Pedro Bravo: “Las bicis hacen mejores ciudades”
Durante décadas, Madrid vivió de espaldas a la bicicleta. Sus calles estaban ocupadas por coches, motos, taxis y autobuses y solo unos pocos aventureros se atrevían a viajar a lomos de uno de estos ingenios mecánicos tan útiles para determinados trayectos. Uno de estos locos ciclistas urbanos era Pedro Bravo (Madrid, 1972), periodista, impulsor de proyectos sociales y defensor de un modo de transporte que estos días vive su momento álgido en la capital.
Pedro decidió el pasado verano plasmar todas sus experiencias en Biciosos, una especie de manual, un libro “para quitarnos las excusas y los miedos para andar en bici”, nos explica durante una charla en su lugar de trabajo habitual, el local de coworking Espíritu 23. Lo hace en un momento en el que las bicicletas “están de moda y ha venido para quedarse”. “Está pasando en todo el mundo, a distintas velocidades”, cuenta sobre esta fiebre ciclista que ya ha invadido ciudades como Barcelona o Sevilla.
En su libro, este ciclista convencido va explicando el por qué cree que la bicicleta es el futuro, además de ir respondiendo a una serie de preguntas que siempre le caen cada vez que, en una conversación, su interlocutor descubre que viaja habitualmente en bicicleta: ¿ No pasas mucho frío? ¿No es muy peligroso? ¿No llevas casco? ¿No son un poco caras? y muchas otras cuestiones que resuelve con su experiencia personal, con referencias a estudios elaborados en otros países y con palabras de expertos de todo el mundo en este ámbito.
Una de las pegas que más se repite a su alrededor en la gente que quiere empezar a usar la bici es la supuesta desprotección frente al coche. “La bici no es tan peligrosa como la pintan”, resume antes de indicar que “cuendo sientes seguridad, vas por el centro del carril como marca la normativa y circulas sin miedo, disfrutas mucho y te sientes integrado dentro del tráfico. Sí, ya sé que suena un poco zen”, bromea.
Una ciudad que espera el BiciMad
Cuenta Pedro que Biciosos nació del empeño de un editor aficionado a la bicileta -Miguel Aguilar- y de un mes de agosto dedicado a la literatura por su parte. Entonces se volvía a hablar de que Madrid instalaría por fin las bicicletas públicas, algo que ahora está a punto de suceder.
BiciMad, el sistema de alquiler del Ayuntamiento, es una realidad y todo el mundo especula sobre cómo será. También le hacemos mojarse al autor de este libro y él, con muchas precauciones, nos cuenta sus dudas sobre dos aspectos: la falta de carriles bici segregados y que la primera media hora no sea gratis, como sí sucede en Sevilla o Barcelona. “Hubiera hecho falta más inversión para planificar y construir carriles bici bien pensados”, explica. Lo dice porque circular por las nuevas ciclocalles puede generar un cierto “miedo” a los neófitos. “Pero también te digo que si las bicicletas invaden la ciudad, la jugada les puede salir muy bien”, razona.
Una de las zonas que ya ha adelantado muchos de los deberes que requería la implantación de este servicio es Malasaña. Sus vecinos son alumnos aventajados en Madrid a la hora de los desplazamientos a dos ruedas. “Malasaña ha decidido usar la bici”, dice orgulloso Pedro sobre su barrio, quien admite que en algunos ciclistas puede haber alto de “postureo”. “Pero a mí no me importa por qué motivos la gente use las bicis, que hagan lo que les dé la gana. Lo importante es que se utilice”, concluye.
¿Y cómo hacer que se use aún más la bicicleta en Malasaña? “A lo mejor la gente se me echa encima, pero con la peatonalización de las calles”, propone. “Sería el mejor notición para la zona”. Además, también echa en falta más aparcabicis e incluso sistemas de aparcamiento nocturnos para bicicletas, pues muchas de las viviendas no tienen ascensor y entiende que es pesado subir y bajarla todos los días.
Para cosas como esta, Pedro Bravo cree que es importante que la acción política se implique y defiende que, si los políticos usaran la bicicleta, verían las cosas de modo distinto: “Pero muchos de ellos solo se hacen la foto con el chaleco de aeropuerto y el casco ladeado”, bromea. No sucede así con el concejal de distrito Centro, David Erguido, conocido ciclista urbano, lo que Pedro elogia.
El autor de Biciosos también confía en que, en el futuro, “las bicis tomen las calzadas y logren pacificar el tráfico en el centro de Madrid”, una posibilidad quizás no tan utópica después de este verano. Entonces veremos si la capital de España es un mejor sitio para vivir y es cierta la máxima que a Pedro no le importa repetir, aquella que dice que “las bicis hacen mejores ciudades”.
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