Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

En este blog publicamos los artículos y cartas más interesantes y relevantes que nos envíen nuestros socios. Si eres socio/a puedes enviar tu opinión desde aquíConsulta nuestras normas y recomendaciones para participar.

Decálogo del buen ciudadano frente al barrendero

Basureros y barrenderos, expuestos al COVID-19 en Chile por "poca protección"

J. Jorge Collantes Martín

Responsable de Limpieza Viaria y Portavoz del Sindicato Somos Sindicalistas —

9

Soy Jorge, peón barrendero desde el año 1996 y hasta la fecha. A lo largo de mi vida laboral desempeñando este trabajo, he encontrado una mayoría de ciudadanos educados, que te sonríen y te dan los buenos días y algunos menos cívicos. En estos últimos nos vamos a centrar hoy. Vamos a intentar explicar ciertos comportamientos que tenemos los barrenderos y desbaratar ciertas actitudes de algunas personas.

De ahí este decálogo.

Primero:

Un barrendero no se llama “Oye o Tú” ni somos animales que se les pueda silbar para que miremos o para que vayamos. Entendiendo que no conocen nuestros nombres, un “Buenos días” nos basta. Un saludo educado, siempre conlleva una respuesta educada.

Segundo:

Si usted ve a un barrendero en una cafetería, no piense que somos vagos, posiblemente estemos en nuestro tiempo de almuerzo, necesitemos ir al baño o simplemente necesitemos un café por el frío.

Tercero:

Cuando un barrendero pasa por una zona de su calle y no la barre es, o bien porque no está dentro de sus quehaceres del día, o bien porque lo hará después, o bien porque lo hará otro compañero, o bien porque no corresponde al Servicio de Limpieza.

Este punto enlaza muy bien con el

Cuarto:

No. Nosotros no rendimos cuentas ante usted. Rendimos cuentas ante nuestro pagador, ya sea empresa privada o pública. Si usted cree que un barrendero no hace bien su trabajo, tiene maneras de elevar una queja sin necesidad de elevar la voz al trabajador. En las ciudades grandes, las Juntas de Distritos y en los Pueblos el propio Ayuntamiento. 

Como apéndice del cuarto continuamos con el

Quinto:

No, usted no nos paga. La manida frase de “para eso te pago con mis impuestos” no es cierta. Usted paga impuestos al Ayuntamiento, que el Consistorio destina a Recogida, Limpieza, Policía Local, Asuntos Sociales, Bomberos… no es normal escuchar a los viandantes decirle a un Policía o a un Bombero “hazlo que para eso te pago”, pero sí es frecuente escucharlo hacia un barrendero. Si no le gusta el servicio, como en el punto anterior, eleve una queja al Ayuntamiento de turno, que es al que realmente paga sus impuestos.

Sexto:

No, los barrenderos no son personas incultas o sin estudios. Les sorprendería saber cuántos compañeros tienen carreras universitarias o, sin tenerlas, tienen una cultura o un conocimiento por encima de la media. Que por decisión propia o por circunstancias de la vida alguien sea barrendero, no le hace inexorablemente inculto.

Séptimo:

Los barrenderos no recogen animales muertos, no recogen cristales, no recogen sacos de escombros. Hay servicios especiales que se dedican a ese tipo de recogidas. Recogidas que por sus características, se deben hacer con EPI,s o maquinarias específicas. Por tanto no interpele al trabajador si no lo recoge.

Octavo:

Sea paciente con los barrenderos, sobre todo los mayores. Un barrendero con mucha antigüedad en su puesto, lleva años trabajando a la intemperie lloviendo, nevando, a 45º al Sol en verano y a -10º en invierno, la humedad acaba entrando en los huesos. Ha hecho movimientos repetitivos y ha levantado cargas a lo largo de los años que conllevan en una gran cantidad de casos, codo de tenista, túnel carpiano y hernias discales y no una de estas dolencias, a menuda todas van juntas en el pack. Es por esto que hacen lo que pueden dentro de sus posibilidades.

Noveno:

Un barrendero de zona suele conocer las calles del barrio o de alrededores. Si necesita alguna indicación, no dude en preguntar, con mucho gusto, le indicaremos lo mejor posible.

Décimo:

Terminamos como empezamos. Un “buenos días” y una sonrisa, puede hacer más ameno y menos pesado el trabajo de su barrendero.

Sobre este blog

En este blog publicamos los artículos y cartas más interesantes y relevantes que nos envíen nuestros socios. Si eres socio/a puedes enviar tu opinión desde aquíConsulta nuestras normas y recomendaciones para participar.

stats