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La dirección de Podemos lanza un mensaje a sus territorios con la expulsión de Rita Maestre

Rita Maestre, en una comparecencia junto a Manuela Carmena.

Aitor Riveiro

La expulsión cautelar de Rita Maestre y los otros cinco concejales que Podemos tiene en el Ayuntamiento de Madrid señala el camino de lo que le puede ocurrir a cualquier concejal o diputado del partido que pretenda ir a unas elecciones sin pasar por el preceptivo proceso de primarias. El mensaje lanzado por la dirección del partido es claro a pocas semanas de que se abra la segunda tanda de procesos para conformar las listas electorales de mayo de 2019, que incluirá a la mayoría de las grandes ciudades: las primarias son sagradas.

La suspensión de Maestre no afecta solo a una militante de Podemos. O a una dirigente estatal más o menos importante. Maestre ocupa uno de los cargos públicos más importantes y con más visibilidad de todos los que ha logrado Podemos en sus cuatro años de vida, la portavocía del Ayuntamiento de Madrid, y forma parte del grupo fundacional de Podemos. 

Pese a la propia Maestre, y a la relevancia mediática que tiene todo lo que ocurre en el Consistorio que dirige Manuela Carmena, la dirección de Podemos decidió el lunes cortar por lo sano y abrir un expediente de expulsión para ella y sus otros cinco concejales (José Manuel Calvo, Jorge García Castaño, Francisco Pérez, Esther Gómez y Marta Gómez), después de que los seis se apearan de las primarias para elegir a los candidatos del partido en protesta por la composición de la lista de partida.

Desde la dirección estatal de Podemos defienden las decisiones adoptadas en Madrid, tanto a nivel municipal como regional. La consonancia entre Pablo Iglesias, Ramón Espinar y Julio Rodríguez en este caso es total.

La expulsión de Maestre y demás concejales no significa que Podemos desista de integrarse en la candidatura que lidere Manuela Carmena. Este martes, la dirigente Ione Belarra reafirmaba esta apuesta. La alcaldesa, de viaje oficial fuera de España, todavía no ha hecho declaraciones sobre el expediente abierto contra sus concejales mientras que les respaldó rápidamente tras su decisión de no presentarse a las primarias de Podemos.

Segunda tanta de primarias en enero

Podemos tiene abierto un proceso parcial de primarias de cara a los comicios europeos, autonómicos y municipales de 2019. Entre ellos, los de algunas capitales de provincia como Madrid, Valencia o Tarragona.

Pero la mayoría de las grandes ciudades esperarán a la segunda tanda, prevista para enero del año que viene. Será entonces cuando se confeccionen las listas para Barcelona, A Coruña, Cádiz, etcétera. Y cuando se confirme si hay, o no, excepciones a la norma de las primarias.

Desde la dirección de Podemos insisten en que lo que ha ocurrido en Madrid pasará en toda España. Cuando llegue el momento, los órganos no van a permitir que haya cargos de Podemos sin primarias. Y si se intenta, apuntan, se abrirán nuevos expedientes.

En 2015, en las anteriores municipales, Podemos no se presentó como tal a las elecciones. Los procesos de conformación de las candidaturas fueron heterogéneos. Por ejemplo, en Barcelona hubo un proceso de ratificación de una lista previamente designada. El ejemplo antagónico entonces fue Madrid, donde se celebraron unas primarias abiertas y sin listas de partidos. Una experiencia que Carmena quería evitar en esta ocasión.

Tampoco se celebraron primarias para las elecciones catalanas de 2017, tras la aplicación del artículo 155 y la convocatoria exprés ordenada desde Madrid. Entonces, Podem no tenía secretario general y el tiempo para conformar las candidaturas era muy corto.

Salvo esta excepción, Podemos siempre ha celebrado primarias cuando se ha presentado como tal, ya sea en solitario o en coalición. El ejemplo más reciente es el de Andalucía. El próximo 2 de diciembre se celebran elecciones y las partes que se integran en Adelante Andalucía celebraron previamente sus propios procesos de elección de candidatos. 

Entonces, también se produjeron roces entre la dirección estatal y la autonómica. Teresa Rodríguez quería evitar las primarias de Podemos y lanzar directamente un proceso participado de toda la confluencia. La dirección estatal se plantó y exigió un primarias previas solo para Podemos. Rodríguez cedió, se convocaron y arrasó entre los militantes.

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