En 2018 las principales marcas del sector tendrán tres SUV en sus gamas
Con la confirmación en las últimas dos semanas de la llegada de un SUV pequeño en Hyundai y uno grande en Seat, se puede concluir que de aquí a 2018 no habrá marca generalista que en su catálogo no ofrezca menos de tres modelos de estas características. Ya sabes, tres de cada diez coches vendidos en España simulan la carrocería de un todoterreno, aunque de TT tengan eso: el diseño, y poco más.
El Nissan Qashqai fue el precursor (2007). Un turismo compacto -del segmento C- con unas suspensiones elevadas y unas formas musculosas emocionaron al personal y lo encumbraron al estrellato. La misma marca japonesa estuvo rápida y lanzó un hermano pequeño -del segmento B-, el Nissan Juke (2010), y reformuló las coordenadas de un SUV de mayor tamaño -del segmento D y con 7 plazas disponibles-, el Nissan X-Trail (2015). Tres SUV en un mismo catálogo.
Ya no está sola Nissan en esta aventura. Su aliada Renault ha calcado la estrategia, con tres modelos que comparten componentes y buena parte de los desarrollos de sus primos asiáticos: Captur (2013), Kadjar (2015) y nuevo Koleos (2016).
Como Renault, Opel o Ford son otras generalistas que fabrican en España, raramente bajan sus ventas del Top5 y sus populares turismos (Corsa y Astra o Fiesta y Focus) conviven con una gama múltiple de SUV. En el caso de la alemana incorporan el apellido X (Crossland X, Mokka X y Grandland X -finales de 2017-), mientras que la americana ha sumado un SUV de gran tamaño, Edge (2016), a los más comedidos Kuga (2008) y EcoSport (2013).
Por su parte Peugeot está combinando en los últimos lanzamientos rasgos de diseño de todocamino con características funcionales de monovolumen. Al urbano 2008 (lanzado en 2013 y renovado en 2016), se unen las nuevas generaciones de 3008 y 5008. Ambos mantienen soluciones de habitabilidad de los mejores modelos familiares -el segundo de 7 plazas-, pero añaden ese picante estético de los SUV para ser catalogados como crossover.
La española Seat se unirá a este fervor, después de haber sido la más perezosa entre sus iguales. El Ateca se hizo esperar, pero por fin la marca de Martorell alumbró (2016) un rival de altura para el Qashqai. En el último tramo de 2017 desembarcará un mini Ateca, de nombre Arona y basado en la plataforma del último Ibiza. Y para 2018 ha confirmado la producción de un Primo de Zumosol para ambos, un SUV de 4,70 metros y 7 plazas que comparte ADN con el Skoda Kodiaq.
Unas de las firmas generalistas que más tiempo lleva con dos modelos en su gama ha sido Volkswagen. El modelo grande, Touareg (2005), y el medio, Tiguan (2007), le han hecho vivir de espalda a la realidad de mercados como el español, donde carrocerías más compactas (y económicas) reciben una mejor acogida. Ese espacio, que ahora ocupan los Juke, Captur y compañía, lo cubrirá también un nuevo SUV pequeño, el T-ROC (2018).
Las coreanas Hyundai y Kia no son ajenas a estas tendencias. Si bien es cierto que han tenido que reformular sus bocetos para el mercado europeo (modelos más pequeños y con motores más eficientes), de aquí a 2018 presumirán, ya no de un trío, sino de un póker de SUV. Recientemente la primera comunicó el nombre de su nuevo SUV-B, Kona, que será el más pequeño de una gama consolidada con Tucson, Santa Fe y Grand Santa Fe; y la segunda, hará lo propio con un modelo que compartirá desarrollo con aquél y que se unirá a Niro, Sportage y Sorento.
El resto de asiáticas son más comedidas, aunque no por mucho tiempo. Mitsubishi es el mejor ejemplo. Con Outlander (2001) y ASX (2011) a pleno rendimiento, acaba de presentar en Ginebra un modelo intermedio, Eclipse Cross (finales de 2017). Toyota ha lanzado el crossover híbrido C-HR (2017), quedándose por debajo del RAV4 (el Land Cruiser es un TT puro) e iguala con dos modelos a otras compatriotas: Mazda (CX-3 y CX-5), Honda (HR-V y CR-V) y Subaru (XV y Forester).