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Los senadores designados, un atajo para saltarse las listas abiertas al Senado

Las Comunidades Autónomas designan a una parte de los senadores

David Noriega

Madrid —

El Senado español cuenta con 266 escaños. La mayoría se eligen mediante listas abiertas, pero los partido políticos, en función de sus resultados electorales, tienen libertad para decidir quién ocupa 58 de esos asientos. Se trata de los senadores designados por los Parlamentos Autonómicos. El próximo en ostentar este cargo será el hasta este martes presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán.

La libertad a la hora de nombrar, poner y quitar senadores con que cuentan los partidos políticos plantea algunas dudas para los analistas. La doctora en Derecho y profesora de la Universidad Carlos III de Madrid, María Eugenia Rodríguez Palop, se pregunta “por qué hay un margen de elección indirecta”. Si bien es cierto que los ciudadanos eligen en listas abiertas a la mayoría de sus representantes en el Senado, los partidos se reservan una parte.

Así, Palop plantea dos opciones. Por un lado, que esta elección esté “orientada a potenciar la presencia de los grupos representativos de las Comunidades Autónomas”, algo “razonable” en un Estado autonómico. Por otro, que se intente “que tengan más presencia los partidos”, aunque con ello “se recorte el margen de democracia un poco más abierta que se deja al ciudadano”.

Cada cámara territorial cuenta con un reglamento en el que se establece los procedimientos a seguir para el nombramiento de estos cargos designados. Desde el parlamento andaluz señalan que “no varían mucho” de unas zonas a otras, aunque hay algunas diferencias. Por ejemplo, cualquier andaluz puede ser elegido senador por su comunidad, pero solo los diputados madrileños pueden representar a la suya en el Senado.

Otra variación son las incompatibilidades con el cargo, más allá de las que determina la Comisión de Incompatibilidades del Senado. Para la doctora en Derecho, esto deja en el aire otra cuestión, la de la discrecionalidad a la hora de determinar las incompatibilidades que, según su criterio, deberían establecerse a nivel nacional.

Tras las elecciones, cada grupo, en función de sus resultados, propone a sus candidatos. En algunas comunidades, los diputados eligen de una lista y los más votados son los designados. En otras, es la Mesa del Parlamento quien propone una lista cerrada que la cámara autonómica secunda.

Si durante la legislatura uno de los senadores designados dimite, se establece un procedimiento similar para buscarle sustituto, siempre a propuesta del grupo político que propuso al político saliente. Esta posibilidad deja la puerta abierta a situaciones como la del secretario general del PSOE-A y presidente del PSOE, José Antonio Griñán.

Tras abandonar la presidencia de la Junta de Andalucía, Griñán quiere convertirse en senador. Para que eso suceda, otro de los cuatro senadores socialistas designados por el parlamento andaluz deberá abandonar su butaca en la cámara de representación territorial. Y ahí entra en juego el partido. Una cámara autonómica no puede eliminar la designación de un senador que ha elegido anteriormente, pero los partidos tienen varias opciones para que uno de sus representantes ceda el sitio a otro.

La más sencilla sería llegar a un acuerdo que favorezca una especie de “quítate tú para ponerme yo” que convenga a ambos, con algún tipo de estímulo. “Habría que ver a que persona se sustituye, por qué razones y a dónde va”, explica Palop: “El partido puede darle muchísimo más poder del que se tienen por ser senador por designación”. Otra sería la presión del aparato sobre el senador que quieran que se vaya.

Por último, la profesora de filosofía del Derecho se detiene en la “opción del blindaje” para preguntarse “hasta qué punto sirve (la figura del senador designado) para eso”, sobre todo teniendo en cuenta que con el nombramiento como senador Griñán mantendrá su condición de aforado, lo que le protege legalmente en el caso de los ERE fraudulentos. “No lo vamos a dar por hecho, pero es inevitable plantearlo”, sentencia Palop.

No será Griñán el único ex presidente autonómico que ocupe un escaño en el Senado. Francesc Antich, Joan Lerma, José Montilla, Marcelino Iglesias y Juan José Lucas han sido designados respectivamente por los parlamentos de Islas Baleares, la Generalitat Valenciana, la Generalitat de Cataluña, Aragón y Castilla y León, comunidades que antes presidieron. El único ex presidente elegido senador por listas abiertas es el asturiano Vicente Álvarez Areces.

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