Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Kia Optima Sportswagon, una flecha en el centro de la diana

Kia Optima Sportswagon.

Pedro Umbert

El texto que sigue pretende responder solo a dos simples preguntas. Una es: ¿les merece la pena a los usuarios con grandes necesidades de espacio inclinarse por comprar un todocamino o SUV cuando jamás van a salir del asfalto y existen coches familiares igualmente capaces? Y la otra: ¿podemos encontrar un familiar realmente redondo a un precio asequible? Ya os adelanto que la respuesta a estas cuestiones son dos monosílabos distintos, y que el modelo que la sustenta es el Kia Optima Sportswagon.

Lo primero que conviene precisar es que, aunque los gustos son subjetivos, la versión SW del Optima luce una estampa atractiva y dinámica que sorprende en un coche tan largo: 4,85 metros. Estas dimensiones dan lugar a un interior muy amplio y un maletero de 552 litros, que llegan a 1.686 cuando se pliegan los asientos traseros. Los raíles para compartimentar el equipaje, de serie, permiten distribuir y fijar la carga de manera sumamente satisfactoria.

Hemos podido probar el Optima SW en su variante 1.7 CRDi de 141 caballos con cambio automático de siete marchas, acabado GT Line y Pack Luxury, un modelo que con la oferta actual de la marca sale por 34.195 euros. El motor turbodiésel mueve el conjunto con más que soltura y muestra una notable facilidad para superar la velocidad máxima permitida en carretera. El consumo medio se sitúa en unos razonables, aunque no demasiado parcos, 7,2 litros cada 100 kilómetros.

A la sensación de que el coche corre mucho sin darnos cuenta contribuye sin duda el sorprendente confort de marcha, tanto acústico como de rodadura, que se disfruta a bordo. La suspensión, cuya dureza se regula junto con la respuesta del cambio y del motor por medio de tres programas diferentes (Eco, Normal y Sport), resulta cómoda a la vez que eficaz para contener los balanceos de la carrocería sea cual sea el modo de conducción elegido.

Cada uno de éstos cumple su papel a la perfección. El programa Eco es ideal para circular tranquilo y muy pendiente de gastar lo mínimo posible; en vías con curvas es preferible el modo Sport, que contiene mejor las oscilaciones, y el Normal se presenta como una solución intermedia muy bien lograda.

El acabado GT Line otorga al Optima SW una serie de aditamentos deportivos tanto en el interior como en la carrocería que buscan subrayar su lado más dinámico. En combinación con el Pack Luxury al que va aparejado, el coche ofrece prácticamente toda la tecnología que uno puede precisar, desde un sistema de cámara con visión de 360º y cenital del vehículo, programador de velocidad activo, detector de otros coches en el ángulo muerto y cambio automático de luces cortas a largas, entre otros dispositivos.

Poder disponer de todo este arsenal por menos de 35.000 euros, aunque ésta sea una cantidad considerable, significa que no es necesario gastar una fortuna para adquirir una ranchera amplia, lujosa y bien equipada, que rueda de maravilla y además resulta atractiva, un modelo definitivamente redondo.

Con respecto a la pregunta de si un todocamino sería una mejor opción, seguiremos clamando en el desierto: ¿para qué pagar el sobreprecio, hacer frente a un mantenimiento más costoso y cargar con cerca de dos toneladas de peso si en verdad no vamos a pisar jamás un camino de tierra? ¿Que se ve mejor desde las alturas? Quizá, pero tampoco olvidemos que, cuanto más bajo se halla nuestro centro de gravedad, más improbable es volcar.

Etiquetas
stats