En la Región de Murcia, 7 de los 45 municipios tienen menos de 5.000 habitantes, son los llamados “pequeños municipios”, unos asentamientos poblacionales con especiales necesidades que sufren con demasiada frecuencia la invisibilización política debido a su escaso peso electoral. La cifra se eleva hasta 8 si también consideramos a Librilla, un pueblo en pleno Valle del Guadalentín que supera por poco la barrera de los cinco mil. De los 45 diputados y diputadas regionales ni uno solo proviene de estos pequeños enclaves. Lo anterior se nota a la hora de presentar iniciativas parlamentarias. Si introducimos el nombre de alguno de estos 7 municipios en el buscador de iniciativas las posibilidades de encontrar resultados son bajas y disminuyen conforme menos población se tiene.
Respecto a los grupos de edad, los menores de 30 años no pisan la moqueta. La parlamentaria más joven es Inmaculada González del Partido Popular (1984) y ello a pesar de que la Región de Murcia es el territorio con más población joven de toda España. La media de edad de los miembros de la Asamblea Regional se sitúa en los 46,5 años y es que vivimos de pleno el gobierno legislativo de unos baby boomers que se parecen más entre ellos de lo que piensan. De entre las comisiones especiales y las permanentes legislativas ni una sola incluye en su título el área pública de juventud.
Según su profesión, el 40% de los parlamentarios son funcionarios (18/45) y las titulaciones más frecuentes son las universitarias de carácter jurídico y humanístico-social, con muy baja presencia, por el contrario, de los profesionales del ámbito científico. Los parlamentarios de los nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos) son todos universitarios y, además, presentan la menor dispersión de edad.
Los tres únicos parlamentarios sin estudios universitarios se incluyen dentro de los grupos popular y socialista. José Soria (empresario de marroquinería) y Juan Pagán (trabajador agrícola) son diputados del PP, mientras que Yolanda Fernández (técnico comercial) es una de las 13 actas socialistas. La mayor cantidad de parlamentarios de estos grupos les permite ampliar el abanico representativo, aunque no de forma muy ostensible.
El porcentaje relativo de extranjeros en la Región de Murcia se viene situando en el entorno del 15%. Somos una de las Comunidades Autónomas con mayor porcentaje de población de origen migrante y aunque es cierto que los extranjeros no participan en las convocatorias electorales autonómicas, muchos de sus hijos, murcianas y murcianos de pleno derecho, describen problemas de incorporación a la participación política activa. La falta de diputados y diputadas jóvenes es un claro factor que dificulta la presencia de personas relacionadas con las comunidades migrantes de la Región de Murcia en las instituciones.
La representatividad por género es mejor en la IX Legislatura que en ninguna otra, pero todavía sigue siendo predominante la presencia masculina. El 37,7% de los parlamentarios son mujeres, lo que ni siquiera cumple el ideal mínimo fijado para la conformación de las listas paritarias en la Ley de Igualdad (no menos de un 40% ni más de un 60% de ningún sexo). Se comprueba que el cumplimiento de las obligaciones normativas en la realización de las listas no se traduce completamente en una presencia efectiva en los puestos. De los 13 diputados socialistas, 6 son mujeres (46%), mientras que Podemos reparte al 50% sus parlamentarios. El peor grupo en materia de género es Ciudadanos, donde todos sus componentes son hombres.
Los populares serían el segundo grupo menos comprometido con la paridad, ya que de su Grupo Parlamentario (compuesto por 22 diputados) el 36% son mujeres, 10 puntos menos que en el caso de los socialistas.
Hay que prestar atención a la importancia de la representación descriptiva (que los representantes se parezcan lo máximo posible a los representados) en nuestro entornos democráticos diversos. A pesar de que no es una regla infalible, pues es posible opinar y saber (entender y comprender) sin ser o haber vivido, son muchos los estudios que reflejan la influencia positiva de mantener criterios de representación descriptiva sobre la representación simbólica y la producción de políticas públicas. El sistema de cuotas de género surge precisamente a partir de esta relación y se tiene que seguir avanzando hacia mejorar la representación de los intereses de los grupos sociales para reforzar la legitimidad de las producciones políticas y reducir la brecha entre representantes y representados.