Por la soberanía y el derecho a decidir de las mujeres
Somos un grupo de ciudadanas hartas que hemos decidido iniciar un proceso de soberanía sobre nuestros cuerpos y nuestros derechos sexuales y reproductivos, como una forma de protesta simbólica frente al hecho de que el Tribunal Constitucional siga postergando su pronunciamiento sobre el recurso de inconstitucionalidad que el Partido Popular interpuso, hace ya más de cuarenta y cinco meses, contra la vigente Ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. En “sólo” diez meses, este Tribunal sí se ha pronunciado respecto al recurso del actual Gobierno contra la Declaración de soberanía y del derecho a decidir del pueblo de Cataluña. Por lo que se ve, prioriza la soberanía de los territorios frente a la soberanía de las ciudadanas que habitamos en ellos.
El actual Gobierno de España y, en su nombre, el Ministro de Justicia están utilizando el silencio del Tribunal Constitucional para defender su contrarreforma misógina de la vigente Ley. El propio Ministro de Justicia ha declarado que el Gobierno no necesita esperar a conocer esa sentencia, porque está convencido de que esa ley es inconstitucional.
Los derechos sexuales y reproductivos y, especialmente, el derecho al aborto, son derechos humanos que afectan al ejercicio de otros derechos fundamentales de las mujeres, como el derecho a la vida, a la salud, a la integridad, a la información y a la no discriminación. Este enfoque ya está consolidado en el derecho internacional y regional, y ha sido adoptado por diversos Comités de Naciones Unidas y por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y esperamos que el Tribunal Constitucional, conocedor de estos estándares, siga respetando y haciendo respetar los derechos fundamentales.
Sin embargo, la inacción del Tribunal garante de los derechos y libertades fundamentales, está generando una situación de inseguridad jurídica para los derechos y libertades de las mujeres. El Gobierno y el Partido Popular agitan la doctrina del Tribunal Constitucional de 1985, mientras éste permanece en silencio en 2014.
El debate del aborto no interesa en precampaña electoral y sobre todo después de que el anteproyecto de ley haya suscitado críticas por parte de multitud de partidos y medios en Europa e, incluso, fuera de ella. Ahora es posible escuchar el silencio que el Gobierno ha decretado entre los suyos, al menos, hasta después de las elecciones europeas, no vaya a ser que nos demos cuenta de que las mujeres tenemos una oportunidad en Europa para que nuestros derechos sexuales y reproductivos sean garantizados.
Con la esperanza de que la soberanía de la mitad de la población capte el mismo interés que lo hacen la de sus territorios, las ciudadanas que suscribimos este artículo, hemos proclamado la Declaración de soberanía y del derecho a decidir de las mujeres, parafraseando la Declaración aprobada por el Parlamento de Cataluña. Se trata de una forma de protesta simbólica frente al menosprecio que el Tribunal Constitucional está mostrando respecto a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Se trata, en definitiva, del reconocimiento de las mujeres como sujetos jurídicos y políticos plenos con autonomía para tomar nuestras propias decisiones. ¿Será esto inconstitucional?
La Organización Mundial de la Salud estima que cada año se realizan 22 millones de abortos de forma insegura, lo que produce la muerte de alrededor de 47.000 mujeres y discapacidades en otros cinco millones. La OMS avisa de que en los países donde el aborto inducido está restringido o directamente prohibido, el aborto sin riesgos se ha convertido en un privilegio de las mujeres con recursos económicos, mientras que las mujeres pobres se exponen a situaciones de riesgo de muerte o discapacidad. Por eso, el próximo lunes 7 de abril, Día Mundial de la Salud, animamos a todas las mujeres a visibilizar su soberanía en las redes utilizando sus cuerpos para ello. Vientres vestidos o desnudos, con un mensaje pintado o con un cartel, como símbolo de la soberanía de las mujeres sobre nuestros cuerpos, nuestras vidas y nuestros derechos sexuales y reproductivos. Se pueden consultar los detalles de la acción aquí.
Sabemos que no estamos solas. Sentimos el calor de las mujeres que iniciaron este camino mucho antes que nosotras. Por el impulso de las mujeres feministas que salieron a la calle por primera vez. El aliento de los compañeros que caminan a nuestro lado. Somos miles. Tenemos la fuerza de las que saben que la Historia está de nuestro lado. Hemos iniciado un proceso irreversible de autodeterminación, de independencia. No vamos a consentir ninguna injerencia sobre nuestros cuerpos. Ni nuestra libertad se negocia, ni nuestro cuerpo se legisla.