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Una 'cacería' machista a la dirigente de Ciudadanos en Murcia que quiso tumbar el Gobierno regional del PP

Archivo - La coordinadora autonómica de Cs, Ana Martínez Vidal

Elisa Reche

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“Me he sentido acosada y sigo sintiéndome acosada. Me han tratado de forma diferente por ser mujer desde que me dedico a la política”, así de tajante se muestra Ana Martínez Vidal, excoordinadora de Ciudadanos en la Región de Murcia. Hace seis meses su grupo parlamentario y el PSOE plantearon una moción de censura al Gobierno del PP del que Martínez Vidal formaba parte hasta ese momento y en la que, además, se postulaba como presidenta. Una moción fallida que ocasionó un huracán en la política nacional con la convocatoria anticipada de elecciones en la Comunidad de Madrid. Mientras, en la Región de Murcia, el presidente del Ejecutivo, Fernando López Miras, integraba en su nuevo Gobierno a tres de los tránsfugas de Ciudadanos y a una consejera que había sido expulsada de Vox para seguir ostentando el poder.

De quien, cuando ingresó en el ambiente político, era conocida como 'la rubia' -“a pesar de que había otras mujeres rubias en la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Murcia”- los medios de comunicación, tanto regionales como nacionales, subrayaban una y otra vez que tenía “mucha ambición”. “Esa imagen de mujer ambiciosa no se corresponde con la realidad. Las personas que me conocen saben perfectamente que es un argumento del PP para desacreditarme”, señala Martínez Vidal quien vivió como “una losa” el hecho de convertirse en portavoz del Gobierno regional de coalición de PP y Cs en agosto de 2019 “teniendo que defender unos argumentarios del PP que, en muchas ocasiones, no compartía”, al tiempo que era nombrada consejera de Empresa. “Desde que empecé en política me he sentido excesivamente expuesta en determinados momentos y ese rol no me hacía sentir cómoda”, añade.

“La ambición es completamente lícita en cualquier persona y lo que entiendo es que cuando las mujeres somos ambiciosas nos califican despectivamente y cuando los hombres son ambiciosos o no se habla de ello o, en caso de nombrarlo, es visto como un rasgo positivo. Ahí hay un sesgo claramente machista”, reflexiona la vicepresidenta de la Asamblea Regional y responsable de Economía e Igualdad en el PSOE regional (PSRM), Gloria Alarcón, respecto a la imagen proyectada de Martínez Vidal insistentemente en los medios, los rumores de los pasillos de la Asamblea y hasta en la tribuna.

La antigua coordinadora de Cs en Murcia, sustituida actualmente por María José Ros tras su dimisión el pasado julio, considera “un honor” que su partido le planteara encabezar la moción de censura durante las negociaciones con el PSOE, aunque también reconoce que no era ese “su objetivo” y que transmitió a la dirección nacional de Cs la posibilidad de que el entonces líder socialista Diego Conesa fuera el futuro presidente “con los riesgos que corríamos y dada la situación de división de nuestro grupo parlamentario”. “Tenía en política todo a lo que hubiera aspirado: ser la coordinadora de mi partido, ser llave de gobierno, tener la posibilidad de tener la vicepresidencia, ser consejera de Empresa. No necesitaba ser presidenta para mi realización política”, insiste.

Su enemistad con la vicepresidenta murciana Isabel Franco, a su vez compañera de Cs en la Asamblea Regional, era archiconocida. Finalmente, Martínez Vidal no solo se quedó fuera del Gobierno, sino que junto con el antiguo portavoz Juan José Molina perdió el grupo parlamentario cuando uno de los consejeros tránsfugas, Francisco Álvarez, renunció a su cargo después de un mes en el Gobierno y les arrebató el control. Actualmente ambos diputados se encuentran integrados en el Grupo Mixto junto con los dos representantes de Podemos, aunque no podrán disponer de la portavocía.

“No me han dado tregua desde el primer momento. Primero, con artículos atribuyéndome una falsa afinidad con el PP. Durante los días posteriores a la moción de censura, los medios de comunicación regionales no se pusieron en contacto conmigo para contrastar las noticias y se hicieron eco de informaciones sesgadas. Ni siquiera fueron capaces de pedirme unas declaraciones”, apunta la ingeniera de caminos que fue concejala de Infraestructuras en el Ayuntamiento de Murcia con el alcalde del Partido Popular Miguel Ángel Cámara entre 2011 y 2015. Fue entonces cuando Vidal conoció a su segundo exmarido, José Francisco Pérez Rodríguez, alcalde de la pedanía murciana de la Era Alta hasta 2019, a quien un par de meses después de su divorcio en julio de 2020 el PP lo contrató como asesor municipal en el Ayuntamiento de Majadahonda. “El PP ha demostrado ser capaz de cualquier cosa para mantenerse en el poder. Me consta que han llegado a utilizar a una persona que formó parte de mi círculo más estrecho, el cual se ha prestado a dar información no contrastada sobre mí con el único fin de dilapidar mi imagen pública”, cree la diputada de Cs.

“En Murcia estamos sometidos por un partido que obtuvo 16 diputados [de un total de 45] y, desgraciadamente, esto demuestra que no te puedes enfrentar al poder establecido porque tanto los medios de comunicación afines como el propio partido te aplastan. He sufrido una cacería personal cuando yo no he cuestionado la vida personal de nadie y soy libre de hacer lo que quiera. Ha habido ataques muy machistas. El día a día era prácticamente inaguantable”, explica por teléfono a elDiario.es de la Región.

Martínez Vidal considera que Conesa también ha sido “maltratado” por los medios regionales, “pero nadie se habría atrevido a hablar mal de él desde el plano personal o familiar. Soy una mujer libre y si no puedo rehacer mi vida sentimental con 43 años que voy a cumplir que venga Dios y lo vea”, cuenta en referencia a las críticas recibidas por su relación con el actual alcalde de Ciudadanos en el municipio murciano de Cehegín, Jerónimo Moya, tras su divorcio.

Mujer, joven y nueva en la política

La antigua líder de Cs en la Región entró en política en 2011 como concejala de Infraestructuras con el PP en el Ayuntamiento de la capital cuando acababa de cumplir 32 años y llevaba apenas un año casada. “Percibí que por ser una mujer joven, ingeniera de caminos y nueva en la política mi vida personal interesaba. Siempre había comentarios sobre si estaba casada o no. A las mujeres se nos observa mucho más que a los hombres. Se ha analizado más mi aspecto físico o mi vida personal que mi trayectoria profesional o mi gestión”, apunta con voz tranquila. Vidal ha trabajado en el campo de las obras hidraúlicas, ha sido ingeniera de proyectos y supervisión de obras, ha redactado proyectos para la Dirección General de Aguas, la Confederación Hidrógrafica del Segura y la Dirección General de Costas de la Región de Murcia, entre otros.

“Siempre he sentido que han frivolizado con mi imagen y han querido vender un lado superficial que no existe. En esta sociedad conservadora e hipócrita si no tienes hijos o una familia convencional se te juzga y se te cuestiona por todo. Si el hombre está separado nadie lo comenta. Algunos periodistas me han llegado a preguntar si era cierto que mantenía una relación con ciertos políticos, rumores machistas con los que trataban de desacreditarme. Nadie se pregunta con quién ha mantenido una relación López Miras [presidente de la Región de Murcia]”, añade al otro lado del teléfono. “Incluso en una comida con altos directivos preguntaron a mis compañeros de Gobierno estando yo presente: ¿Pero esta chica sabe lo que hace?”.

La prensa regional ha publicado artículos en los que examina, por ejemplo, sus “diez 'looks' políticamente correctos” o análisis políticos en los que se habla de “su potencia de fuego”. En otros artículos sobre su discurso en la moción de censura o la situación en la que quedaban los municipios murcianos en los que gobiernan PP y Cs tras la moción se ilustraron con la fotografía “de mi pareja y yo dándonos un abrazo”. “Sería impensable que publicaran un abrazo de López Miras con su pareja”, insiste. Otras publicaciones sobre el fracaso de la moción de censura fueron ilustradas por una foto de su boda. “Por no hablar de las redes sociales, donde he sufrido un acoso totalmente injustificado desde perfiles falsos afines a Vox y la parte más conservadora del PP”.

¿Ficción o realidad?

El episodio “más doloroso” fue la publicación de una historia truculenta y morbosa titulada 'El efecto látigo' protagonizada por “el concejal Basurillas” y “la concejala de Obrillas”, con la que Vidal se sintió identificada, en agosto de 2017 en un cuadernillo de verano del diario La Opinión de Murcia escrita por el periodista Ángel Montiel, agudo analista de la política regional. “Mi etapa en el Ayuntamiento de Murcia terminó en 2015 y publicó el artículo en 2017, cuando no ocupaba cargo público alguno”, señala la política. Vidal ganó el juicio contra el periódico y Montiel en primera instancia en 2019 por “intromisión ilegítima en el honor y la intimidad personal y familiar” ya que la jueza entendió que era muy identificativo porque ella había sido la única concejala de Obras en el consistorio murciano hasta la fecha, pero lo perdió en segunda instancia en 2020 al considerar el juez que se trataba de un “relato de ficción”. Ese mismo año Vidal presentó un recurso de casación en el Tribunal Supremo por “vulneración al honor y a la intimidad”, cuya resolución está esperando.

Vidal subraya la seriedad que muestra en su trato con los demás condicionada por el hecho de haberse visto inmersa siempre en un mundo masculino. “He ido a un colegio con muy pocas chicas, en la Universidad éramos cinco chicas en clase y el resto eran todo hombres y cuando era jefa de obra muchas veces era la única mujer. Siempre he mantenido las distancias como un mecanismo de defensa para intentar que no se cuestionara mi profesionalidad”. No le ha servido de mucho.

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