Madrid plantea registrar el ADN de las mascotas para acabar con los excrementos en las calles
El Ayuntamiento de Madrid plantea frenar los comportamientos incívicos de los dueños de mascotas a la hora de recoger los excrementos de sus animales domésticos. Entre las opciones que estudia para conseguirlo están las de obligar a diluir los orines caninos o la de identificar a los dueños de perros por el ADN de los excrementos sin recoger. De momento, está preguntando por ello en la consulta pública que acaba de lanzar para preguntar a los madrileños sobre algunos aspectos de la Ordenanza de Limpieza y Gestión de Residuos que modificará en los próximos meses.
“¿Qué medidas propondrías a los propietarios de las mascotas para minimizar la suciedad que los excrementos sólidos y líquidos de éstas, producen en los espacios públicos?”, es la cuestión que lanza el área de Medio Ambiente, para la que ofrece varias alternativas, entre ellas la obligatoriedad “de registrar el ADN de las mascotas para control posterior de los excrementos” o la de “llevar botella con líquido para diluir micciones”.
Ambas medidas no están presentes todavía en el ordenamiento legislativo madrileño, aunque sí en otras capitales de provincia. En Cádiz, por ejemplo, todos los dueños de mascotas -perros en su mayoría- han de salir a pasearlas llevando una pequeña botella de agua con lejía, que han de verter sobre el orín de su animal de compañía si no quieren ser multados.
En Zaragoza y Málaga es obligatorio el registro del ADN canino para poder tener estas mascotas. En el caso de la capital maña, el consistorio no lo asocia a la limpieza de excrementos como sí se plantea en Madrid. El Ayuntamiento de la ciudad aragonesa asegura que ha abierto este censo para “tratar de luchar contra el abandono y el maltrato animal”. Dos años después de lanzar la iniciativa, tiene registrados a más de la mitad de los perros de la ciudad. Quienes no cumplen esta obligación pueden ser multados con sanciones que van desde los 50 € hasta los 250 €.
El trámite de registrar el ADN de una mascota lo practica el veterinario a través de una sencilla extracción de sangre y su coste oscila entre los 40 y los 50 euros. En Madrid, según cifras municipales avanzadas esta semana, viven dos millones de perros
40 nuevas zonas caninas
Además de las medidas coercitivas, el área de Medio Ambiente anunció este miércoles, durante el debate sobre el estado de la ciudad, que construirá 40 nuevas zonas caninas en todos los distritos. Para ello invertirá 1,3 millones de euros durante lo que queda de legislatura.
Las zonas caninas serán de dos tipos: uno básico, sin más elementos que un cercado, puerta, bancos, papeleras y suelo especial; y otro en el que además se añadirán juegos para perros y también bebederos para los animales, informa el Ayuntamiento de Madrid.
Basura mal depositada y a quién multar
El de los excrementos de mascotas es una de las diez preguntas que el área de Medio Ambiente formula a los madrileños antes de reformar la ordenanza de limpieza. La mayoría tratan sobre la recogida de basuras y la limpieza general de las calles, aunque también se pregunta sobre aspectos más técnicos relacionados con el vertedero de Valdemingómez.
Para conseguir que cada vez lleguen menos residuos a este vertedero, el Ayuntamiento propone “Mejorar la separación en los hogares y negocios”, “inspeccionar y penalizar más a quienes no lo hagan” o “invertir en nuevas tecnologías en las plantas de tratamiento de residuos”.
También plantea a los ciudadanos sobre qué aspectos debería priorizar a la hora de ejercer su labor de “vigilancia y denuncia” y enumera tres acciones que ensucian las calles u originan un peor reciclaje: “No depositar los residuos debidamente separados”, “dejar residuos fuera de su contenedor” o la “realización de grafitis”.
Además de aumentar las inspecciones y sanciones, el área de Medio Ambiente pregunta si se deben despenalizar dos prácticas que, aparentemente, no guardan ninguna relación entre sí. La primera de ellas es la de “Incumplir las obligaciones de limpieza de zonas particulares por sus propietarios” y la otra es la de “utilizar contenedores o sacos industriales no homologados o normalizados por los encargados de su gestión”.
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