En busca de la España soñada
Lograr la España soñada exige una estrategia, colaboradores y tenacidad. Y hay gente entregada a esta gloriosa misión cada vez con más ahínco. Rafael Hernando, por ejemplo. No hay que tenerle en cuenta al antiguo “portacoz” del PP, caído hoy en desgracia con sueldo del Senado, que llame “coletas” al vicepresidente del Gobierno. En su partido, son mucho de apodos, el albondiguilla, el bigotes, la cremas, el masters, la víbora, el huesos, el comisario, la rociera, o la campechana y el hombrecillo insufrible. Son prácticas útiles en ciertas organizaciones para poder referirse a los miembros sin dejar huellas para su identificación. M.Rajoy, por ejemplo, en los papeles de Bárcenas en un dechado de ingenio.
Así que el coletas puede ser incluso un signo amistoso. Para intentar ganarlo a su causa. De ahí que los fans del PP y su prolongación voxera, los cayetanos todos, vayan día tras día, noche tras noche, envueltos en rojigualda, a aporrear cacerolas que hurtan a sus domésticas filipinas, a la casa de Iglesias y Montero y sus tres hijos pequeños. Otro miembro de la banda o grupo, el cloaquero, facilitó la dirección y hasta la ecografía de la madre en ciernes en servicio a los intereses del clan.
Se trata de ver si llega a presidir el Gobierno Pablo Casado, ese muchacho, sensato y templado, fiable, comprometido a fuego con la verdad como si lo hiciera con sus propios hijos. Cosechó el peor resultado del PP en toda su historia en 2019, al quedarse con 66 diputados y cargados de deudas. Pero ahora se ha hecho un equipo a su altura. De la mano de sus colaboradores más apreciados, diría como Rajoy con Camps en su día: “El modelo de Madrid es el que yo quiero para España”. Diezmar la sanidad pública –más aún de lo que ya lo han hecho-, privatizar lo que quede rentable para los amigos y hacerlo mientras todavía hay más de un centenar de personas ahogándose en las UCI. Los tragos intensos cuanto antes. Nuevos usos fatídicos para los palacios de hielo. Si se produce un rebrote fuerte de coronavirus, confinar en muerte a los improductivos, los ancianos en primer lugar. Y contar con los miembros mediáticos que laven, exculpen e inculpen a conveniencia. Con los broncas de oficio, los sibilinos, los esgarramantas, los no tengo más remedio, o los agentes dobles del tertulianismo.
Experto en numerosas materias, Pablo Casado dictó hace unos días una clase magistral al descubrir que, cuando se detiene la actividad económica a causa del confinamiento para frenar la extensión del coronavirus, ¡empresas y autónomos cierran! ¡Y los trabajadores acaba en ERTE¡ El hallazgo ha cruzado fronteras. Y Angela Merkel, que ha visto sufrir por la misma causa que España, la mayor caída en 30 años de la producción industrial alemana, no encontrará mejor asesor que el presidente del PP.
En la organización, hay partidarios de encargar al rey que disuelva las Cortes, convoque al Ejército y tome el mando. Ahora que su padre y predecesor está siendo homenajeado por las investigaciones judiciales como ese ejemplo impagable de honestidad y servicio al interés de su patria. Pero como estamos en Europa y, a veces, en Bruselas molestan los golpes de Estado, mejor será apañar algo más blando en formas, un 23F pequeñito de verdad. De los que hacen los Tejero y dan tanto relumbre a nuestra democracia.
Puede estar avalado con informes del Cuerpo (sección Pérez de los Cobos), basados en la modélica prensa española y juzgado por la crème de la crème de la judicatura, si le queda tiempo en el aluvión de trabajo sobrevenido con las demandas con las que la orquesta distrae. Un periodista solvente en estas cosas, oferta ya un gobierno de gente moderada. Faltan Bertín Osborne y algunos otros humoristas de su cuerda. Legionarios de Cristo, numerarios del Opus, y algún reconvertido del Palmar de Troya. Master Chef pondrá las cacerolas. Y la programación de TVE ofrecerá escenas brillantes del toreo. Mientras, Pablo Casado, Cayetana Álvarez de Toledo, o Isabel Díaz Ayuso saldrán todos los días en los telediarios, como ahora. Y siempre habrá una puya para el coletas.
Los informes que elaboren las cloacas para tumbar al enemigo político irán a titulares. Desarmado y cautivo el gobierno progresista en su caso, se dedicarán a seguir practicando la emisión de falsedades rentables. Serán tan creativos como éste, demoledor, que desmonta a Illa y Simón con “la hecatombe que se veía venir” que pretende culpabilizar al 8M de los males del universo. Carece por completo de fundamentos científicos, lean y comprueben, y se lo debemos a un psicoterapeuta, sin conocimientos epidemiológicos, del grupo integrista ultracatólico Legionarios de Cristo. Le fue encargado por la eficiente jueza que instruye la causa del 8M desde una semana después de producirse la manifestación de Madrid, la que ha rechazado archivar la investigación como le habían pedido Fiscalía y Abogacía. Con el PP, los medios afines y el propio Telediario de TVE ha dado por bueno el creativo y subjetivo informe en apertura. Debe ser saludable para los manipuladores reírse a carcajadas de su impunidad.
Los empresarios podrán hacer contratos realmente beneficiosos para sus cuentas de resultados. Se ahorrará mucho en sueldos, y no digamos ya en gabelas de bienestar social. En los palcos de los estadios se harán contratos ventajosos para seguimiento de enfermos de coronavirus, servicios de ambulancias, servicios de limpieza a medias, comedores infantiles, o camas hospitalarias. España, S.A, será la empresa en la que siempre han soñado sus mentores.
Se prohibirán, por supuesto, las manifestaciones feministas, germen de todos los males. Grabarán a fuego en las mentes que aún queden limpias que fue el 8M español, de todos los del mundo, quien infectó a la humanidad de coronavirus y conseguirán que olviden quienes un día lo supieran cómo Ortega Smith pringó de babas a sus fieles en Vistalegre, el mismo día, o cómo volvieron de Bérgamo los alegres seguidores del Valencia casi un mes antes. Un espacio cerrado, como autobuses y metros, atestados de personas, ahí sí que se siente a gusto el virus, pero no vende propaganda. Si es que hay que ir a las “manis” en descapotable y con chófer. El 8J, tres meses después, salen los que protestan por el racismo, proclaman en un grito mientras cargan cajas o mordisquean chocolate ante un televisor rosa y amarillo. Feminismo, antirracismo, ¿a dónde vamos a llegar? ¿A romper España? faltaba más que consentir estas moderneces de los derechos humanos
Los medios del clan ya no harán cábalas con las cifras de afectados. Cuando lleguen los rebrotes, todavía menos. Verán de culpar a Fernando Simón si no ha emigrado a Tahití.
No sabemos entender a esa trama que hoy llaman oposición. Pero miles, quizás millones de personas, sí. Resuenan demasiado los tambores, especialmente en las cabezas huecas. Hagan algo para detener esto. La democracia ha de poder con esta barbarie. Porque empiezas a escribir tirando de ironía para encarar la rabia y acabas llorando.
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