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El plan de Pablo Casado: una mujer de número dos, ni agua al Gobierno y a por Ciudadanos desde el primer día

Pablo Casado, este lunes, durante su reunión con Mariano Rajoy en Génova.

Iñigo Aduriz

El nuevo presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha utilizado su primer día laborable en el cargo para dejar claras las líneas sobre las que construirá su liderazgo, tras anunciar en el XIX Congreso en el que resultó vencedor que “el PP ha vuelto” y prometer recuperar sus “valores” y “esencias”. Sin desvelar cuál será el organigrama de su dirección, el máximo dirigente popular ya tiene claro que su número dos será una mujer, que endurecerá la oposición al Gobierno de Pedro Sánchez y que, desde el primer día, su principal objetivo será recuperar los votos tradicionales del PP que se hayan podido ir en los últimos años a Ciudadanos.

En entrevistas en distintas radios –Cope, EsRadio y Onda Cero–, este lunes Casado rehusaba aclarar quién será su secretario general. “Aún no está decidido porque quiero hablar con Soraya Sáenz de Santamaría y con el resto de los candidatos”, aseguraba, para remarcar su intención de “integrar a todos”. La exvicepresidenta no podrá ser la número dos porque, según los estatutos del partido, el nombre debe ser escogido de entre los 35 integrantes del Comité Ejecutivo Nacional que el presidente incluyó en su candidatura en el congreso del partido. Santamaría sí podría ocupar alguna vicesecretaría u otro cargo orgánico. En todo caso, Casado quiere consensuar la lista con ella, en la reunión que mantendrán el próximo miércoles.

También será decisivo el encuentro que mantenga con la exnúmero dos del PP, María Dolores de Cospedal, en una fecha aún por determinar, ya que es previsible que la exministra de Defensa reivindique sus huecos en el organigrama tras hacerle ganar a Casado las primarias al mostrarle públicamente su apoyo.

La Secretaría General la ocupará, en todo caso, una mujer. Lo desvelaba uno de los principales apoyos de Casado, el exvicesecretario Javier Maroto. En declaraciones a los medios, este lunes, aseguraba que el mandato de la sociedad española “no deja lugar a dudas” y hoy “la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres es un hecho”. “Quienes no lo lleven grabado en la cabeza y el corazón tienen un grave problema”, concluía.

Guiños a Catalunya

Dirigentes del PP consultados por eldiario.es aseguran que entre los nombres que se barajan para ser número dos de Casado están los de las exministras Dolors Montserrat e Isabel García Tejerina, el de la vicepresidenta del Parlamento de Andalucía, Esperanza Oña, o incluso el de la exvicesecretaria popular Andrea Levy. El nuevo presidente ha fijado la recuperación de los votos perdidos en Catalunya como uno de sus principales objetivos, lo que da puntos a Montserrat y Levy, ambas del PP catalán.

Casado es consciente de que en el conjunto de España, pero especialmente en la comunidad catalana, el tradicional votante del PP ha percibido que Ciudadanos representa mejor la defensa del constitucionalismo. Eso hizo que en las elecciones autonómicas de 2017 los populares se quedaran con apenas 4 diputados en el Parlament, frente a la victoria en votos y en escaños del partido de Albert Rivera, liderado allí por Inés Arrimadas.

Por eso el presidente del PP ha decidido iniciar en Catalunya su ofensiva para recuperar los apoyos que se marcharon a Ciudadanos en todo el país. Allí, en Barcelona, celebrará el jueves su primer Comité Ejecutivo Nacional. Quiere “mandar un mensaje inequívoco” de que “el PP va a dar la batalla por el constitucionalismo y por las libertades públicas”.

También tratará de anular a Ciudadanos también en el resto de España. “La irrupción de Ciudadanos y Podemos ha venido para quedarse, pero lo hará en mucho menos nivel si lo hacemos bien los partidos que han garantizado la alternancia política: PP y PSOE”, aseguraba este lunes. Casado plantea “un sistema de bipartidismo imperfecto como el francés o el británico” en el que las grandes fuerzas políticas dependerían “de partidos que no van directamente contra la soberanía electoral”, pero en el que los dos grandes seguirían intercambiándose en el poder.

La “agenda sectaria” del PSOE

En esa dinámica, Casado promete una oposición dura al Gobierno socialista de Pedro Sánchez: “El PP tiene que hacer una oposición muy firme porque el PSOE está deshaciendo gran parte de las reformas que hicimos. Está haciendo una agenda de ruptura al más estilo de Rodríguez Zapatero”, señalaba el presidente popular, que acusaba al Ejecutivo de plantear “una agenda sectaria en el terreno moral” por sus planteamientos laicistas o por plantear el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. “Tenemos que rearmarnos y ese rearme se tiene que hacer desde el PP”, aseguraba.

En lo único que podrá contar el Gobierno con la ayuda del nuevo PP será en la lucha contra el independentismo. “Si la agenda secesionista sigue adelante yo seré el que reclame la aplicación del artículo 155 y además tenemos mayoría absoluta en el Senado. En todo lo demás tengo muy definida la actuación. No vamos a ser la muleta de ningún Gobierno dando aire a quienes quieren romper nuestra nación”, señalaba en el programa de Federico Jiménez Losantos.

La oposición llegará incluso a la estabilidad presupuestaria. Casado no tiene intención de apoyar la nueva senda del déficit que el Gobierno quiere aprobar el viernes y que permitirá a las comunidades dos décimas más para su objetivo de déficit público el próximo año. El líder del PP aseguraba que “ahora mismo lo que hace falta en España no es una expansión presupuestaria, sobre todo porque los Presupuestos ya eran suficientemente expansivos”. “Lo que tenemos que hacer es amortizar deuda y mantener un déficit con los compromisos que ya que tenemos que es salir del procedimiento de intervención de la UE en las próximas fechas”, remachaba.

Apoyo a Moreno Bonilla

El presidente del PP prometía a Mariano Rajoy integración en la reunión que mantenían este lunes en la sede de la calle de Génova de Madrid, según informan fuentes del partido. A su predecesor le ha anunciado que el sábado irá a Andalucía para respaldar públicamente a Juan Manuel Moreno Bonilla como candidato a la Presidencia de la Junta a pesar de que el líder de los populares andaluces fue uno de los principales apoyos de su rival en las primarias.

Ante las alusiones al giro a la derecha consumado por el PP con la victoria de Casado, el presidente popular se ha mostrado creyente de “la política de ideas y no de etiquetas”. Este lunes reivindicaba “libertad individual y bajada de impuestos, la unidad de España, la defensa de la vida y la familia, la honestidad en la gestión, la seguridad y la defensa de las víctimas del terrorismo. Si eso es de derechas quien tiene un problema es quien se siente excluido de esos principios. Son principios transversales que representan a la mejor España que sacó banderas a su balcón. Un proyecto sin complejos basado en principios que no tienen etiquetas partidarias”, decía.

Las menciones al viraje ideológico del PP se hacen en las propias filas populares. “Abandonar el centro político sería un error”, le decía a Casado el vicepresidente gallego, Alfonso Rueda. “Nosotros hemos recuperado lo que somos siempre, que es un partido de centro derecha que aspira a acoger a todo ese sector de la sociedad que cree en unas políticas moderadas de centro derecha”, matizaba, por su parte, el presidente madrileño, Ángel Garrido. Casado ya ha anunciado que en otoño el partido celebrará una convención programática para dejar definidas esas líneas ideológicas.

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