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Casado intenta involucrar a la UE, las autonomías y los ayuntamientos en su plan para deslegitimar al Gobierno

Casado, el viernes, durante el encuentro telemático que mantuvo con Juan Guaidó.

Iñigo Aduriz

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La dirección del Partido Popular que preside Pablo Casado lanzó la pasada semana una nueva campaña para tratar de deslegitimar al Gobierno progresista y en la que el líder del PP ha intentado involucrar a los 27 países socios de España en la Unión Europea, a la oposición venezolana, a todos los parlamentos autonómicos y a los ayuntamientos.

Génova 13 busca así desviar el foco de la crisis sanitaria que vive la Comunidad de Madrid –la región insignia de las políticas del PP y epicentro de la segunda oleada de la pandemia— y de las novedades de la Operación Kitchen, la pieza separada del caso Villarejo que investiga el supuesto espionaje del Gobierno de Mariano Rajoy al extesorero del PP Luis Bárcenas, y por el que están imputados dos exdirigentes populares, el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y el ex secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez.

El mensaje que Casado trata de hacer llegar a la ciudadanía es que a raíz de la llegada del PSOE y de Unidas Podemos al Gobierno central se ha producido una “degradación institucional” que, a su juicio, afecta a la Justicia, la Constitución, la monarquía y hasta el CNI. Según la teoría de la dirección del PP, todo formaría parte de un plan urdido desde la Moncloa para acabar con el sistema democrático e impedir así que la derecha pueda volver a gobernar en España en el futuro.

“Nosotros no permitiremos que el Gobierno radical siga arremetiendo contra la monarquía parlamentaria, el sistema que nos dimos todos los españoles en 1978”, sostiene la dirección popular en sus argumentarios, las consignas que envía cada día a todos sus cargos para que las repitan en sus intervenciones públicas.

La ausencia del rey en la entrega de los despachos de los nuevos jueces del pasado 25 de septiembre, en Barcelona, y la posterior petición de neutralidad al monarca realizada por el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, tras conocer que Felipe VI telefoneó al presidente del Poder Judicial, Carlos Lesmes, para lamentarse por no haber acudido al citado acto en la capital catalana, sirvieron al PP de gancho para lanzar esa campaña contra el Ejecutivo.

Pero al margen de las durísimas declaraciones que Casado volvió a dedicar al Gobierno durante toda la semana –el lunes, en una entrevista en Onda Cero, sostuvo que el rey fue elegido por la votación de los españoles, a diferencia, según él, de Iglesias y Garzón– el líder del PP puso en marcha la maquinaria del partido para involucrar en su plan a todas las instituciones estatales e internacionales posibles.

Mociones para debatir sobre la monarquía

El lunes, el jefe de la oposición decidió llevar a todos los parlamentos regionales y a los plenos de los consistorios “una moción en defensa del orden constitucional ante los ataques del Gobierno de PSOE y Podemos”. En ella, explicaron fuentes de la dirección popular, “se reivindica la Constitución de 1978, la separación de poderes, la unidad nacional, la igualdad de todos los españoles y las instituciones del Estado con el rey a la cabeza”. 

En la práctica, la iniciativa de Casado forzará a que todas esas administraciones regionales y locales tengan que debatir sobre la monarquía en un momento en el que están centradas en gestionar la segunda oleada de la pandemia.

Un día después, el martes, Casado mantuvo una reunión con los embajadores en España de los 27 países miembros de la Unión Europea con el objetivo de erosionar al Gobierno, transmitiéndoles sospechas sobre la gestión de los fondos europeos por parte del Ejecutivo progresista. “Con los 27 embajadores de la UE he recordado mi propuesta, ignorada por Sánchez, de pactar el Plan de reformas y una agencia independiente para los fondos”, tuiteó el líder del PP tras el encuentro, del que el partido informó a los medios a través de una nota de prensa.

Con la cita, el líder del PP agitó el fantasma de la desconfianza en la gestión de los 140.000 millones que espera España de aquí a tres años para recuperarse de la crisis provocada por el coronavirus al reclamar la creación de nuevos organismos y expresar su oposición a la gestión del Gobierno del fondo europeo. Lo hacía, además, en pleno proceso de negociación del reglamento para el reparto de los fondos, cuando está en juego qué condicionalidades se van a terminar de exigir y en un momento en el que España encabeza los datos de contagios en la UE y es uno de los países más afectados por el descalabro económico de la pandemia.

El viernes, Pedro Sánchez respondía a Casado desde Bruselas tras la reunión del Consejo Europeo en la que, dijo, se abordó la crisis política en España, informa Andrés Gil. “Ha habido preocupación por la utilización partidista que se está haciendo de la pandemia. Y esto es lo que me gustaría de nuevo, volviendo a España, recordar, al menos a los partidos políticos tradicionales, que aquellos partidos políticos tradicionales que utilicen la pandemia para dividir, para confrontar y para polarizar, lo único que están haciendo es favorecer la antipolítica y la antipolítica a quién beneficia es precisamente la utraderecha. Y esto es lo que tenemos que evitar”.

“La misma estrategia que Maduro”

El miércoles, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, el líder del PP insistió en acusar a Sánchez de “abrir una crisis institucional”. El presidente popular consideró entonces que “la monarquía fue votada” en el Parlamento y que la Justicia “se administra en nombre del rey”, no como en las “dictaduras de las que financian a sus socios”, le dijo en alusión a Unidas Podemos.

“Si le queda un mínimo de dignidad institucional debe cesar a su Gobierno radical y romper con sus socios que anuncian otro golpe a la legalidad. El problema no es la Constitución, ni la monarquía, ni Europa, ni la oposición. El problema es usted, que está degenerando las instituciones y arruinando a los españoles por un puñado de votos”, añadió Casado, dirigiéndose al presidente del Gobierno.

El viernes, Casado endureció aún más su discurso aprovechando un encuentro con dirigentes de la oposición venezolana, entre los que estaba el autoproclamado presidente encargado del país caribeño, reconocido por distintos países –incluido España–, Juan Guaidó, quien escuchó el mensaje del líder del PP a través de videoconferencia. “Vuestra lucha es nuestra lucha, quienes tratan de socavar vuestros derechos lo intentan hacer con los nuestros, sí, también en España”, dijo el presidente popular.

“Podemos alardea de haber estado en el centro de las políticas represivas del régimen de Maduro como asesores y ahora pretenden extender a España la misma estrategia de socavar los pilares de la democracia, contra la oposición a la que amenazan. Ya incluso dicen lo mismo que Chávez, que no volveremos a gobernar”, aseguró, equiparando la situación de España con la de Venezuela y ante dirigentes opositores en muchos casos han sido encarcelados, han padecido represión o han recibido malos tratos por parte de las autoridades del país suramericano.

En esa misma intervención, Casado acusó al Gobierno de actuar “contra la prensa libre, los jueces, las instituciones independientes y las empresas intentando exportar la miseria en la que saben que son más vulnerables los ciudadanos”.

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