a colegios o instituciones públicas), sino que es algo absolutamente necesario en un lugar expropiado por sus sucesivos gobernantes.
Su componente 'okupa' con el que tratan de criminalizarlo con demagogia es, a día de hoy, algo meramente residual. Algo que no resta un ápice de legitimidad a un proyecto valiente, que necesita también de instituciones valientes que lo apoyen y defiendan un modelo de ciudad distinto, mejor, para sus ciudadanos.
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