El Ministerio de Cultura quiere convertir en monumento el Teatro de la Comedia y declararlo un BIC del Barrio de las Letras
El Teatro de la Comedia de Madrid, un emblema en el Barrio de las Letras, ha iniciado el recorrido burocrático para convertirse en BIC. Esta figura jurídica, la del Bien de Interés Cultural, es un mecanismo de protección que reconoce el valor público de un inmueble y establece medidas de obligado cumplimiento para su conservación. Ahora el Ministerio de Cultura ha comenzado un proceso para blindar el edificio, de arquitectura de hierro madrileña desde su reconstrucción por un devastador incendio. Fue inaugurado en 1875 en la calle del Príncipe y este año cumple su 150 aniversario, una ocasión que el departamento que dirige Ernest Urtasun ha decidido aprovechar.
Los trámites ya se mueven para darle la categoría de monumento. Este mismo jueves, el Boletín Oficial del Estado (BOE) informaba de la incoación del expediente o lo que es lo mismo, de su apertura. La Ley 16/1985 del 25 de junio sobre el patrimonio histórico español es la que regula el procedimiento por el que ha de pasar la petición de hacer BIC el Teatro de la Comedia. En realidad, los orígenes del edificio se remontan a un coliseo que quiso construir un empresario de salas y fiestas, Silverio López Larrainza. Era el solar de un patio de vecinos que tenía en propiedad, en el número 14 de la calle del Príncipe y junto a la de Núñez de Arce.
Las obras se iniciaron en el año 1873 y Tirso García Escudero de la Torre fue su propietario único desde la temporada 1896-97 hasta su fallecimiento en 1950. El artífice fue el arquitecto Agustín Ortiz. Con los años, en sus tablas se celebraron los estrenos de los clásicos del Siglo de Oro y de autores como Jacinto Benavente, Benito Pérez Galdós, los hermanos Álvarez Quintero o Leandro Fernández de Moratín. En 1915, un incendio destruyó el interior del teatro y la sala se reconstruyó en pocos meses por los arquitectos Luis Bellido y José López Sallaberry. Desde entonces continuó su actividad, que se vio interrumpida durante la Guerra Civil.
Un ejemplo de arquitectura de hierro adquirido por el Gobierno
En la época de los 70 se representaron en él actuaciones independientes, de temática social y política, como Castañuela 70, Yerma o Sócrates. En su escenario se mostró el primer desnudo del teatro español durante el franquismo, con la obra Equus. En 1998 fue finalmente adquirido por el Ministerio de Cultura, su actual propietario, que destinó cinco de los pisos en el edificio a consolidar el Teatro de la Comedia como una sede estable para la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que continúa haciendo uso de sus instalaciones.
En 2002 la Comedia, fue cerrada al público para someterse a una amplia reforma, y reabrió sus puertas en 2015. El edificio responde al estilo de los teatros decimonónicos, con un diseño sobrio y una fachada de inspiración clásica. Su dependencia más significativa es la sala principal del teatro, con forma de herradura, escenario de madera y techo con pinturas de José Vallejo y Galeazo representando un cielo transparente con trampantojos de arquitecturas árabes en sus pechinas. Ortiz de Villajos decidió emplear el hierro en su estructura y decoración, convirtiéndolo así un ejemplo emblemático de la arquitectura de hierro madrileña. El teatro cuenta además con la sala Tirso de Molina, situada en la planta quinta del Teatro, un espacio polivalente de nueva creación.
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