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Casanova se suma al coro de EH Bildu

Hasier Arraiz, antes de declarar ante el magistrado del Tribunal Superior de Justicia vasco.

Aitor Guenaga

Bilbao —

En septiembre, toca vendimia. Recoger los frutos que se han sembrado. Y dos son las grandes novedades que se podrán constatar en el pleno de política general del próximo 25 de septiembre: la desaparición de Laura Mintegi como portavoz de la coalición soberanista EH Bildu, tras su decisión de volver a su puesto en la universidad, y la llegada a la tribuna de la para ese día ya flamante secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia. Una mujer que se va, el rostro amable electoral de EH Bildu, aunque también el puño de hierro cuando hizo falta en la Cámara vasca. Y otra mujer que carga sobre sus espaldas la responsabilidad de frenar la caída libre en la que se encuentran los socialistas vascos y recuperar poder municipal en las elecciones del 25 de mayo de 2015.

La coalición soberanista no va a sustituir como tal a Laura Mintegi. Ha optado por convertir el puesto de portavoz en un coro en el que una vez el tenor sea Oskar Matute (Alternatiba) y en otras ocasiones lo sea la mezzosoprano Marian Beitialarrangoitia (Sortu). Coro al que se sumarán también los barítonos Juanjo Agirrezabala (EA) o Dani Maeztu (Aralar) y en los temas de pacificación, Julen Arzuaga. Esta dinámica ya se estaba aplicando en los últimos meses, una vez que el peso de Mintegi en las decisiones del grupo parlamentario había empezado a ser tan liviano como una pluma india.

La decisión, tomada el pasado lunes, según fuentes del grupo parlamentario, casa con la tradición de la izquierda abertzale de no construir protagonismos desmedidos. Habrá corrimientos en la bancada y se resituarán algunos parlamentarios. Es cierto que Unai Urruzuno será el portavoz oficial (ya era oficialmente portavoz suplente con Mintegi), el que se siente en representanción de la coalición cuando se reúna la Junta de Portavoces, pero los soberanistas saben que su imagen recuerda a otros tiempos. Y difícilmente llevará el peso del debate de política general. EH Bildu no ha decidido quién interpretará ese aria, aunque no es descartable que sea el propio Hasier Arraiz, presidente de Sortu.

No es que le tengan miedo al qué dirán. De hecho, esta semana ya han tenido que salir a la palestra en defensa del nuevo parlamentario vizcaíno que accede a la Cámara vistiendo la camiseta de EH Bildu: Iker Casanova, por su pasado. El pasado le persigue a Hasier Arraiz por sus declaraciones en el presente y el pasado escupe fuego en el caso Casanova, ahora responsable de Formación del Consejo Político de Sortu. Y reconvertido en los últimos años a escritor -suya es la biografía sobre Argala- y a tertuliano ocasional en la radio pública vasca.

Este portavoz de Jarrai, hace ya muchos años, salió de la cárcel el pasado 11 de noviembre de 2011 tras cumplir su condena de siete años y medio impuesta por el Tribunal Supremo en su sentencia sobre el macroproceso KAS-EKIN-XAKI. Se le condenó como responsable nacional de Ekin, la organización que sustituyó a la Koordinadora Abertzale Sozialista tras su disolución, referente de la ortodoxia en la izquierda abertzale. Algunas víctimas del terrorismo como Consuelo Ordóñez se han revuelto y lo consideran una ignominia. “Vuestros asesinatos se han convertido en los méritos que un parlamentario vasco debe alcanzar para ser designado miembro de la Cámara de Vitoria”, ha dejado escrito en una carta abierta dirigida a su hermano Gregorio Ordóñez, parlamentario del PP asesinado por ETA en 1995. Llueve sobre mojado. Nadie entendió en su día -salvo como una afrenta- que los abertzales colocaran como portavoz en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara vasca, entonces presidida por el actual lehendakari, al jefe de ETA, luego parlamentario y posterior negociador en el proceso de diálogo abierto por el presidente Zapatero, José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera.

La otra novedad en la Cámara será el bautismo de Idoia Mendia en el debate de política general. Falta de despejar la duda sobre el día en que Patxi López abandone su escaño en Vitoria para dedicarse a sus nuevos cometidos en la Secretaría de Acción Política y Ciudadanía, la ventanilla que va a abrir el PSOE de Pedro Sánchez para volver a conectar con la calle. Una tarea que le va a llevar al exlehendakari a “estar alerta ante las desatenciones e incumplimiento que puedan producirse en la acción pública e institucional” del PSOE “con respecto a colectivos sociales y compromisos políticos significativos”, según reza el reglamento aprobado por los socialistas acerca de las funciones de cada secretaría. Pero también a “establecer los mecanismos para recoger y valorar las voces de la gente con el fin de trasladarlas a la Ejecutiva para su conocimiento, debate y respuesta”. Y a elaborar papeles (“respuestas, argumentarios, discursos, iniciativas y propuestos que sirvan de apoyo político al conjunto del partido) y a organizar si fuera necesario grupos de debate y reflexión. Una tarea que solo puede desarrollarse bien y con éxito con dedicación absoluta.

Cambio de rostros, nuevas y viejas partituras que se volverán a interpretar en la Cámara vasca en un periodo de sesiones intensamente soberanista en los primeros meses (Escocia y Cataluña) y abiertamente preelectoral (25-M de 2015), con la incógnita de lo que la discusión sobre el autogobierno y el nuevo estatus político dará de sí y a la espera del penúltimo movimiento de desarme de ETA.

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