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La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad

Pablo Casado

Antón Losada

Santiago Abascal y Pablo Casado han aprovechado la conmemoración del terrible 11M para practicar uno de los deportes extremos favoritos de la derecha extrema española: reclamar que se sepa toda la verdad sobre el atentado del 11M. Como no tienen las pruebas que hay que tener para lanzar una acusación directa, recurren a la táctica favorita de todos los mentirosos: dar a entender que son los demás quienes mienten. Como no pueden demostrar sus acusaciones infundadas siembran dudas sobre las verdades fundadas de los otros porque, en la mente del mentiroso, la responsabilidad de probar la mentira recae siempre en los demás.

Tras cuatro años de gobierno con mayoría absoluta del Partido Popular, cuando nada ni nadie podía haber impedido a los populares airear otras líneas de investigación, como diría del exministro Ángel Acebes, los conspiranoicos siguen careciendo de la más mínima evidencia para sostener la delirante y esquizofascista teoría de la conspiración entre los etarras, el yihadismo y el zapaterismo. Pero ya sabemos que la verdad jamás ha sido un obstáculo para la derecha extrema. Aprovechando el dolor de las víctimas se dedican a dejar en el aire la sombra de la duda, expandir la insidia de que no se nos ha dicho toda la verdad, que alguien, en alguna parte, ha enterrado la pistola humeante que probaría la criminal trama.

Si en el Partido Popular y Vox quieren conocer toda la verdad solo tienen que aprender a leer, porque está escrita y publicada. Se explica bien clara en la contundente sentencia de la Audiencia Nacional. También se ha publicado en muchas informaciones, como la aportada el lunes por El País: Juan Jesús Sánchez Manzano, el entonces jefe de los TEDAX, contaba con detalle cómo José María Aznar trato de presionarle para que asumiera las mentiras del gobierno sobre el 11M y cómo ya sabían que no había sido ETA a las 15:00 del mismo día.

Si queda algo por saber sobre el 11M afecta exclusivamente  a la conspiración del gobierno de Aznar para mentir y engañar a la opinión pública. Si se refieren a eso, no queda más remedio que darle la razón a Casado y Abascal: necesitamos saber toda la verdad. Tenemos derecho a conocer toda la verdad sobre la conspiración gubernamental para urdir y sostener la mayor mentira contada nunca en democracia a los españoles. Tenemos derecho a saber si el presidente y alguno de sus ministros pudieron, incluso, cometer algún presunto delito en el uso abusivo de su posición institucional, o en sus presiones sobre los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado o los medios de comunicación.

Promete Pablo Casado que desclasificará los papeles del 11M si llega a presidente. Le animo a hacerlo aunque estoy seguro de que no lo hará. Bien sabe que allí están todas las pruebas de la conspiración entre Aznar, su gobierno y el PP para hurtarnos la verdad y engañarnos; esa es la única conspiración que aún debe ser juzgada.

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