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Una nueva huelga en el campo murciano reaviva los debates pendientes sobre explotación laboral e inmigración

Trabajadores del sector agrícola durante una jornada de trabajo

Gloria Piñero

18 de diciembre de 2025 10:53 h

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Migrantes, en su mayoría mujeres, y muchas de ellas madres de familia. Trabajadores del campo murciano han sido llamados a una nueva huelga tras meses de conflicto laboral en el seno de la empresa Espace Tecno Agrícola, S.L., dedicada al “comercio al por mayor de frutas y hortalizas de todo tipo”. La firma, cuyo domicilio fiscal se encuentra en Ribarroja del Turia, Valencia, cuenta también con instalaciones en la pedanía de Dolores de Pacheco, perteneciente al municipio murciano de Torre Pacheco. Se trata de la localidad donde el pasado mes de julio se desencadenó una ola de odio racista y violencia contra migrantes tras la paliza que un joven de origen marroquí —ahora en libertad provisional por esos hechos— propinó a un vecino de la localidad de 68 años.

Son precisamente los trabajadores, y sobre todo trabajadoras, ligados a la sucursal pachequera quienes han promovido la convocatoria de huelga, que comenzará este viernes y tendrá carácter indefinido. Lo hacen después de que la empresa “se haya negado reiteradamente a abrir un proceso de negociación” sobre las condiciones de trabajo.

Vecinos de Torre Pacheco y localidades cercanas durante las protestas sucedidas este verano. GLORIA PIÑERO

Desde el comité de huelga denuncian “irregularidades en la naturaleza de los contratos, incumplimientos en los llamamientos de trabajadores fijos discontinuos, deficiencias en materia de seguridad e higiene y desigualdades salariales”. Además, manifiestan su rechazo a la reorganización productiva de la mercantil que, según los portavoces de los trabajadores, “está repercutiendo negativamente en la plantilla”.

“No se trata de una decisión improvisada, sino del último recurso tras meses sin ser escuchados”, señalan fuentes del comité de huelga. “Los trabajadores están pidiendo simplemente que se cumpla la ley y que se reconozcan derechos que ya existen sobre el papel”, añaden.

Trabajadores en el limbo tras veinte años en la empresa

En 2007, Zahra empezó a trabajar como fija discontinua para Espace Tecno Agrícola, S.L. Su tarea, que se desarrollaba en los almacenes de la mercantil, era la de envasar las hortalizas cosechadas en los campos por un salario de 8,40 euros la hora. Cuenta que, hasta 2022, coincidiendo con la reforma laboral que consolidó el contrato fijo discontinuo como la principal herramienta para cubrir trabajos estacionales e intermitentes, tenían trabajo “todo el año, excepto un mes de vacaciones”. Sin embargo, todo cambió a comienzos de esta década. La empresa decidió que los mismos trabajadores que recolectaban se encargaran también de la preparación, empaque y acondicionamiento de los productos agrícolas en el propio terreno de cultivo. Eso ocasionó que el volumen de trabajo descendiera en los almacenes.

Los afectados, unos 80 trabajadores, han llegado a estar dos años sin que la empresa haya vuelto a llamarles —lo que constituye su obligación en virtud del artículo 16 del Estatuto de los Trabajadores—, un hecho que ha ocasionado que agoten el paro durante este largo periodo de inactividad en el que, por la modalidad de contratación, tampoco han estado cotizando a la Seguridad Social.

Ante esta situación de incertidumbre, la mayoría de trabajadores piden que se les finiquite para poder buscar empleo en otro lugar, pero la firma no está por la labor, según han contado a elDiario.es Región de Murcia. Así que se encuentran en un limbo laboral y con la presión de haber agotado las prestaciones con las que, durante todo este tiempo, han podido, al menos, mantener a sus familias.

Trabajadoras del sector agrícola durante tareas de envasado. CCOO

Yusra, envasadora desde el año 2005, no entiende las excusas de los responsables de la empresa, que aseguran que el problema es que no hay trabajo para los almacenes: “Sí que lo hay, pero prefieren que se haga en el campo y ahorrarse el dinero que nos pagaban a nosotros”. Para Ahmed es indignante que no se respete “la antigüedad ni la experiencia” y denuncia la falta de sensibilidad mostrada por los responsables de recursos humanos en las asambleas que han celebrado. “Les da exactamente igual dejarnos en una situación dramática”, se lamenta.

Esta redacción ha intentado, sin éxito, recabar la versión de los responsables de Espace Tecno Agrícola, S.L.

Un conflicto que conecta con una realidad extendida

Aunque la huelga responde a una situación concreta, su trasfondo conecta con una problemática estructural del campo murciano: la precariedad laboral que afecta de manera especial a trabajadores migrantes, muchos de ellos empleados en condiciones de alta temporalidad y escasa protección.

En este contexto, organizaciones sociales recuerdan que la situación actual guarda claras similitudes con las movilizaciones que sacudieron el sector agrícola en 2020, cuando los sindicatos CC.OO, UGT y la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIM), denunciaron la explotación laboral y la discriminación que sufrían los jornaleros inmigrantes.

Demandas que se repiten

Representantes de ATIM aseguran que muchas de las demandas planteadas entonces siguen plenamente vigentes. “Lo que está ocurriendo ahora demuestra que los problemas no eran puntuales, sino estructurales”, explican desde la asociación. “En 2020 ya advertimos de que, sin cambios profundos en el modelo laboral del campo, los conflictos volverían a repetirse”.

ATIM denunció en aquel momento jornadas extenuantes, incumplimientos contractuales, falta de medidas de seguridad y una desigualdad sistemática entre trabajadores, especialmente en lo relativo a la población migrante.

La precariedad laboral afecta de manera especial a trabajadores migrantes

“El campo murciano se sostiene gracias a personas que muchas veces no tienen voz. Nuestra labor ha sido y sigue siendo amplificar esa voz”, subrayan desde la entidad.

Desde el entorno sindical y asociativo se advierte de que la precariedad sostenida en el campo murciano revela la falta de soluciones duraderas. Por eso, aseguran que “cada huelga es una señal de alerta que antes no se ha querido escuchar”, apuntan desde ATIM. “Mientras no se aborde la precariedad como un problema estructural, el conflicto seguirá apareciendo en distintas empresas”.

Un nuevo aviso al sector y a las instituciones

La huelga indefinida anunciada por el comité de trabajadores de Espace Tecno Agrícola, S.L., ha sido comunicada tanto a la dirección de la empresa como a la Dirección General de Trabajo de la Consejería de Empresa, Empleo y Economía social que dirige la popular María Isabel López Aragón, y se suma a la cadena de conflictos que han marcado la última década en el campo murciano.

Desde ATIM insisten en que estas movilizaciones no solo interpelan a las empresas, sino también a las administraciones públicas.“No hablamos solo de derechos laborales, sino de dignidad, de igualdad y de convivencia”, concluyen desde la asociación. “El campo no puede seguir creciendo sobre la precariedad de quienes lo sostienen”.

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