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Los desencuentros de Sémper con la línea de Casado y el sector mediático más ultra antes de su abandono de la política

Borja Sémper, exponente de "una generación idealista" del PP que se comprometió frente a ETA, abandona la política

Iñigo Aduriz

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“Si el populismo reaccionario nos arrastra a los demás a las trincheras yo no pinto nada en política. No me sentiré útil” porque “en el barro siempre gana el populista”. Justo hace un año, el aún líder del PP de Gipuzkoa, Borja Sémper, dejaba claro en una entrevista en El País que si la dirección de su partido, en manos de Pablo Casado, decidía contemporizar con la extrema derecha de Vox, asumir su discurso o llegar a acuerdos él no se sentía útil en política.

Doce meses después, Casado no solo ha asumido parte del discurso de los de Santiago Abascal. También comparte la estrategia de la crispación y el insulto de la extrema derecha, gracias a la cual el PP gobierna en plazas tan importantes como la Comunidad de Madrid, la Región de Murcia o la Junta de Andalucía. Ante este escenario, Sémper decidía este lunes dar un paso atrás y dejar la política

Su posicionamiento moderado le ha costado a Sémper multitud de trifulcas internas en el último año y el insulto de parte del conglomerado mediático más ultra. El polémico Federico Jiménez Losantos le llegó a llamar “excrecencia”. “Hay gente que está en la política porque no puede estar compitiendo con Velencoso en una pasarela o haciendo películas. Hay gente que es que va con el espejo puesto y mata por un tuit. El día menos pensado le vemos en Sálvame, que creo que es el sitio que le corresponde, siempre que baje los humos. ¿Pero de qué partido es Borja Sémper?”, se preguntó en uno de sus programas. 

En julio, el enfrentamiento entre Sémper y la dirección nacional del PP se produjo por la decisión de Casado de abrir expediente al entonces portavoz del partido en Gipuzkoa, Juan Carlos Cano, por la votación que provocó que EH Bildu presidiera la Comisión de Derechos Humanos en las Juntas Generales guipuzcoanas. Según recalcó Cano, fue un “error” y él mismo pidió disculpas por esa equivocación.

En una cadena de mensajes en su cuenta de Twitter, Sémper lamentó que se estuviera “dando cera” a Juan Carlos Cano, “el único juntero del PP entre 51 escaños”. “Se equivocó en una votación (en la que su voto no cambiaba nada) donde PNV+PSE+BILDU habían acordado que un juntero de Bildu presidiera una nueva comisión, la de DDHH”, subrayó.

Sémper recordó que Cano pidió disculpas por “el error y lo aclaró”. “Hoy, después de días en los que le han llamado de todo, mi partido le abre un expediente. Supongo que para aclarar si es connivente con ETA. A estas alturas”, lamentaba, para recordar que Cano fue perseguido por diferentes comandos de ETA. Tras asegurar que una de las cosas que tienen que hacer los políticos “es votar bien”, admitió que Cano “falló, no estuvo atento y fue recriminado por ello”.

“Ahora bien, insultar a un hombre que se ha jugado la vida por la libertad (su mujer también apareció en listas de ETA), hacerlo con la comodidad que proporciona una tribuna periodística, la frivolidad de Twiter o la ventaja de la turba, tan de moda, lo rechazo”, manifestó, considerando un “despropósito” la decisión de Casado.

Sémper protagonizó otro enfrentamiento sonado con la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, en septiembre. La polémica dirigente criticó el foralismo del PP en Euskadi y acusó a sus compañeros de filas de “tibieza” con el nacionalismo justo el día del arranque de la convención que los 'populares' vascos, un cónclave que buscó resituar ideológicamente a una formación en franca recesión electoral desde hace años y, singularmente, en las citas de 2019. 

Borja Sémper respondió duramente a Álvarez de Toledo: “Mientras algunas caminaban cómodamente sobre mullidas moquetas otros nos jugábamos la vida defendiendo aquí la Constitución y la convivencia”. “Es doloroso, es profundamente doloroso, cuestionar nuestra trayectoria, nuestro compromiso en defensa de la Constitución y de nuestras instituciones y, por lo tanto, de la convivencia en el País Vasco. A nosotros nos ha costado sangre, sudor y lágrimas, literalmente, defender la Constitución, la foralidad y una idea de España plural en el País Vasco”, apostilló. 

Sémper aseguró entonces hablar en su nombre y en el de “decenas de personas que nos han llamado a las sedes y que nos paran por la calle diciendo que esto es inaceptable”. “Cuestionar el compromiso del Partido Popular con el Concierto Económico es desconocer el País Vasco. Cuestionar el compromiso del Partido Popular con la foralidad, con el derecho foral, con la España descentralizada, con la España de las autonomías, es desconocer la tradición y la trayectoria del Partido Popular”, añadió.

“Cuestionar la foralidad es cuestionar España en el País Vasco, con lo cual eso es un grave error”, zanjó un Sémper que se confesó “harto” y “cansado” de que se categorice a los vascos entre nacionalistas y no nacionalistas y se busque un enfrentamiento.

Este martes, justo un día después de que Casado refrendara su estrategia de oposición bronca durante la Junta Directiva Nacional –máximo órgano entre congresos– del lunes, Sémper decidía definitivamente tirar la toalla.

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