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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El mensaje de regeneración de Ciudadanos naufraga en los pocos ayuntamientos madrileños donde gobierna

Albert Rivera en un acto de Ciudadanos este fin de semana en Palma

Carmen Moraga

A Albert Rivera se le complican sus planes para Madrid. En apenas tres años ha visto mermada su escuálida representación municipal en la región por distintos motivos. El último, por un caso de corrupción que ha afectado de lleno a uno de los pocos alcaldes que Ciudadanos consiguió tras las elecciones municipales de 2015. Fueron solo cuatro ayuntamientos: Arroyomolinos, Valdemoro, El Molar y Villanueva del Pardillo.

Ahora están a punto de perder la mitad y quedarse solo con las localidades más insignificantes si miramos su censo: 8.000 habitantes en el caso de El Molar, y algo más de 17.000 vecinos en Villanueva del Pardillo.

La operación Enredadera ha afectado al alcalde de Arroyomolinos (28.200 habitantes), Carlos Ruipérez, convirtiéndolo en el primer cargo público de Ciudadanos detenido por presunta corrupción. Su implicación en la trama que investiga la UDEF en varias comunidades sobre adjudicaciones de semáforos y gestión de multas a cambio de comisiones ha roto la imagen impoluta que quiere trasmitir Albert Rivera sobre su formación, en donde no se han cansado de presumir de que tienen “un 10 en regeneración y transparencia”.

La noticia de la detención de su alcalde pilló a Rivera y a su número dos, José Manuel Villegas, vendiendo ese mensaje en un desayuno informativo en Madrid. Cuando estalló el escándalo la dirección del partido decidió actuar rápido. Nada más salir del juzgado, imputado y en libertad con cargos, exigió su dimisión al regidor del municipio madrileño amenazándole con la expulsión si no lo hacía. Pero Ruipérez plantó cara al partido y señaló en una nota de prensa que no piensa dejar el cargo hasta que “no se aclare su situación procesal”. Según sostiene, no hay ninguna acusación contra él y el contrato por el que está investigado fue adjudicado por su antecesor, del PP, partido en el que Ruipérez también había militado.

Horas después, Ruipérez tuvo que ser intervenido de urgencia en el hospital con síntomas de sufrir un infarto. Ciudadanos le transmitió sus deseos de “una pronta recuperación” pero ha avisado de que su ingreso hospitalario no paraliza la exigencia de que abandone el cargo.

Una mancha en el 'limpio' expediente del partido

Aunque la operación Enredadera ha afectado principalmente al PP y al PSOE, en Ciudadanos saben que este primer caso de corrupción -en el que además de Ruipérez están implicados otros dos cargos - es una 'mancha' en su expediente que estaba prácticamente limpio hasta ahora. El caso, además, supone un varapalo añadido para el partido que con Arroyomolinos perdería, en caso de resistencia del regidor, su segunda alcaldía en la Comunidad de Madrid.

El primer disgusto se lo llevó Rivera en Valdemoro (75.000 habitantes), epicentro de la trama Púnica y feudo histórico de Francisco Granados, que fue alcalde entre 1999 y 2003.

Un año después de las municipales de 2015, el regidor de Cs, Guillermo Gross, fue desbancado del cargo por una moción de censura apoyada por el PSOE, Ganemos, IU, y un grupo de independientes. El bastón de mando pasó a manos del socialista Serafín Faraldos.

Estos grupos justificaron la iniciativa alegando la “pésima gestión económica” del alcalde, al que acusaron de llevar al pueblo a la bancarrota. Ciudadanos alegó que Gross heredó una ruinosa gestión de la etapa del PP y por eso no pudo sanear las cuentas.

Gross ya había tenido problemas antes de concurrir a las elecciones al incluir al exfalangista Jesús Francisco Paniagua Pérez en el décimo puesto de su candidatura. Pero él lo defendió alegando que llevaba tiempo “desvinculado” de la organización ultra.

Meses después de aquella moción de censura, Gross decidió abandonar también su acta de concejal de Ciudadanos alegando “motivos personales y profesionales”. Su renuncia la hizo pública a través de un post en su blog personal en que que se despedía de los vecinos y agradecía el apoyo que había recibido de sus compañeros y de la dirección del partido.

En aquellas elecciones, las prisas por cerrar candidaturas propiciaron a la formación más sobresaltos. Por ejemplo, en la localidad madrileña de Getafe el partido de Rivera terminó constituyendo una gestora ante el temor de que exmiembros de grupos de extrema derecha, como Falange o España 2000, intentaran hacerse con el control de la organización. Unos meses antes, Ciudadanos expulsó a tres de los cinco miembros de la dirección local por ese motivo.

La concejala de El Molar, condenada

Otro de los pequeños municipios del norte madrileño gobernado por el partido es El Molar (8.273 habitantes). Pero allí también ha tenido conflictos. Un año después de las elecciones municipales la Audiencia Provincial condenó a la concejal de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, María José González López, a desalojar los 4.000 metros cuadrados de terrenos pertenecientes al Canal de Isabel II que ocupaba irregularmente.

La edil es copropietaria junto a Loic Jean Marie Sintes de las fincas 9.352 y 4.952 del municipio, donde montaron la Granja Escuela Once Olivos, propiedad al 90% de la concejala. La Audiencia Provincial de Madrid dictó una sentencia en septiembre de 2016 que le obligaba a dejar esas superficies libres al ser propiedad de la empresa pública. Pero desobedeció.

El partido también sigue conservando el bastón de mando en Villanueva del Pardillo, un pequeño municipio de algo más de 17.000 habitantes. El alcalde, Luis Alberto Sosa, cuenta en su grupo con otros tres concejales. En Madrid capital, Ciudadanos es la cuarta fuerza política con 7 concejales frente a los 9 del PSOE, los 20 de Ahora Madrid y los 21 del PP. Diversas encuestas han vaticinado que en 2019 será el partido más votado, con opciones de gobernar.

Según afirman en el partido, en muchos de los grandes municipios madrileños las perspectivas de cara a los nuevos comicios también son buenas, sobre todo en aquellos que se han visto manchados por las tramas de corrupción del PP, como la Púnica o el caso Lezo.

Pero la experiencia de los pocos municipios madrileños en los que ha gobernado se ha convertido en un lastre. “El problemas es que ellos se presentaban como políticos incorruptos pero en cuanto tocan el poder, ya se sabe... en todas partes cuecen habas”, señalaba a eldiario.es un veterano diputado del PP acostumbrado a lidiar con los escándalos de corrupción de su partido.

También Podemos ha criticado al partido de Rivera. El diputado en la Asamblea de Madrid Emilio Delgado lo señalaba sí en su cuenta de Twitter.

El secretario de Organización, Pablo Echenique, tampoco dejó pasar la ocasión de señalar en la red el caso de estos amaños que ha salpicado a Ciudadanos.

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