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Mazda tiene nuevo buque insignia, el CX-60, y será híbrido enchufable

Mazda CX-60.

Paula Ulloa

La firma japonesa Mazda acaba de dar a conocer el que considera su modelo más importante en más de una década, el CX-60, que está llamado a convertirse -asegura- en una nueva referencia porque representa todo lo que la marca ha ido incorporando a su ADN a lo largo de un siglo: un diseño extraordinario tanto en el exterior como en el interior, acabados según la mejor tradición japonesa, tecnologías avanzadas orientadas al ser humano y una gama de motorizaciones de última generación.

Entre estas últimas destaca la que incorporará el CX-60 e-Skyactiv PHEV, el primero de una serie de modelos híbridos enchufables que Mazda se propone introducir en Europa en los próximos años, si bien habrá disponibles también versiones de gasolina y diésel. El PHEV será de tracción total, mientras que los térmicos podrán tener tracción trasera o a las cuatro ruedas. El precio del primero parte de 50.268, y las primeras unidades llegarán a los concesionarios este verano.

La última criatura de la compañía de Hiroshima tiene una carrocería de tipo SUV de 4,75 metros de longitud. Es, por tanto, casi 20 centímetros más larga que el CX-5 y se erige en el nuevo buque insignia de la marca, no solo por tamaño (el Mazda6 es mayor en ese sentido), sino también por nivel de refinamiento y tecnológico.

En términos de diseño, explota el concepto japonés del Ma, el cual representa la sosegada y majestuosa belleza del espacio vacío, y que encaja a la perfección con la solidez de una arquitectura típicamente de SUV, con motor delantero y tracción trasera.

El estilo interior es inconfundiblemente Mazda, con guiños a la estética japonesa. Por ejemplo, juega con conceptos como el Kaichô, que es la mezcla de distintos materiales y texturas para generar un punto de irregularidad, combinando madera de arce, cuero napa, refinados tejidos japoneses y detalles cromados. También está presente el Musubu o arte de anudar y conectar, que ha servido de inspiración para los detalles de las costuras del panel del salpicadero.

El tratamiento de las molduras en madera de arce se inspira en el Hacho, otro concepto estético japonés basado en la asimetría y la irregularidad intencionada. Los tejidos empleados tienen distintas fibras y patrones que responden a los cambios en la iluminación. Se ha empleado también una técnica japonesa de costura, llamada Kakenui, que produce costuras colgantes y deja espacios entre los tejidos de los guarnecidos que permiten entrever el material que hay debajo.

El CX-60 e-Skyactiv PHEV combina un motor de gasolina 2.5 Skyactiv-G de cuatro cilindros e inyección directa con un motor eléctrico de 100 kW, una batería de alta capacidad de 17,8 kWh y 355 V y una transmisión automática de ocho velocidades de nuevo desarrollo. La potencia total asciende a 241 kW/327 CV con una poderosa entrega de par de hasta 500 Nm, lo que convierte a este en el modelo de producción en serie más potente fabricado por la compañía.

Sus prestaciones son muy notables, con una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 5,8 segundos, y brillan a la misma altura que sus credenciales medioambientales. El consumo de combustible WLTP en ciclo combinado es de 1,5 litros/100 km y las emisiones de CO2 WLTP, de 33 g/km.

La autonomía según el mismo protocolo de homologación se sitúa en 63 km mientras el vehículo circule a menos de 100 km/h. La batería se carga por completo desde vacío en cuatro horas mediante un cargador de corriente alterna convencional compatible con la red eléctrica de 220-240 V.

Más dinámico y seguro

En el apartado dinámico, el CX-60 recibe una larga serie de mejoras con respecto a lo que ofrecen sus hermanos de gama. Por ejemplo, la rigidez de la carrocería hace que el conductor perciba la respuesta del coche de forma inmediata, sin retardo; los asientos ayudan a los ocupantes a mantener el equilibrio de forma natural mientras el vehículo se mueve, y la suspensión subraya su aplomo con la intervención adicional de un sistema exclusivo de Mazda denominado Kinematic Posture Control.

La batería de alta tensión se ha situado entre el eje delantero y el trasero, en una posición lo más rebajada posible dentro de la carrocería, con lo que el centro de gravedad resulta especialmente bajo. Esta característica, combinada en su caso con un sistema de tracción integral permanente con transferencia de par entre ejes, proporciona a este modelo una extraordinaria maniobrabilidad.

El CX-60 cuenta con un completo equipamiento de tecnologías de seguridad i-Activsense. Entre las novedades en seguridad activa merecen mencionarse un monitor de visión 360° que mejora la visibilidad a través del vehículo durante la circulación a baja velocida, el asistente de intersecciones, el detector de peatones traseros, el sistema de mantenimiento en carril de emergencia, el asistente de velocidad inteligente y la función de ayuda al salir del coche.

El lanzamiento de este nuevo estandarte de Mazda se inscribe en el plan para descarbonizar por completo su gama de aquí a 2050. En él se engloba también la llegada del MX-30 e-Skyactiv R-EV, una versión mejorada del modelo 100% eléctrico de la marca que introducirá un motor rotativo para generar electricidad y ofrecer así autonomía extendida. En 2023, la firma tiene previsto lanzar un nuevo modelo de mayor tamaño incluso que el CX-60 y con tres filas de asientos.

En total, en los próximos tres años Mazda introducirá cinco nuevos productos electrificados gracias a su arquitectura multisolución. Más allá de 2025, lanzará una nueva arquitectura escalable EV Skyactiv, con la que podrá construir modelos eléctricos para todos los segmentos empleando una plataforma común.

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