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Opinión - El presidente Sánchez no puede ceder
Sobre este blog

Carlos Elordi es periodista. Trabajó en los semanarios Triunfo, La Calle y fue director del mensual Mayo. Fue corresponsal en España de La Repubblica, colaborador de El País y de la Cadena SER. Actualmente escribe en El Periódico de Catalunya.

Colombia: el proceso de paz puede estar en peligro

Colombia comienza la transición de Santos a Duque con la mirada puesta en la paz

Carlos Elordi

A la derecha colombiana no le gusta el acuerdo con la guerrilla

El editorial de Le Monde advierte seriamente del riesgo de que el nuevo presidente colombiano haga encallar el proceso de paz que su predecesor Juan Manuel Santos firmó con las FARC y no descarta que si eso ocurriera, esta organización, la principal de la guerrilla colombiana, pudiera volver a la lucha armada:

“La amplia victoria de Ivan Duque, el candidato de la derecha dura, en las elecciones presidenciales colombianas del 17 de junio, ha hecho planear la incertidumbre sobre el porvenir de la paz negociada con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El acuerdo firmado por Juan Manuel Santos no ha dejado de ser atacado por el partido de Duque, el Centro Democrático (CD), fundado y dirigido por Álvaro Uribe, predecesor de Santos y mentor de del nuevo presidente”.

“Este acuerdo, que fue aplaudido por la comunidad internacional, y que valió a su patrocinador el premio Nobel de la paz en 2016, no ha tenido los efectos políticos previstos. A pesar de una economía floreciente durante los dos mandatos de Santos, que ha permitido que Colombia haya sido admitida en la OCDE, éste ha dejado el poder con una tasa de popularidad en su nivel más bajo”.

“Su marcha permite la vuelta al poder de una derecha que, desde el inicio de las negociaciones de paz, ha acusado a Santos de entregar el país al “castro-chavismo”. Aunque Duque no ha utilizado ese término para hacerse con el poder, nunca se ha desmarcado de sus aliados al respecto y sabe la resonancia que puede tener el término cuando un millón de venezolanos que han huido del régimen de Maduro están actualmente refugiados en Colombia”.

“La derecha “uribista” controla ya la mayoría de los cargos decisivos, con Duque a la cabeza del ejecutivo y Uribe a la cabeza del Congreso, en el que derecha goza de una sólida mayoría. El proyecto de reforma de la justicia presentado por el CD con el objetivo de suprimir el Tribunal Constitucional, es interpretado por la oposición como un plan para poner a la justicia a su paso. Y la campaña electoral ha confirmado que los grandes medios privados le son favorables”.

“Sólo hace algunos meses, algunos dirigentes del CD prometían “romper en mil pedazos el acuerdo de paz” cuando su partido llegara al poder”.

“Aunque la aplicación del acuerdo de paz con las FARC registra un serio retraso y aunque una gran parte del electorado se opone al mismo, Duque debería actuar con prudencia. Si replantea la cuestión de manera muy radical, correría el riesgo de provocar que las FARC renacieran de sus cenizas y de que el país volviera a caer en graves incertidumbres”. 

La globalización favorece la corrupción

Gideon Rachman analiza cómo y porqué la corrupción está creciendo en todo el mundo y teme que lo vaya a seguir haciendo:

“Si hay algo que tengan en común los BRICS –un concepto que se acuñó en 2001 y que se refiere a las cinco economías emergentes más dinámicas, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- es la corrupción. En los cinco, la rabia popular contra la corrupción está en corazón de sus vidas políticas. Y dado que eso países son cada vez más importantes para la economía mundial, sus problemas de corrupción tienen implicaciones globales”.

“Tanto Brasil como Sudáfrica han tenido presidentes que han sido apartados del poder por escándalos de corrupción. En Rusia, Rusia Unida, el partido gobernante, es ampliamente conocido como “el partido de los estafadores y ladrones”. El ascenso al poder de Narendra Modi se vio facilitado por su compromiso de acabar con la corrupción entre las élites. Desde entonces el primer ministro indio ha dado el paso de eliminar casi el 80 por ciento de la moneda en circulación en el país, en un esfuerzo por acabar con la economía en negro. La política anti-corrupción del presidente chino ha llevado a la detención de más de 100.000 funcionarios. Sin embargo, exiliados chinos han difundido por Internet acusaciones de que la corrupción se extiende hasta los círculos más próximos al presidente Xi”.

“Los escándalos de corrupción de alto nivel no se circunscriben a los BRICS. Este mes Mariano Rajoy se veía obligado a dimitir a consecuencia de un escándalo en su partido y el mes anterior el partido gobernante de Malasia perdía el poder por vez primera desde 1950 por acusaciones de que el primer ministro Najib Razak se había embolsado enormes sumas”.

“La corrupción ha existido siempre y nunca ha sido popular. Pero la frecuencia y el impacto político de los escándalos de corrupción parecen estar creciendo en todo el mundo. ¿Por qué la corrupción se ha hecho más común o simplemente porque se ha hecho más fácil desvelarla? La respuesta parece estar en que ambas cosas han ocurrido simultáneamente. La globalización de los negocios y de las finanzas ofrece oportunidades de obtener beneficios corruptos en las economías emergentes que crecen rápidamente. Sectores que frecuentemente necesitan apoyo público, como los recursos naturales y las infraestructuras, son objetivos particularmente lucrativos. Hay que adjudicar contratos y proyectos de desarrollo que necesitan la aprobación oficial. Y el dinero de las comisiones ilegales puede ser depositado en paraísos fiscales”.

“El creciente poder económico de países como China, India y Rusia puede estar extendiendo las prácticas corruptas más ampliamente. Estados Unidos, la UE y el Reino Unido están orgullosos de sus sanas instituciones. Pero los banqueros occidentales, los abogados, los intermediarios inmobiliarios, las empresas de relaciones públicas, están a menudo demasiado dispuestos a compartir los procedimientos de corrupción”.

Sobre este blog

Carlos Elordi es periodista. Trabajó en los semanarios Triunfo, La Calle y fue director del mensual Mayo. Fue corresponsal en España de La Repubblica, colaborador de El País y de la Cadena SER. Actualmente escribe en El Periódico de Catalunya.

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